Varios emprendedores encontraron en un particular vehículo de tres ruedas una alternativa para extender sus horizontes empresariales.
Aparte de vender sus alimentos o licores de forma convencional (en un local comercial u ofreciéndoselos a empresas), ahora pueden acudir a eventos de todo tipo y aumentar su alcance.
Se trata del vehículo Ape de la marca italiana Piaggio, cuya distribución en el país está a cargo de la empresa Motoflix.
Sangría, ron y vinos para fiestas
La pyme familiar Finca Santa Eulalia importa productos premium como vinos españoles y la sangría Lolea, también de España, así como rones.
Pronto van a empezar a vender pastelería de Colombia.
La empresa la encabeza la empresaria colombiana Valerie Echavarría, su esposo Santiago Vélez y el chef español Siggy Soler.
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Hace varios años, durante una comida, pensaron que sería interesante crear una empresa para traer productos diferentes a Costa Rica.
Como Valerie se había dedicado tiempo atrás a comercializar bienes importados en Medellín, incluidas artesanías ticas de Sarchí, vio que era una buena opción.
Así fue que fundaron la empresa hace alrededor de seis años.
Valerie contó que dos años atrás uno de sus clientes no contaba con el dinero para cancelarles unos pagos, por lo que les pagó con un Ape usado.
Su idea siempre había sido comprar un camión y equiparlo con los licores para la realización de eventos, pero a futuro.
Esta fue una oportunidad para adelantar sus planes.
Sus hijos se encargaron de pintarlo, diseñarlo y decorarlo.
La empresa va a bodas, fiestas, celebraciones patrias y actividades en centros comerciales en las que ofrece sangría Lolea, el Ron Parce y los vinos Conde de Altava y Nobleza, que son los que importan.
“Llevamos el producto a la gente. Como el carrito es tan versátil y el diseño tan bonito, todo el mundo se arrima. No lo ven como un carro, sino como un personaje”, expresó la emprendedora.
Vicente Vélez, hijo de Valerie, comentó que con su hermano Manuel y su hermana Amparo transformaron el carro: lo pintaron del color rojo de Lolea, le pusieron los círculos que caracterizan a esa marca, pero también se inspiraron en la forma y colores del insecto mariquita.
Además, las luces del carro se diseñaron de forma tal que parezcan pestañas, se le pusieron luces rústicas de color amarillo y las mismas cajas de la sangría sirven de decoración (como una bodeguita).
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Según Vicente, el negocio cambió pues antes solo eran proveedores de restaurantes y supermercados.
Ahora, al participar en eventos, tienen una conexión más directa con los clientes, lo que es un valor agregado y les da la capacidad de tomar parte en eventos en los que probablemente nunca hubiesen estado.
La empresa tiene más planes: habilitará un Land Rover para vender el ron y buscará así crear el mismo concepto que plantearon con el Ape.
Diversificarse con catering
Henry Hane, empresario del sector de la gastronomía y gerente del restaurante Sisso, señaló que por medio del vehículo buscan innovar y diversificarse.
Sisso se ubica en Guachipelín de Escazú,
El propósito es ingresar al mercado de catering service con la comida mediterránea que se vende en Sisso.
“Queremos que no sea el mismo catering aburrido de toda la vida: que silla, que mesa, que mantelería y la comida”, expresó.
La idea es que el Ape se pueda parquear en la entrada de la casa (donde los contraten), en una oficina, en un parqueo, en un parque, al lado de una piscina.
"Como es pequeñito, práctico y liviano es como una cocinita móvil, básicamente”, añadió Hane.
Él comentó que la empresa estaba buscando un vehículo “atractivo y que no fuera muy costoso”.
Se inclinó por el Ape, pues consideró que un food truck tradicional era muy grande.
Se invirtieron aproximadamente $12.000 en su compra y equipamiento. El fin es atender pequeños y medianos eventos.
En alrededor de diez días estará al servicio de los clientes, pues el “carrito” se está personalizando y armando para colocar la cocina y que además lleve el logo y los colores del negocio, así como fotografías de la comida.
De esta manera, cuando viajen por la calle también se publicitarían.
“La persona lo ve en la calle y va a decir: “Ah, mirá”. Le toma una foto, apunta el teléfono para llamar y preguntar”, vislumbró.
Algunos de los productos que venderán son ensaladas, carpaccio, pizza mediterránea, sándwiches, wraps, entre otros.