Durante décadas, los empleados educados, con estudios universitarios tenían poco de qué preocuparse. Incluso en tiempos difíciles, la mayoría podía cambiar de empresa y encontrar nuevas oportunidades laborales. Los recién graduados universitarios podían enfrentar algunas dificultades al principio, y el problema del edadismo (discriminación laboral por edad) podía afectar a los solicitantes mayores de 40 años. Sin embargo, la idea de que un número considerable de trabajadores quedara desempleado no era motivo de preocupación para una gran parte de los ejecutivos.
Hoy en día se advierte algo inquietante que está ocurriendo para muchas personas: no logran encontrar un empleo, incluso en un mercado laboral relativamente fuerte. En los últimos dos años, los márgenes del mercado laboral se han llenado de trabajadores competentes y capacitados, perfectamente empleables. Personas que han destacado en áreas como marketing, finanzas y análisis de datos. Esta situación ha provocado que los expertos detecten una creciente desesperación entre quienes buscan empleo, haciendo que el panorama sea tan crítico, que los profesionales declaran sentirse completamente agotados por los procesos de contratación.
Al mismo tiempo, muchas empresas están ajustando sus planes de contratación ante la expectativa de una recesión global. Algunos puestos se fusionaron y otros desaparecieron por completo. Esto es especialmente evidente en marketing, donde los presupuestos se han reducido un 15% respecto al año anterior, y en servicios profesionales. Muchas empresas han cambiado tanto su estructura piramidal que ya ni siquiera parece una pirámide. La razón de esto radica en la eliminación de niveles intermedios y junior. En lugar de restaurar esos roles, las empresas han preferido aprovechar las eficiencias, apoyarse en la inteligencia artificial (IA) o simplemente exigir a los empleados hacer más con menos. Parte de esta cautela empresarial se debe al recuerdo de los despidos masivos durante la pandemia, lo que lleva a temer daños a su reputación. Hoy muchas empresas son reacias a comprometerse con puestos de tiempo completo, dando espacio a trabajo por proyectos, consultorías y profesionales independientes tomando algunas labores que en el pasado eran propias del organigrama empresarial.
Aunque el impacto total de la IA aún no ha llegado al entorno laboral, las empresas saben que se avecina. Ya estamos viendo como algunas posiciones, en el área de servicio al cliente y desarrollo de tecnologías, están tomando mayor auge por medio de la IA; este fenómeno está llevando a muchos empleadores a evitar contratar en áreas como análisis de datos, administración, elaboración de contratos simples, informes financieros básicos y creación de contenido.
Ante este panorama, los expertos en reclutamiento promocionan realizar ciertos ajustes. Primero, deben existir un enfoque mayor en las palabras clave que los filtros de IA buscan en sus procesos de selección. La señal más clara de que no se están utilizando las palabras correctas es cuando los candidatos no pasan a la primera ronda de entrevistas presenciales. Ajustar las frases del currículum puede ser útil, pero no siempre es suficiente. Además, los profesionales sugieren evitar el uso del banner “open to work” en LinkedIn o publicar en exceso, ya que esto puede ser contraproducente. Existe confusión ante la pérdida de empleo y tiempos en el mismo.
Para evitar una prolongada estancia en el grupo de desempleados, los conocedores aconsejan profundizar en el conocimiento de la IA en todas las industrias. La IA no reemplazará totalmente nuestros trabajos, pero debemos aprender a trabajar con la inteligencia artificial. Debe ser más nuestra aliada para que las cosas sucedan en el lugar de trabajo.
Impacto regional
En América Latina, y particularmente en Costa Rica, el mercado laboral también enfrenta retos importantes en cuanto a la contratación y la empleabilidad, aunque con algunas particularidades locales que reflejan la realidad global. La región ha experimentado, en los últimos años, una desaceleración económica combinada con transformaciones digitales que, si bien prometen crecimiento, también generan incertidumbre sobre el futuro del empleo.
En muchos países latinoamericanos, las tasas de desempleo siguen siendo altas, en contraste con las cifras más favorables de Estados Unidos o Europa. Sin embargo, fenómenos como la automatización, el uso de inteligencia artificial y la reestructuración empresarial están tomando relevancia en la región, lo que genera un desplazamiento gradual de ciertos roles tradicionales. Para los trabajadores, esto representa un desafío, pues muchas empresas están en modo de “esperar y observar”, similar a lo que ocurre en otras partes del mundo, y las oportunidades laborales en sectores específicos, como marketing o servicios profesionales, se han reducido.
Particularmente en Costa Rica, un país con una economía relativamente estable y una fuerte apuesta por la atracción de inversiones extranjeras, la situación laboral refleja algunos de los mismos desafíos globales. Costa Rica ha sido históricamente un destino atractivo para empresas de tecnología, servicios compartidos y manufactura avanzada, lo que ha generado una demanda creciente por trabajadores calificados. Sin embargo, a medida que estas industrias avanzan hacia la automatización, las competencias tradicionales han comenzado a perder peso frente a habilidades tecnológicas y digitales más especializadas.
El impacto de la inteligencia artificial y la digitalización también se está sintiendo en el país, lo que está obligando a los profesionales a reinventarse y adquirir nuevas habilidades. Muchas empresas en Costa Rica, al igual que en otros mercados, están ajustando sus estrategias de contratación para adaptarse a la tecnología emergente y a las nuevas demandas del mercado global. Al mismo tiempo, el “acaparamiento de talento” es un fenómeno visible en Costa Rica, especialmente en sectores de alta tecnología, donde las empresas buscan retener a sus mejores talentos, lo que limita el movimiento y genera menos oportunidades laborales para quienes están en busca de empleo.
La situación en América Latina y en Costa Rica no es exactamente idéntica a la de las economías más desarrolladas, se observan patrones similares en cuanto a la reducción de oportunidades laborales en ciertos sectores y la creciente necesidad de habilidades tecnológicas. Para los profesionales en estos mercados, la capacidad de adaptarse a la IA y a las nuevas realidades laborales será crucial para mantenerse competitivos y evitar formar parte del grupo de “inempleables” que está surgiendo.
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El autor es socio Director de la firma Recluta Talenthunter