¡Qué locura! Después de un fuerte inicio de año, los índices principales corrigieron fuertemente. Los medios están llenos de titulares como “la peor caída del Dow Jones de la historia”, “el pánico se apodera de las bolsas”. Y claro, algunos inversionistas se preguntarán si esto es el final del mercado alcista que empezó en marzo 2009.
Lo más importante en este entorno – y en cualquier entorno - es mantener la calma y la disciplina. La renta variable es una clase de activo volátil. Hay rallys y correcciones irracionales. La volatilidad anual (desviación estándar) típicamente se encuentra cerca del 20%. Estas fluctuaciones son algo completamente normal. Inversionistas que actualmente se sienten asustados, deberían revisar su perfil de riesgo, pero de ninguna manera vender sus posiciones en un estado de pánico.
¿Qué ha cambiado en los últimos días? No mucho. Por lo tanto, no es el momento de hacer cambios masivos en los portafolios. Después de la reducción que recomendamos el mes pasado, en este momento sugerimos a los inversionistas aprovechar la caída para aumentar la exposición a acciones, de una manera prudente.
Pensamos que no es el final del mercado alcista. Es oportunidad de compra, aunque el timing perfecto no existe y es posible que veamos más caídas en los próximos días.
Hay que entender que estamos ante una corrección técnica, no fundamental. El único factor fundamental era la alta valoración y el miedo de inflación, pero esto no justifica una corrección tan fuerte.
Desde diciembre, las expectativas de inflación en EE. UU. han empezado a subir de 1,9% a 2,1%. Nada dramático.
El rendimiento del tesoro americano a 10 años ha subido de 2,4% a 2,8% desde el inicio del año, con una aceleración importante en los primeros días de febrero.
El evento principal fue el reporte del mercado laboral publicado el 2 de febrero. El reporte fue muy fuerte y positivo, pero con una subida del crecimiento de los salarios de 2,5% en diciembre a 2.9% en enero. Esto causó temores de inflación. Sin embargo, un poco más de inflación no debería ser problemático para las acciones a medio plazo.
No debemos olvidar que un alza moderada de la inflación y las tasas de interés, típicamente no son negativas para la renta variable, siempre y cuando venga acompañado de crecimiento económico. Por ejemplo, entre el 2004 y el 2006, la Reserva Federal subió la tasa de referencia de 1% a 5,25% - y no fueron malos años en la bolsa, con retornos anuales cerca de 10%.
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El problema fue que después de una fase con tan poca volatilidad y una tendencia alcista tan sólida, el posicionamiento de muchos inversionistas era extremo. Los vendedores principales no son humanos, sino robots. Las ventas masivas fueron causadas por algoritmos que siguen tendencias a corto plazo, seguido por ventas institucionales motivadas por el repunte de la volatilidad. Algunos tuvieron que cubrir su exposición a derivados (“gamma hedging”), otros tienen estrategias basadas en la volatilidad realizada (p.ej. “Risk Parity Funds”). También hubo problemas con Exchange Traded Funds (ETFs) que tienen exposición inversa a la volatilidad. En muy pocos días, el índice VIX (CBOE Volatility Index), subió de 13 a 50, el nivel más alto desde agosto 2015, cuando tuvimos la última corrección de más de 10% – que pocos recuerdan.
La buena noticia es que la mayoría de estas ventas técnicas ya quedan atrás – y estamos esperando que compradores fundamentales vayan a entrar al mercado en estos días. Esto favorecerá un rebote del mercado.
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Fundamentalmente, lo más importante son las valoraciones, el crecimiento económico y la dinámica del crecimiento de las utilidades corporativas. La temporada de resultados corporativos en EE. UU. ha sido excelente.
Un 61% de las empresas del S&P 500 han publicado sus resultados del último trimestre y, hasta la fecha, el 81% de los beneficios reportados han superado las expectativas de los analistas. Todos los sectores/industrias tienen crecimiento positivo y sorpresas positivas, liderado por materias primas y tecnología.
Todavía faltan resultados importantes, pero todo indica que el sector corporativo tuvo un crecimiento de los beneficios cerca de 15% en el último trimestre. Adicionalmente, vemos un crecimiento de los ingresos cerca de 8%. Un 77% de las empresas han superado las expectativas al respeto a sus ventas, alto que no se había visto en más de 10 años. Y un 81% (un récord histórico) de las empresas han incrementado sus pronósticos para el 2018, gracias a la fuerte dinámica económica, la debilidad del dólar y la reforma fiscal.
También en Europa y Japón observamos crecimientos agregados de las utilidades cerca del 15%, lo cual confirma un escenario de crecimiento económico fuerte y sincronizado a nivel global.
La caída y la mejoría en el crecimiento de los beneficios también ofrecen un soporte de valoración. La relación Precio/Beneficio del S&P 500 ha caído de 20 a 17 – cerca del promedio de los últimos años. El mercado ya no está caro y el inversionista con un horizonte a largo plazo encuentra niveles muy interesantes para aumentar sus posiciones.