Varios países están implementando medidas de reinicio de actividades, después de confinamientos totales o parciales, y a nivel local los negocios van reabriendo sus tiendas e instalaciones.
El ajuste a la “nueva realidad” implica ajustes rápidos tanto a nivel operativo, para hacer frente a la situación económica, como para mantener las medidas sanitarias de distanciamiento e higiene pues el virus se mantendrá durante un buen periodo.
“El mundo del trabajo nunca volverá a ser el mismo y esto implica labrar un camino claro para una mayor flexibilidad con el personal, lo cual incluye trabajar de manera remota, como lo hemos venido presenciando”, indicó Natalia Severiche, Country Manager de ManpowerGroup para Costa Rica.
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La firma realizó un análisis junto con Randstad NV, Adecco Group y otras empresas globales de la industria de talento humano, sistematizado en el informe “Regresar al trabajo de manera segura en la nueva normalidad”.
Las firmas coinciden en que, para proveer la máxima seguridad a colaboradores y clientes, es crítico que las empresas cuenten con protocolos efectivos para comunicarse.
De lo contrario, sin lineamientos ni procesos claros, las personas tendrán temor por su salud y los consumidores estarán renuentes a volver a confiar.
De acuerdo con el reporte estas son las principales recomendaciones para organizar los recursos necesarios antes, durante o después de la reactivación.
Las diferentes industrias y sectores deben visualizar los retos y oportunidades que se le presentan.
Establecer un acceso controlado y respetar el distanciamiento físico:
-Establecer políticas de acceso al centro de trabajo.
-En caso de ser necesario, medir la temperatura al ingresar al edificio.
-Realizar chequeos al azar visuales y de temperatura durante la jornada laboral.
-Solicitar teletrabajo al colaborador ante la menor señal de síntomas de COVID-19.
-Rastrear y documentar todas las entradas al edificio y salidas.
Sobre el trabajo remoto:
-Impulsar el trabajo remoto y prácticas de liderazgo actual, enfocado en lo digital.
-Ofrecer webinars y capacitaciones a distancia para un trabajo remoto, eficiente y ordenado.
Planeación de horarios:
-Crear turnos diferenciados y tiempos de receso para tener mínima cogestión en permisos laborales.
-Dividir turnos y dispersar lugares de trabajo y escritorios que están a mínima distancia.
-Identificar y aislar grupos vulnerables de colaboradores.
-Definir planes de contingencia para el trabajo.
Dar prioridad a la higiene y salud:
-Establecer políticas claras de distanciamiento físico en el lugar de trabajo.
-Establecer procedimientos diarios de desinfección.
-Promover de manera obligatoria protocolos de higiene y salud (lavado de manos, uso de mascarilla y guantes en caso de ser necesario) para colaboradores.
-Disminuir el uso de los ascensores, en la medida de lo posible.
-Descontinuar el uso de artículos compartidos (lapiceros, grapadoras, teléfonos).
Cumplimiento y comunicación:
-Establecer los objetivos y el propósito que debe seguir cada área para mantener la seguridad.
-Realizar de manera aleatoria la revisión al desempeño de todos los departamentos.
-Reportar síntomas de COVID-19 a la mayor brevedad posible.
-Brindar información clara a los colaboradores sobre los protocolos de las autoridades vinculantes a la pandemia COVID-19.