“Pienso, luego existo", concluyó en el siglo XVII el filósofo, matemático y físico francés, René Descartes. Me tomo la libertad de ensayar una paráfrasis de esa máxima del pensamiento: Me informo, luego decido.
Contribuir con el sano y necesario ejercicio de primero documentarse para después resolver es uno de los objetivos primordiales con que nació el periódico El Financiero el 13 de marzo de 1995; hace 25 años.
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Ese compromiso quedó plasmado en el editorial de nuestra primera edición, en donde afirmamos que este producto periodístico, parte de Grupo Nación S. A., “es una fuente de información actualizada y de análisis crítico. Sirve de instrumento útil para quienes han de tomar decisiones en el ámbito de los negocios, las finanzas y la economía. Se trata de una herramienta de trabajo en el mundo de hoy”.
Así lo hemos demostrado a lo largo de las 1.276 ediciones que hemos publicado en 9.132 días.
Periodismo útil
Déficits fiscales, crisis financieras internacionales, arribo de megabancos y gigantes del comercio al mercado costarricense, rompimientos de monopolios estatales, tratados de libre comercio, resistencias al cambio, tormentas políticas, tensiones entre potencias, altibajos en los precios del petróleo y muchos otros temas han sido traducidos en nuestras páginas -en papel y digitales- a oportunidades de negocios, riesgos, puertas abiertas para la modernización, amenazas y tendencias.
El título principal de nuestra edición anterior, “40 oportunidades para emprender negocios”, y el amplio paquete sobre el nuevo coronavirus que elaboramos en días recientes son los ejemplos más frescos del compromiso con el periodismo útil para la toma de decisiones que tiene el equipo de EF.
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Me refiero a los editores Eugenia Soto Morales y Sergio Morales Chavarría, así como a los reporteros María Fernanda Cisneros Sánchez, Laura Ávila Ramírez, Jéssica I. Montero Soto, María Luisa Madrigal Torres, Krisia Chacón Jiménez, Andrea Hidalgo Arce, Carlos Cordero Pérez y Manuel Avendaño Arce. Agrego a nuestra diseñadora, Jeannette Marroquín Sánchez.
Son ellos quienes hacen posible el “me informo, luego decido” en un país donde abunda el “no profundizo, luego opino a la ligera”.