Luego de la sanción del Ejecutivo respecto al proyecto de ley que armoniza la regulación del arbitraje local e internacional en Costa Rica, conviene hacer un repaso de los retos que plantea la reforma aprobada. La ley comienza a regir a partir del 1.° de abril de 2025, lo que ofrece unos cuantos meses para pensar en la estrategia de su implementación.
Tal como mencioné en un artículo anterior, el nuevo texto legal permite la migración del arbitraje en Costa Rica de un sistema dualista a uno monista, para tener una regulación unificada para arbitrajes locales e internacionales, a tono con el modelo de la Comisión de las Naciones Unidas para el Derecho Mercantil Internacional (Cnudmi, en inglés Uncitral).
Primer reto, difusión y educación
La reforma es una oportunidad inmejorable para hablar de arbitraje comercial a los más variados niveles:
Escuelas de derecho, que requieren variar sus programas académicos, para que sus estudiantes se instruyan en esta disciplina.
Profesionales en derecho, quienes deben adiestrarse en los conocimientos y habilidades propios de esta especialidad procesal.
Cámaras empresariales, donde el arbitraje puede ser una práctica que agilice y dé seguridad a las relaciones de negocios.
Practicantes ya involucrados en esta actividad, para adecuar lo que ya hacen a los requerimientos del régimen armonizado.
Poder Judicial, para hacer eficiente el nuevo tipo de relación, mejor delimitada por la nueva ley, entre la jurisdicción común y la jurisdicción arbitral.
Expertos internacionales, quienes pueden ilustrarnos sobre sus experiencias en otros países, bajo los auspicios de Uncitral, que han generado un rico legado de jurisprudencia y doctrina que perfectamente pueden complementar el desarrollo del arbitraje en Costa Rica, conforme a los requerimientos de la “lex mercatoria”.
Segundo reto, agilizar los procesos
Al restringirse el intervencionismo judicial, los juicios arbitrales deben reorientarse más a su vocación de agilidad y celeridad, que refleja las necesidades del comercio. El excesivo procesalismo que el Poder Judicial ha favorecido recientemente restringió la eficiencia de las discusiones en sede arbitral, desnaturalizándolas, en perjuicio de quienes requieren flexibilidad y rapidez para resolver sus controversias patrimoniales.
Las nuevas reglas requieren, sin embargo, colaboración entre ambas jurisdicciones, por ejemplo:
En materia de medidas cautelares, con el propósito de preservar o no dañar situaciones mientras se desarrolla un proceso.
Para ejecutar laudos extranjeros sin que ello implique revisión judicial de lo resuelto (Convención de Nueva York).
Para no detener procesos con el pretexto de revisar competencias (una táctica dilatoria de algunos litigantes), cuando las reglas del arbitraje ya tienen esos temas debidamente resueltos mediante el principio de “competenz competenz”).
Para interpretar las actuaciones arbitrales conforme a su propia jurisprudencia y su propias reglas procesales, sin la interferencia incorrecta de las normas procesales del derecho común.
Para consagrar la muerte del reenvío, como opción procesal, para darle al derecho arbitral su sitio como disciplina autónoma y no como rama subordinada del proceso civil.
Tercer reto, depuración local y proyección internacional
Este reto solo podrá resolverse si se resuelven favorablemente los dos primeros.
Costa Rica tendrá futuro como centro internacional de arbitraje cuando la cultura del arbitraje, como solución de conflictos patrimoniales, haya consolidado los beneficios de la reforma legal, permeando a la comunidad de negocios local, a los profesionales que intervienen en sus discusiones, y al Poder Judicial que debe apoyar y promover en lo que corresponde el arbitraje, como alternativa constitucional para resolver disputas patrimoniales.
Los centros de arbitraje existentes deben trabajar conjuntamente en el refuerzo de la base profesional de 25 años que ya existe, para conducirla hacia un horizonte más amplio, sólido y eficaz.
Hay mucho trabajo por hacer. Se trata de un desafío histórico que la comunidad legal y de negocios del país debe enfrentar con el mayor esmero posible.