Las municipalidades cobran impuestos territoriales, arreglan calles, recogen basura, limpian los espacios públicos, algunas se ocupan del mantenimiento del alcantarillado, cobran patentes, aprueban planes reguladores urbanos y otras incursionan en la promoción cultural, todas funciones importantes.
El gobierno local es medular porque se encuentra más cerca de las necesidades de la gente, conoce a los actores sociales del cantón y las particularidades de las comunidades. Empero, la estructura centralista de nuestro Estado en materia de salud, seguridad, educación o suministro de servicios como el agua, hacen que los gobiernos locales vean limitadas sus posibilidades de acción en estos campos.
Las elecciones de este domingo son significativas por estas razones, pero también por el administrador del proceso electoral, el Tribunal Supremo de Elecciones, desarrollador de una intensa actividad para garantizar la pureza del proceso y promocionar la participación ciudadana.
Resulta particularmente relevante el trabajo para impulsar la participación paritaria por género y hacer cumplir la prohibición de reelegir reyezuelos que se habían apoderado de algunas alcaldías, llegando hasta el chantaje con creación de sindicatos de alcaldes sin visión nacional.
La última encuesta del Idespo (UNA), reveló que solo el 42,1% manifestó seguridad total de ir a votar en las elecciones municipales, mientras que la reciente encuesta del CIEP (UCR), encontró que sólo el 45% de los ciudadanos tiene decidido ir a votar. Esperemos que la votación confirme esos resultados y superemos la abstención del 63,7% del 2020, aunque la desilusión con la política también echa raíces en lo local.
La encuesta del Idespo encontró que un 54,3% tiene intención de voto por un partido cantonal y un 31,6% por los partidos nacionales, lo que podría significar el fortalecimiento de los procesos cantonales y con ello gana la democracia.
La baja participación en las elecciones locales es una realidad en todos los países, pero los esfuerzos por mejorarla no deben abandonarse porque el gobierno local puede resolver mejor, muchas veces, que el burocratismo del estado central.
A la ciudadanía, lo que más le beneficie.
Constantino Urcuyo Fournier es abogado y doctor en Sociología Política de la Universidad de París. Catedrático de la Universidad de Costa Rica, exdiputado y director académico del Ciapa. Profesor visitante en las universidades de Tulane y Salamanca. También es consultor internacional y nacional para diversas empresas.