Mucho del desarrollo de una organización reside en su liderazgo. ¿Ha escuchado a un ex colaborador decir la frase, “no me fui por la empresa, sino por mi jefe”?
Hay personas que pueden sentirse totalmente fidelizadas e identificadas con su organización, pero no así con quien lidera su equipo de trabajo y finalmente esto representa una pérdida de talento humano y de conocimiento.
Sin embargo, muchas compañías no invierten en el desarrollo de sus líderes, lo cual genera consecuencias negativas en los equipos de trabajo, en el desempeño y hasta en el clima organizacional. Muchas personas en puestos de liderazgo desconocen cómo gestionar y potencializar al personal que tienen a cargo, así como tampoco saben responder a las demandas y desafíos presentes.
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De acuerdo con la revista El Economista, en su artículo “¿Tienes un buen jefe? El talento como factor clave para la retención del talento”, para Estrella Vázquez, directora general de la firma Factor RH, “los líderes son quienes transmiten, comparten y hacen vivir la cultura organizacional y de propósito. En este sentido, las empresas no pueden olvidar el desarrollo de liderazgo en sus estrategias de retención de talento.”
Una pregunta imprescindible que debemos hacernos es, ¿cómo están los líderes de nuestra organización? ¿Se sienten valorados y acompañados, son líderes que contribuyen al desarrollo de las personas que tienen a cargo? ¿Están en constante actualización personal y profesional? ¿Fomentamos su bienestar y su salud mental?
Lo ideal es que las personas que lideran nuestras organizaciones, se sientan apoyadas y con los recursos psicológicos necesarios para desempeñar su rol de la mejor manera posible. Que tengan los conocimientos técnicos, pero sobre todo, la vitalidad necesaria para trasmitir optimismo, calidez, y energía a todas las demás personas que trabajan en la organización; es decir, que puedan ser, “líderes vitamina”.
Líderes vitamina que he creado, a partir del libro de la reconocida autora, Mariam Rojas Estapé, denominado, Encuentra a tu persona vitamina, donde según la autora, “las personas vitaminas son aquellas que tienen dos capacidades: la primera es que te bajan el cortisol del estrés en cuanto piensas en ellas y la segunda es un concepto y es que te ilusionan. Sacan lo mejor que llevas dentro”.
En este caso, un líder vitamina es, primero, una persona con un importante desarrollo personal y psicológico; que se siente bien consigo misma y disfruta de hacer sentir bien a los demás. Alguien que tiene una sana influencia hacia su equipo y les inspira a ser mejores personas y a brillar. Un líder vitamina es un líder con un enfoque humanista y sensible; que escucha, que hace sentir importantes a los colaboradores y cree en su potencial. Es una persona que fomenta su propia salud emocional y también la de los demás, a través del buen trato, el respeto, la actitud optimista y la humildad.
Algunos de los beneficios de tener líderes vitamina en la organización son:
- Consolidación de la misión, visión y valores organizacionales.
- Fortalecimiento de los equipos de trabajo.
- Mejora del clima organizacional.
- Mayores recursos psicológicos e interpersonales para la resolución de conflictos.
- Disminución de la segregación del cortisol, la hormona del estrés y aumento de la oxitocina; neurotransmisor del bienestar asociado a la interacción social.
- Potencialización y retención del talento humano.
- Mejores procesos comunicativos y de retroalimentación.
- Inspiración de los equipos de trabajo.
¿Qué prácticas y principios se pueden incentivar para promover líderes vitamina? A continuación, algunas recomendaciones:
- Es imprescindible desarrollar espacios de crecimiento y de bienestar para los líderes de la organización: Formación constante en temas de habilidades y salud mental. Esto va a proveer a los líderes de recursos para fortalecer su salud y el bienestar de las personas que tienen a cargo.
- Promover en los líderes la empatía, que según Mariam Rojas Estapé, “es una herramienta vitamina”: además, ella menciona en su libro que “el organismo libera oxitocina cuando nos comportamos con generosidad y compasión. También se segrega en otros momentos: cuando el organismo detecta un entorno amable, relajado y confiado. En cambio, cuando divisa un entorno agresivo, de miedo e incertidumbre, se activa el famoso cortisol”.
La empatía por lo tanto está asociada a la oxitocina, lo que desencadena actos de mayor confianza y solidaridad. El estrés y su hormona, el cortisol, generan mayor angustia y menor conexión con las demás personas.
En este sentido, es fundamental promover en los líderes el valor de la empatía, de manera que puedan experimentarla y vivirla desde su realidad laboral inmediata, con sus pares, con sus jefes y transmitirla a sus equipos de trabajo e incluso a sus ambientes personales. Se pueden realizar actividades donde se comparta el valor de la solidaridad; acciones de bondad, colaboraciones con compañeros (as) con situaciones difíciles o con experiencias significativas de vida, entre otros.
- Encontrar la vitamina que como líderes llevan por dentro: todas las personas tenemos cosas lindas y buenas que podemos compartir con los demás. Es fundamental que cada líder pueda identificar ese valor especial, talento, don o cualidad que posee y que no solo le hace brillar como ser humano, sino que también puede ser de utilidad para ayudar a otros (as) a sacar lo mejor de sí mismo. Su escucha atenta, su capacidad de conexión, su alegría, su actitud optimista ante la vida y su sentido del humor.
¡Necesitamos más líderes vitamina en nuestras organizaciones. Líderes con vitalidad y humildad, que se alegren del crecimiento logrado en sus equipos de trabajo, y más aún, cuando a través de su influencia siguen impactando positivamente la vida de los demás!