Hay una frase célebre de Ralph Waldo Emerson, que dice: “La mayor riqueza es la salud”. Definitivamente la salud es un pilar en nuestra vida: nos permite trabajar, desarrollar proyectos, movilizarnos, cumplir con nuestros deberes, disfrutar de la vida, entre muchas otras cosas más. Un tema crucial para reflexionar en este mes de abril en que se celebra el Día Mundial de la Salud, el 7 de abril, y el Día Mundial de la Salud Ocupacional, el 28 de abril.
Existe una serie de situaciones que socialmente han venido perjudicando nuestra salud, un ejemplo de esto es el incremento del estrés negativo. Vivimos en una sociedad inflamada por el cortisol, que es la hormona del estrés. Un mundo que corre vertiginosamente y donde los espacios para la recreación y la quietud parecen disminuir y desaparecer. Lo anterior puede causar afectaciones tanto físicas como emocionales, tales como daño en algunos órganos del cuerpo, mayor vulnerabilidad ante la diabetes, aumento en los índices de violencia, inestabilidad emocional, problemas interpersonales, entre otros.
Actualmente también hay una codependencia hacia los dispositivos electrónicos y las redes sociales, una evidente y pronunciada necesidad de aprobación social que en ocasiones nos lleva a “vivir más hacia afuera” que desde nuestro interior. Mayor descentralización de información y posibilidad de conexión digital, pero esto no nos garantiza la creación de reales vínculos sociales y sanas relaciones interpersonales. Adicionalmente, las distracciones en el trabajo por las redes sociales mal empleadas, son significativamente altas; esto no solo en términos del tiempo consumido, sino la pérdida de enfoque y concentración en las tareas de la cotidianidad; todos estos son, en muchas ocasiones, elementos asociados a otras patologías como la ansiedad.
Lo anterior evidencia la relevancia de la promoción de la salud a nivel social, empresarial y en este caso muy especialmente la salud ocupacional. En la revista Vida y Éxito y su artículo Entornos laborales sanos, colaboradores felices (2024), por Angie López Arias, se menciona a Alejandra Chaves, directora ejecutiva del Consejo de Salud Ocupacional del Ministerio de Trabajo, quien indica que la salud ocupacional es una actividad multidisciplinar, que tiene como finalidad: promover y mantener el más alto nivel de bienestar físico, mental y social de la persona, prevenir todo daño causado a la salud de la persona por las condiciones del trabajo, colocar y mantener a la persona en un empleo con sus aptitudes fisiológicas y psicológicas y, en síntesis, adaptar el trabajo a las personas y cada persona a la tarea.
Según este mismo artículo, estas son algunas estadísticas que reflejan el estado de la salud mental en el trabajo en Costa Rica:
- 4 de cada 100 personas que enferman a causa del trabajo presentan trastornos mentales y de comportamiento.
- Las mujeres son quienes más evidencian su afectación emocional a causa del trabajo.
- Las principales afecciones son la ansiedad, depresión y trastornos del comportamiento.
- Las principales manifestaciones de violencia en el trabajo son la discriminación, el acoso laboral y sexual.
Estos elementos confluyen en la salud integral del ser humano y en la productividad social, a los cuales es imprescindible darles prioridad y visibilidad. Hoy las personas no solo valoran el salario económico sino también el salario emocional, que puede traducirse en ambientes laborales saludables, beneficios en salud, así como liderazgos sanos y humanizados. De hecho, según Brecheisen, en su artículo Perception of Mental Health at Work, las organizaciones pueden mejorar la retención, la satisfacción y el desempeño organizacional general de los empleados al abordar las preocupaciones relacionadas con el equilibrio entre la vida laboral y personal, brindar servicios accesibles de apoyo a la salud mental y fomentar una perspectiva positiva sobre la salud mental.
Por su parte, la salud mental no solo genera que las personas puedan ser más estables emocionalmente, sino que también, les da la capacidad de brindar mayores aportes a sus comunidades, mediante su trabajo, por ejemplo. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), indicando que la salud mental es un estado de bienestar mental que permite a las personas hacer frente a los momentos de estrés de la vida, desarrollar todas sus habilidades, poder aprender y trabajar adecuadamente y contribuir a la mejora de su comunidad.
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Según la Universidad de la Costa y su artículo 10 razones para cuidar la salud mental en las empresas y cómo analizarla, estas son algunas razones fundamentales y específicas que muestran la relevancia de la salud mental en las empresas:
- Mejora la productividad del personal.
- Reduce el absentismo laboral.
- Mejora el clima laboral.
- Fomenta la retención del talento.
- Mejora la imagen de la empresa.
- Evita costos relacionados con problemas de salud mental.
- Impulsa la satisfacción laboral.
- Fomenta la innovación y creatividad.
- Mejora la toma de decisiones.
- Mejora la relación con los clientes.
Así mismo, según la OMS cada dólar invertido en la ampliación del tratamiento de la depresión y la ansiedad rinde $4 en mejora de la salud y la capacidad de trabajo, según un nuevo estudio dirigido por la OMS en el que se estiman, por primera vez, los beneficios, tanto sanitarios como económicos, de la inversión en el tratamiento de las enfermedades mentales más frecuentes en el mundo.
Por otra parte, la disminución de los riesgos psicosociales, de los accidentes laborales, de las enfermedades musculo esqueléticas y del estrés laboral contribuye a tener menor cantidad de incapacidades y por ende a a la sostenibilidad de las organizaciones.
Evidentemente la salud es una inversión inteligente, comprobado con cifras económicas y sanitarias. ¡Hoy es el momento para invertir en la salud y tener una sociedad más sana y empresas más saludables, productivas y rentables!
La autora es psicóloga, coach y consultora.