La hoja de ruta de semiconductores recientemente anunciada por el gobierno, como parte de la alianza con Estados Unidos para fortalecer la cadena de suministro mundial de microchips, sienta las bases de un proyecto nacional de desarrollo que podría definir el futuro tecnológico del país. Costa Rica debe aprovechar el alineamiento de factores favorables que se están presentando a nivel internacional para mirar más allá de lo inmediato y conectar las oportunidades emergentes en el sector de semiconductores con otras áreas estratégicas, como la inteligencia artificial (IA).
Los semiconductores son componentes electrónicos cruciales para la economía actual. Estos microchips son el “cerebro” detrás de los dispositivos y tecnologías utilizadas cotidianamente, como teléfonos inteligentes, computadoras, automóviles, equipos médicos, telecomunicaciones, internet de las cosas (IoT) y una amplia gama de productos electrónicos. Se estima que, para el año 2024, la industria global de semiconductores generará ingresos totales de $633.000 millones (IDC, 2023), impulsada por la creciente demanda actual y futura de chips.
La inteligencia artificial (IA) está intrínsecamente ligada a los semiconductores. Si bien la IA se manifiesta principalmente a través del software con el que los usuarios interactuamos (como ChatGPT), su funcionamiento depende de una sólida infraestructura de hardware. Para dar vida a estas aplicaciones de IA, se requiere una enorme capacidad computacional proporcionada por centros de datos, servicios de nube y servidores distribuidos en todo el mundo, alimentados por microchips ultraveloces.
Pieza clave
Los semiconductores son los encargados de realizar las complejas tareas lógicas y cálculos necesarios para procesar masivas cantidades de datos y desarrollar los modelos y algoritmos que hacen posible la IA. Un ejemplo claro es precisamente ChatGPT, el cual debe procesar en tiempo récord las consultas de sus más de 180 millones de usuarios, brindando respuestas rápidas y coherentes gracias al poder de estos microchips.
La creciente demanda de modelos y recursos de IA por parte de diversas industrias está impulsando la necesidad de contar con una mayor capacidad de cómputo. Prueba de ello son los sólidos resultados financieros de los principales fabricantes de chips para IA. NVidia, líder mundial en este segmento, reportó ganancias récord de $2.290 millones en su cuarto trimestre fiscal, mientras que sus acciones se han apreciado aproximadamente un 17.000% en solo 10 años, reflejando el auge de sus productos enfocados en IA. Por su parte, Intel no se queda atrás y en abril de 2024 anunció su próximo chip de alta gama para IA, Gaudi3, en un esfuerzo por mantener su competitividad en este lucrativo mercado.
En este contexto, son tres los factores clave que se conjugan para que Costa Rica se consolide como un referente tecnológico regional en la próxima década: 1) la ventana de oportunidad abierta por Estados Unidos (EE. UU.) con el Chips Act y su alianza con Costa Rica para diversificar la cadena de suministro de semiconductores; 2) el crecimiento exponencial de la industria de IA y la consecuente demanda de microchips de alta gama; y 3) la propuesta de valor única que ofrece el país, con talento humano capacitado, un régimen de incentivos atractivo a la inversión extranjera, cercanía geográfica e ideológica a sus principales socios comerciales (friendshoring), estabilidad democrática y compromiso con la sostenibilidad.
Estos factores propicios, sumados al posicionamiento de Costa Rica como un centro regional para el empaquetado, pruebas e investigación de semiconductores de IA, crearían condiciones sumamente atractivas para que empresas líderes en este campo establezcan operaciones en el país y exporten desde acá sus soluciones. La disponibilidad local de estos semiconductores críticos para el desarrollo de soluciones de IA sería un factor clave para atraer dichas inversiones.
A nivel de hardware, fabricantes de servidores, sistemas de almacenamiento y otros componentes especializados en IA encontrarían valor estratégico en ubicar parte de sus operaciones cerca de los proveedores locales de chips. Asimismo, gigantes tecnológicos, fabricantes de equipo original (OEM por sus siglas en inglés), y empresas locales que ofrecen servicios en la nube y que operan grandes centros de datos, podrían verse atraídos por tener acceso directo a chips de última generación, indispensables para sus operaciones de IA y computación de alto rendimiento.
Pero el atractivo de Costa Rica no se limitaría al ámbito del hardware.
Emprendedores, empresas locales y multinacionales especializadas en diseño de chips, software, ingeniería de datos, desarrollo de modelos y algoritmos de IA, entre otros, tendrían fuertes incentivos para establecer centros de investigación y desarrollo (I+D) en el país, aprovechando el talento técnico local y la cercanía con proveedores de los componentes clave. Incluso, compañías de software especializado en IA para diferentes industrias, como la de dispositivos médicos, podrían considerar al país como un lugar idóneo para desplegar sus productos, contando con un ecosistema completo de soporte.
Si bien Costa Rica cuenta con atractivos fundamentales, no hay que evadir los enormes desafíos que deben superarse para alcanzar este ambicioso objetivo. En primer lugar, garantizar la disponibilidad de talento humano altamente capacitado es primordial. Esto implica no solo seguir formando profesionales en áreas STEM a un ritmo más acelerado, sino también implementar estrategias efectivas para repatriar el talento nacional que migra a otros países (fuga de cerebros) y atraer talento foráneo especializado, no solo de EE.UU. y Europa sino de la propia región latinoamericana.
En segundo lugar, es crucial desarrollar una infraestructura logística y operativa robusta. Elementos como un suministro de energía confiable y sostenible, conectividad de alta velocidad y baja latencia, infraestructuras de transporte eficientes y una cadena de suministro sólida son esenciales.
Además, Costa Rica puede transformar algunos desafíos en ventajas significativas. Por ejemplo, su compromiso con la sostenibilidad y el hecho de que más del 95% de su matriz eléctrica sea renovable proporciona una ventaja competitiva. Esta característica es especialmente atractiva para las industrias de alto consumo eléctrico, que buscan reducir su impacto ambiental, mientras optimizan el uso de recursos energéticos.
Otro desafío clave es la restructuración del Sistema Nacional de Innovación. Según el Atlas de Innovación 2022 publicado por el Consejo Nacional de Rectores en 2023, el sistema de innovación nacional es deficiente. El país invirtió en 2021 apenas un 0,28% del PIB en I+D, el porcentaje más bajo desde 1998 (Banco Mundial). Fomentar la I+D mediante incentivos fiscales, impulsar la transferencia de tecnología desde centros de investigación y empresas líderes, y promover un ecosistema próspero de emprendedores y empresas locales proveedoras de bienes y servicios especializados, serán fundamentales para crear un entorno propicio para la innovación en semiconductores e IA.
Por otra parte, será fundamental generar políticas que traduzcan la inversión extranjera en mayor productividad y eficiencia de la industria local. Es imperativo aprovechar los encadenamientos productivos, los derrames (spillovers) y las externalidades positivas que puedan generarse en el ecosistema empresarial doméstico. La innovación abierta puede ser una herramienta valiosa para fortalecer los vínculos entre la industria extranjera y las empresas locales, contribuyendo al crecimiento económico a través de la transferencia de conocimiento, la capacitación en habilidades técnicas y la adopción de nuevas tecnologías.
Finalmente, un marco regulatorio favorable y el compromiso político de todos los actores relevantes serán indispensables. Abordar estos retos de manera integral y coordinada entre los sectores público, privado, académico y sociedad civil, será fundamental para que Costa Rica capitalice su potencial y se posicione como un verdadero polo de innovación tecnológica en la región.
El futuro de Costa Rica está en la tecnología. La integración efectiva de sectores estratégicos como los semiconductores y la IA, potenciada por una colaboración estrecha entre la inversión extranjera y la industria local, podría elevar significativamente el nivel de vida mediante la generación de empleo y la mejora de la educación. Dejar pasar esta valiosa oportunidad significaría permanecer en el subdesarrollo por voluntad propia.
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El autor es abogado, consultor internacional y coordinador del Capítulo de IA y Ciencia de Datos de Camtic.