El monitoreo de las obligaciones legales en materia ambiental, de salud y de seguridad ocupacional genera resiliencia en las empresas para afrontar situaciones imprevistas.
La manera de hacer negocios a nivel global se ha visto impactada por la pandemia, llevando a las empresas a buscar soluciones “creativas” para poder seguir adelante.
Para algunas empresas la inclusión de protocolos y procedimientos para reducir los riesgos de contagio en sus colaborares ha sido un desafío importante, ya que seguir el ritmo de las disposiciones cambiantes, inclusive de una semana a otra, no es sencillo.
Aunado a las nuevas disposiciones, las empresas deben continuar monitoreando y cumpliendo con los requisitos de cumplimento legal ambientales, de salud y seguridad ocupacional.
Para lo cual es importante que toda empresa o negocio desde sus inicios realice un mapeo general de obligaciones legales en todos los niveles, desde las más básicas laborales y comerciales, hasta las obligaciones específicas como temas ambientales.
Al tener un guía general de sus obligaciones y monitorearlas para mantener sus operaciones en cumplimiento, será más sencillo incluir los nuevos desafíos en situaciones imprevistas.
Para mantener empresas flexibles al cambio, es importante generar en las compañías una cultura de mejora continua. Normalmente las personas se resisten a los cambios, pero al mantener las empresas en constante desarrollo el personal estará más dispuesto a buscar soluciones cuando se den circunstancias adversas.
La situación de pandemia dejó en evidencia la importancia de las regulaciones ambientales, de salud y seguridad ocupacional, siendo que el éxito de implementación de protocolos para evitar el contagio de COVID-19 se ha visto directamente relacionado con las condiciones ambientales en los centros de trabajo, y de la cultura de las organizaciones.
Las empresas deben visualizar las medidas más allá del momento actual, deben verse como acciones en desarrollo y crecimiento. Ya que, si únicamente se ven como temporales, se buscará soluciones a corto plazo y se perderá la inversión; en cambio al verlas como oportunidades de mejora, irán evolucionando.
Esto dará como resultado empresas resilientes, y brindará en caso de situaciones adversas similares una ventaja ante las demás empresas, al estar mejor equipados ante futuros eventos impredecibles.
Algunas empresas habían optado por demostrar sus compromisos en materia ambiental mediante certificaciones como ISO 14001 en gestión ambiental, o programas país como Bandera Azul Ecológica y Carbono Neutralidad; de igual manera con los requisitos relacionados a la salud y seguridad ocupacional utilizando certificaciones como ISO 45001 en gestión de salud y seguridad, o reportes de sostenibilidad robustos, así también la norma ISO 22301 para sistemas de gestión de continuidad del negocio.
Estas normas voluntarias pueden ser de gran ayuda para empresas de todo tamaño que quieran mantener una guía para el desarrollo de propios sistemas de gestión adaptadas a sus posibilidades y temas críticos.
A nivel nacional existe mucha normativa en temas de ambiente, así como de salud y seguridad ocupacional que se deben cumplir; así también el comportamiento de los consumidores y los patrones de consumo se han visto impactados por la pandemia, generando que se busque empresas que brinden garantías de seguridad y limpieza, así como de comportamiento de sus colaboradores.
Por lo anterior, generar una cultura de verificación del cumplimiento de los requisitos legales y de las medidas sanitarias, así como análisis de brechas se vuelven fundamentales en estos días.