Son innumerables los beneficios que pueden obtener las mujeres cuando unen sus esfuerzos para alcanzar metas y anhelos, pues precisamente la unión y la cooperación son posibilitadoras de una sinergia muy positiva, que potencializa la capacidad y la dinámica grupal.
Hay eventos históricos que nos recuerdan ese potencial de la constancia y el apoyo entre las mujeres. Por ejemplo, el movimiento sufragista, el cual nació alrededor de 1848 y luchó por el derecho al sufragio femenino. Este movimiento internacional liderado por mujeres logró reconocimiento a través de la Comisión de Derechos Humanos de las Naciones Unidas.
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Otro de los acontecimientos históricos con gran impacto, y desarrollado en un contexto específicamente laboral, fue el del Katherine Johnson, Dorothy Vaughan y Mary Jackson, tres afroamericanas que laboraron en la NASA como matemáticas durante tiempos de gran discriminación racial en los Estados Unidos.
A pesar de las malas condiciones laborales, colaboraron como un equipo ejemplar y en forma significativa para que los Estados Unidos ganara la carrera espacial a la Unión Soviética (URSS). Gran muestra de que definitivamente muchos de los grandes logros de las mujeres se alcanzan siempre desde la unión y la colaboración mutua.
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Hoy en día, es fundamental cultivar estos principios asociados a la sororidad en los diferentes contextos laborales para alcanzar el máximo de desarrollo y resultados; y es que la palabra sororidad según la Real Academia Española significa “agrupación que se forma por la amistad y reciprocidad entre mujeres que comparten el mismo ideal y trabajan por alcanzar un mismo objetivo”. La palabra sororidad presenta la raíz soror que significa hermana y dad, que significa cualidad.
La sororidad es un concepto que debe trascender y vivenciarse en todos los ambientes de trabajo, con el fin de potencializar la unión y la fraternidad entre las mujeres; viéndose como aliadas en el logro de objetivos y para la mejoría de condiciones sociales y laborales.
La sororidad permite tener una visión común en luchas de importancia y además genera una optimización en el tipo de vínculo que se puede crear entre las mujeres, caracterizado por la confianza y el reconocimiento mutuo de las habilidades, contrario a lo que en muchas ocasiones se da en las organizaciones, que es la competencia, el distanciamiento, la crítica y la rivalidad.
De esta forma, fomentar la sororidad entre las mujeres impacta positivamente el sentir de cada una y los resultados obtenidos entre todas, mientras provoca un efecto muy positivo en el clima organizacional laboral.
Esto representa un cambio, porque según Ana Bouquet, a las mujeres nos educaron para competir entre nosotras. “En el trabajo esta competencia se puede acelerar y provocar que los juicios entre mujeres sean más severos. Para poder conseguir que la barrera salarial o de oportunidades laborales sean más equitativas, debemos ser igual de equitativas a la hora evaluar mujeres y hombres”, precisa la especialista.
De manera similar piensa la antropóloga mexicana Marcela Lagarde, quien ha sido pionera en el uso del término en América Latina.
“La sororidad es un pacto político de género entre mujeres que se reconocen como interlocutoras. No hay jerarquía, sino un reconocimiento de la autoridad de cada una”, ha afirmado Lagarde.
En este reconocimiento es que se pueden crear realidades más prósperas y sanas el mundo laboral, para las mujeres y en general para las organizaciones y sus integrantes.
¿Pero cómo puedo promover la sororidad entre las mujeres en mi organización? A continuación algunas recomendaciones:
- Fomente el valor de opinión que tienen las mujeres en su organización: en muchas ocasiones las voces de las mujeres han sido silenciadas, perdiéndose grandes aportes en el mundo laboral y social. Es importante escuchar y visibilizar esas voces y opiniones.
- Promueva y construya una cultura de aceptación, respeto y colaboración mutuos: es fundamental fomentar ambientes laborales donde las mujeres se acepten a sí mismas y perciban respeto y aceptación también hacia sus propias compañeras de trabajo.
- Potencialice el reconocimiento y promoción de habilidades: es importante que a nivel laboral, se impulse entre las mujeres el reconocimiento de las habilidades propias y de otras. Una buena forma para hacerlo es creando proyectos de trabajo interdisciplinario, donde se den la participación y el aporte de todas las colaboradoras.
- Evite la crítica o juicios de valor: promover una cultura libre de críticas destructivas entre las mujeres, en donde los aportes y comentarios sean edificantes y positivos.
- Conmemore anualmente el Día Internacional de la Mujer: el 08 de marzo de cada año permite recordar temas tan importantes como las luchas sociales que han efectuado las mujeres y el impacto trascendental que esto ha generado en la sociedad.
Por otra parte, la sororidad puede generar impactos muy positivos en las organizaciones, como por ejemplo:
El acceso a la educación y desarrollo profesional: permitiendo a las mujeres tener oportunidades de desarrollo académico y puestos profesionales a nivel gerencial o similar.
Disminución del acoso laboral: a través de la sororidad laboral se pueden ver disminuidas significativamente las conductas de acoso que sufren muchas mujeres.
Oportunidad de igualdad salarial: es necesario que las mujeres en puestos similares a los que ocupan los hombres reciban un mismo salario, de manera que la remuneración se base en el puesto y no exista diferenciación por ser hombre o mujer.
La sororidad es la clave para que exista una verdadera y sana comunión entre las mujeres en sus espacios de trabajo, permitiendo relaciones de amistad que promuevan un acercamiento y reconocimiento oportuno; basado en la confianza, el respeto mutuo y la validación de las propias capacidades; teniendo conciencia de que juntas y unidas se puede lograr grandes cosas.