Los economistas, administradores, estadísticos, auditores y actuarios que desean iniciar un emprendimiento, ya sea de servicios como en otro giro de negocios, pueden obtener el apoyo que requieren para impulsar sus iniciativas.
El Centro de Innovación y Desarrollo Empresarial (CIDE) del Colegio de Ciencias Económicas prepara su próxima convocatoria de proyectos para los interesados, tras haberse integrado a la Red Nacional de Incubación y Aceleración del Ministerio de Economía, Industria y Comercio (MEIC).
Su incorporación a la Red facilitará el acceso a los servicios que brindan las 16 incubadoras y aceleradoras ya integradas, así como se articularán esfuerzos para el acceso a recursos e incentivos del Sistema de Banca para el Desarrollo a través del Banco Popular.
“Fomentamos la cultura de emprendimiento”, dijo Ennio Rodríguez, presidente del Colegio de Ciencias Económicas. “Creemos en la necesidad de fomentar emprendimientos por la naturaleza del cambio del entorno y del cambio tecnológico”. El Colegio cuenta con más de 45.000 personas.
Rodríguez recalcó que el modelo de incubación ofrece oportunidades de empleo, ingreso familiar y crecimiento económico. Se requiere, sin embargo, implementar cambios especialmente en tramitología para inscribir e iniciar una empresa.
En países como Estonia se cuenta con una oficina virtual para registrar un negocio en 20 minutos, mientras que en Costa Rica se tarda varias semanas y las personas deben recurrir a diferentes entidades para presentar sus trámites. Solo para el servicio de electricidad, la duración promedio es de 15 días.
Los esfuerzos realizados para mejorar son insuficientes. El país, según el índice Doing Business del Banco Mundial, cayó siete posiciones (a la número 74 de 190 países) en el ranking global en los últimos años. En la región, Chile (posición 59) es el país con mayores facilidades para hacer negocios, seguido por México (60), Puerto Rico (65), Colombia (67) y Jamaica (74).
Virtualizado
Si a nivel institucional en el país hay mucho que hacer, a nivel micro las iniciativas para brindar apoyo, entrenamiento y asistencia se han diversificado, como lo muestra la cantidad de incubadoras y aceleradoras integradas en la Red, incluyendo la del Colegio de Ciencias Económicas.
El CIDE se estableció en marzo de 2020 con el objetivo de apoyar a economistas, economistas agrícolas, administradores en todas las áreas de especialización, estadísticos, auditores y actuarios colegiados a desarrollar sus proyectos de emprendimientos. Debido a la situación y a que desde el inicio se contempló el uso de varias plataformas tecnológicas se pudo iniciar de forma virtual.
Durante el año que lleva de funcionamiento ya ha apoyado a 128 iniciativas de negocios a través de las diferentes sedes regionales y oficinas administrativas del Colegio en el país.
Los proyectos abarcan desde servicios hasta producción y se incluyen, por ejemplo, proyectos de turismo de aventura, artesanías, consultoría de recursos humanos y asesoría en impuestos y presentaciones de las declaraciones tributarias.
Rodríguez indicó que el CIDE cuenta con una sede con espacios para coworking, reuniones (cuando una persona emprendedora requiera) y conferencias, entre otros recursos. Se proyecta que los emprendedores también puedan realizar los trámites para registros de propiedad intelectual, como marcas y patentes.
El Centro ofrece apoyo en cuatro etapas: pre incubación (pasar una idea a modelo de negocios, formalización y registro de la empresa para que califiquen a financiamiento), incubación (diseño de negocios y capacidad productiva) y aceleración (que se alcance escala y lleguen a exportar incluso).
¿Por qué acudir a una incubadora?
Bridge for Billions, firma especializada en programas de emprendimiento, advierte que —pese a que las incubadoras están diseñadas para trabajar con nuevas empresas y empresas en etapa inicial— la mayoría de las veces se utiliza estos programas demasiado tarde en el desarrollo de su negocio.
La firma recomendó a las personas emprendedoras:
1. Deben permitirse cometer errores antes de que sea demasiado tarde
Algunas personas piensan que la ideación y la creación de prototipos deben venir antes de la incubación, cuando más bien los procesos deben ocurrir simultáneamente. Las incubadoras son lugares de prueba y error: la incubación temprana de empresas permite cometer errores, cambiar ideas, volverse flexibles y prepararse para el fracaso antes de haber invertido demasiado tiempo, dinero y emoción.
2. Vea los programas de incubación como una experiencia de aprendizaje
Asuma el proceso como una experiencia de aprendizaje y de descubriendo de la viabilidad de su negocio. Es mejor aprender de errores menores que del fracaso total de la empresa. Aunque es importante entrar en un programa de incubación con una idea clara y sólida, unirse en las primeras etapas de desarrollo es vital para mantener la flexibilidad en los procesos de desarrollo y en el producto final. Esto es especialmente importante si es su primera empresa o si tienen una experiencia limitada en los negocios.
3. Defina y diseñe su negocio de forma lógica
No es raro que los emprendedores se ciñan a su área de especialización y descuiden las áreas con las que se sienten menos cómodos. Pero un buen programa de incubación les ayuda a definir los pasos de desarrollo de su negocio, a definir una estructura, tener mayor comprensión y desarrollar una visión clara para sus negocios, para responder a los inversores potenciales y con herramientas adecuadas para trabajar en todos los fundamentos de una empresa.
4. ¿Qué pasa con las mentorías?
Todo emprendedor debe intentar buscar un programa que incluya mentorías, porque la intervención temprana de los profesionales de la industria es vital para el desarrollo inicial de una empresa. Al trabajar con un mentor, estarán al tanto de un punto de vista externo y podrán evitar desafíos imprevistos. Por supuesto, la mentoría también abre oportunidades de networking, algo que será clave en las etapas iniciales (y posteriores) de sus negocios.