El Consejo Nacional de Rectores (Conare) presentó recientemente la tercera edición de Radiografía Laboral, un estudio con datos académicos, laborales y sociodemográficos de personas graduadas de las cinco universidades públicas.
En cuanto a salarios, en el nivel de bachillerato ocho profesiones registran un salario promedio mensual superior al millón de colones. Las cinco mejor pagadas son ciencias actuariales, ciencias de la computación, estadística, tecnologías de información e ingeniería de materiales.
En el nivel de licenciatura, 21 profesiones registran un salario promedio mensual superior al millón de colones y las cinco mejor pagadas son ingeniería en computadores, microbiología, ingeniería en software, farmacia e ingeniería topográfica.
En cuanto a empleabilidad, un grupo de 37 disciplinas registran cero desempleo o tasas muy bajas, con fuerte presencia de disciplinas que pertenecen al espectro STEM (siglas en inglés para ciencias, tecnología, ingeniería y matemáticas).
Si se combina el indicador de salario promedio reportado para cada disciplina con el de tiempo promedio en que los graduados dijeron haber tardado en encontrar el primer empleo relacionado con su carrera, destacan quince carreras como las más exitosas, casi todas del espectro STEM.
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En los cupos de ingreso a las universidades públicas, datos del proceso de admisión 2022-2023 muestran una presencia importante de ingenierías entre las carreras con más cupos disponibles y con notas de ingreso que no son de las más altas. Aparte del Instituto Tecnológico (TEC), que se especializa en ingenierías, ocurre también en la Universidad de Costa Rica y, en menor grado, en la Universidad Nacional (UNA). Hay avances, pero mucho camino por recorrer.
En su estudio económico del 2023 sobre Costa Rica, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) pone especial énfasis en el tema de la educación y la necesidad de reformas en todos los niveles, desde preescolar hasta educación universitaria. El estudio destaca que los beneficios económicos de la educación superior en nuestro país se encuentran entre los más altos de los países de la OCDE, tanto en términos de acceso a empleo como de ingresos relativos de los graduados en el mercado laboral.
Entre las reformas que recomiendan están revisar el sistema de financiamiento para que sea más transparente, eficiente y responsable; ampliar el acceso a estudiantes de bajos ingresos; y mejorar las tasas de graduación en las áreas STEM, que son inferiores a las de países de la OCDE.
Es importante considerar que áreas como informática, telecomunicaciones e ingenierías se encuentran entre las que brindan más oportunidades para trabajar en el sector privado, incluyendo los proyectos de inversión extranjera directa que vienen al país, La Coalición Costarricense de Iniciativas de Desarrollo (Cinde) ha insistido en la gran demanda insatisfecha de profesionales en computación, ingeniería industrial y otras áreas afines. De ahí la importancia de aumentar los graduados de carreras STEM. También la OCDE recomienda reducir la brecha de género para que más mujeres puedan incorporarse a esas carreras.
Los datos recientes del Conare no nos brindan un panorama integral de la relación entre carreras universitarias, empleabilidad y niveles salariales, pues no cubren a los graduados de las universidades privadas. Sin embargo, nos dan una valiosa aproximación, dado el peso de las universidades públicas en el país.
Las autoridades de las universidades públicas deberían tomar nota de estos datos, así como de los datos y recomendaciones de la OCDE, e intensificar esfuerzos para alinear más sus programas académicos y de investigación con el mercado laboral. Su autonomía reforzada no las exime del deber de tomar en cuenta los lineamientos del plan nacional de desarrollo, como dice la Constitución. Además, aumentar la tasa de graduados STEM no significa abandonar otras carreras como ciencias sociales y artes. Se trata de buscar un mejor balance, lo que podría lograrse en gran parte racionalizando gasto administrativo y procurando una asignación más eficiente de los recursos.