En setiembre de este año realizamos en nuestras oficinas en Madrid, junto al equipo de Rebel Talent —organización especializada en el cambio organizacional— un workshop totalmente híbrido justamente para trabajar en la co-creación de nuevos modelos de trabajo.
Logramos que más de 60 personas se conectaran desde Lima, México, Valencia, Sevilla, Palma de Mallorca, bajo una dinámica que permitió canalizar la inteligencia colectiva y recoger insights, ideas y propuestas, conformando equipos de trabajo full-remote, presenciales e híbridos. Es decir, en la misma búsqueda, abriéndonos al cambio, empezamos a trabajar sobre la solución. Empezamos a indagar sobre nuestra propia experiencia como empleados, un trabajo para ir más allá de nuestros sondeos y evaluaciones internas.
Si las personas y los consumidores queremos hoy una combinación de experiencias en línea y físicas con las organizaciones, los empleados también querrán una. En todos los ámbitos, hoy estamos asistiendo a experiencias híbridas, una combinación entre experiencias físicas y digitales que no es lineal, de la que estamos aprendiendo todos los días.
¿Cómo será el futuro del trabajo? En principio, para la mayoría, estamos en el inicio de una nueva era que permitirá trabajar desde cualquier lugar y sin lugar a duda, la tecnología jugará un importante papel de soporte en la transformación que viven los espacios de trabajo”.
En este nuevo viaje de cliente/empleado postpandemia, los espacios físicos siguen siendo importantes (podríamos haber pensado que no pero muchos datos lo confirman). A pesar del crecimiento significativo del comercio electrónico durante el año pasado, algunas encuestas revelan que solo un 18% de los consumidores estadounidenses prefieren investigar y comprar productos exclusivamente en línea, en comparación del 74% escoge las tiendas en algún momento de su proceso de compra, incluso si la transacción finalmente ocurre en línea.
Los sondeos, tanto propios como los ampliamente difundidos, se inclinan hacia la adopción de sistemas híbridos de trabajo, pero la definición de estos modelos reposará seguramente en la cultura de organizaciones, así como de otros aspectos externos y coyunturales.
El componente tecnológico viene empujando para que la posibilidad de deslocalizar el trabajo sea cada día más un hecho, y hace que hoy el 98% (McKinsey) opine que el futuro de las reuniones tendrán siempre participantes remotos. El reto será lograr que esa participación virtual no tenga “desventajas con la presencialidad”, lograr esa hibridez sin fricciones, así como lo hacemos estudiando el journey de los consumidores
A nivel corporativo ya hay cierto consenso de que el trabajo remoto convivirá con el presencial. Según el CEO Outlook 2021 de KPMG, el 38% de los CEO españoles y el 37% de los directivos a nivel global creen que la mayoría de sus empleados teletrabajarán al menos dos días a la semana durante los próximos tres años.
Para algunos autores, la “nueva normalidad” será un lugar donde estos mundos se mezclan en nuestra experiencia diaria. Por eso, cualquier organización deberá considerar cómo ofrecen experiencias físicas y digitales que funcionan sin problemas para quienes interactúan con ella. Desde la oferta de productos y servicios a la manera en que las personas que trabajan en ellas
¿Cómo será el futuro del trabajo? En principio, para la mayoría, estamos en el inicio de una nueva era que permitirá trabajar desde cualquier lugar y sin lugar a duda, la tecnología jugará un importante papel de soporte en la transformación que viven los espacios de trabajo (sea donde sea que estemos), contribuyendo a que el workplace sea colaborativo, seguro, eficaz y equipado.
Sin embargo, no existe un modelo o receta y cada empresa deberá diseñar su metodología y ecosistema de trabajo de acuerdo con las características de sector, cultura y otras, tomando como referencia la data que sus propios colaboradores brinden al respecto: ¿Cómo trabajar desde casa?, ¿por qué razón ir a la oficina?
Según el Global Workforce Agility Report el 91%, de los “vanguardistas” o empresas abiertas al cambio, dice que mejorar la experiencia de los empleados es una prioridad empresarial tan alta como mejorar la experiencia del cliente y coinciden en que necesitamos personalizar el trabajo híbrido, pero para esto necesitamos datos individualizados de nuestros empleados.
Métricas, cultura, opiniones, reflexiones. Monitorear constantemente datos sobre el bienestar y la productividad de las personas será clave para ajustar nuestro modelo de trabajo híbrido, que para nada será estanco o fijo, sino que irá variando junto a la multiplicidad de factores que lo están propiciando.
Y no solo monitorear a lo interno, herramientas externas pueden ayudarnos a entender cómo se está moviendo el mundo del trabajo por sectores de la industria o sitios geográficos para tomar decisiones informadas. Vitality Index por ejemplo, hace un seguimiento anónimo de teléfonos móviles, que por medio del análisis de ubicación e inteligencia geoespacial, recopila datos a diario para crear una imagen casi en tiempo real del tráfico de personas en las oficinas en más de 20 ciudades de EE. UU. y Canadá en más de 30 industrias.
Grandes compañías están evaluando este tema hoy, y lo cierto es que lo vamos configurando día a día, aprendiendo sobre las virtudes y los dolores de la virtualidad, repensando el rol que a partir de ahora tendrá la presencialidad.
En Findasense empezamos a implementar un sistema híbrido de trabajo mucho antes de la pandemia, con un modelo flexible que combinaba el #WFH con el presencial en nuestras oficinas. Para finales del 2019 registramos un promedio global de dos días por semana de Work From Home (WFH) sobre unos 300 colaboradores en distintas partes del mundo.
Desde el día uno de trabajo, le hemos dado un ordenador portátil a cada uno de nuestros colaboradores e implementado herramientas digitales de comunicación para estar conectados. El trabajo híbrido siempre ha sido parte de nuestra visión, centrada en la flexibilidad, la conciliación vida trabajo y la conciencia socio-ambiental. Hoy el desafío del trabajo híbrido está en seguir el pulso de nuestra experiencia como colaboradores de una organización.