Para Costa Rica ha sido trascendental participar en la multilateralidad.
En materia comercial, la Organización Mundial del Comercio (OMC) y la Conferencia de Comercio y Desarrollo de las Naciones Unidas (Unctad, por sus siglas en inglés), han sido determinantes para el país.
Nuestra nación ha sido proactiva en las discusiones, negociaciones temáticas, proposición de ideas e identificación temprana de tendencias. También ha sido crítica ante la falta de trabajo y voluntad para abordar los retos y oportunidades de los nuevos tiempos, y ha sido innovadora en tomar la iniciativa y riesgos.
La multilateralidad comercial no puede seguir concentrada en los temas del siglo pasado.
Luego de finalizada la Ronda de Doha hace 16 años y dada la reconfiguración del comercio mundial y el surgimiento de nuevas y disruptivas realidades —especialmente motivadas por los cambios tecnológicos—, la OMC tiene que actualizar su mandato negociador, para crear nuevas reglas vinculantes para sus miembros.
El comercio electrónico, los obstáculos a las inversiones, la urgencia de homologar regulaciones y facilitar el comercio de servicios, la importancia de adoptar reglas para asegurar competencia y la existencia y participación de las pymes y de las mujeres, como agentes democratizadores del comercio, y el cambio climático son algunos de esos nuevos temas cuya atención no puede posponerse.
En el 2015 decidimos contribuir con la agenda de negociación clásica al tiempo que retaríamos al sistema. En el 2016, durante la Conferencia Ministerial XIV de la Unctad en Nairobi, junto con Pakistán —un inusual socio en nuestra historia comercial—, creamos el “grupo de amigos del comercio electrónico para el desarrollo” (en inglés, FEDs).
La iniciativa informal procuró movilizar la conversación sobre comercio electrónico de manera abierta, inclusiva y constructiva, con énfasis en su poder como herramienta de desarrollo, demostrando que el diálogo puede ser más importante que el consenso.
Hombros de gigantes
En el 2017 en la Conferencia Ministerial XI de la OMC en Buenos Aires, Argentina, gracias a los FEDs, 71 miembros suscribimos una declaración conjunta para formalizar conversaciones sobre el comercio electrónico en una configuración plurilateral —proceso que ya está en curso—, reconociendo que no podemos esperar a que todos quieran, para que algunos puedan avanzar hacia alcanzar sus objetivos de desarrollo, comerciales y digitales. Y gracias a nuestra iniciativa y ejemplo, Chile condujo un proceso similar sobre pymes y mujeres, y China lanzó con similar formato otro sobre inversiones.
La nueva agenda del siglo XXI responde a distintos escenarios geopolíticos y comerciales y debe alinearse a otros grandes acuerdos multilaterales, como las Metas de Desarrollo Sostenible y el Acuerdo de París sobre el Cambio Climático, ambos de Naciones Unidas y suscritos en el 2015.
La OMC está obligada a ser coherente con la agenda global y asegurar que el comercio sea una fuerza positiva del desarrollo económico y social, pero también de la acción climática. El comercio agrícola, por ejemplo, debe ser ambientalmente sostenible y libre de distorsiones. Para ello, Costa Rica está proponiendo a los miembros de la OMC que tomemos prestado un capítulo de la exitosa negociación del Acuerdo de París, para incluir nuevos elementos de proporcionalidad y progresividad en sus urgentes reformas.
También impulsamos la agenda propuesta por Unctad sobre la economía de los océanos —de altísima importancia para Costa Rica—, para que sea acompañada por la OMC y utilizada como base para establecer acuerdos comerciales vinculantes. Y con el impulso que hemos tenido durante los últimos cuatro años en nuestro proceso de adhesión a la OCDE, nos hemos posicionado como interlocutores entre la OCDE, la OMC, la Unctad, organizaciones complementarias para forjar sinergias que impulsen la nueva agenda global del siglo XXI.
Se atribuye a Newton la oración: “He podido ver más lejos porque me he parado sobre los hombros de gigantes.” Esto describe mi experiencia como ministro de Comercio Exterior de uno de los países más exitosos y que más beneficios ha cosechado en el comercio global.
La agenda de inserción de nuestro país a la economía global que construyeron y consolidaron mis predecesores, me ha permitido conducir un equipo de trabajo que hoy vislumbra y propone, una agenda comercial para el futuro. Costa Rica jamás debe sucumbir a la tentación de centrarse en la agenda del siglo pasado de la OMC, aunque las guerras comerciales asechen. Ha sido el máximo honor servirle a la patria desde esta posición.