En Coffee & Kids, el restaurante con espacio de entretenimiento para menores de edad y adultos en Heredia, están valorando retomar el servicio express con mensajeros propios.
Actualmente el 98% de las ventas son de clientes que llegan al negocio. El resto es de clientes que pasan a recoger el pedido.
“Si el gobierno aumenta las restricciones vamos a necesitarlo para mantener las ventas”, dijo Johan Coto, copropietario de Coffee & Kids.
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El servicio de atención de pedidos los inició en mayo de 2020 cuando se permitió la venta de comidas y bebidas mediante pedidos.
Con la población en confinamiento fue clave para el negocio. Se recibían pedidos a través de servicios delivery. También se atendían pedidos directos que se atendían con servicios de mensajería subcontratados.
Algunos fines de semana se atendía la demanda a domicilio hasta con tres mensajeros.
Cuando las restricciones más fuerte se fueron eliminando y la población tomó confianza para asistir a los negocios que cumplieran los protocolos y con espacios abiertos, Coffee & Kids incluso cambió de sede a un local más grande y donde ofrecían diferentes áreas.
Aquí la capacidad total es de 200 personas, pero se mantiene el aforo al 50% según las regulaciones. Las ventas de pedidos bajaron desde el 25% hasta el 2% del total. Hace unas semanas se decidió recibir pedidos solamente para que el cliente pasara a recogerlos.
Por el nivel actual de las restricciones no se esperan efectos fuertes en las ventas, pues más bien les permite una mayor y mejor gestión de las reservaciones para atención presencial, así como para reducir las esperas.
Johan considera que el express es más personalizado y más económico, porque se negocia directamente con la persona a la que se subcontrata el servicio de mensajería. También se puede establecer un contrato con una empresas de mensajería.
En ambos casos, Johan dice que el costo del servicio no afecta el margen de ganancia de cada producto o pedido.
Hay otros cuidados que se debe considerar, en cualquier caso. El mensajero —incorporado a la planilla o subcontratado— es la imagen de la empresa al hacer la entrega ante el cliente y, si está debidamente identificado, ante otros públicos.
Hay dos cuidados adicionales que no pueden dejarse de lado: el mantenimiento del vehículo y la seguridad del motociclista.
“Todo negocio debe crear conciencia en la persona que realiza las entregas, quienes normalmente se movilizan en motocicletas, que el chasis es la misma persona”, advirtió José Andrés Acosta, gerente del Car Club de Firestone, perteneciente a Bridgestone Costa Rica.
Acosta indicó que no importa si la moto es nueva, seminueva o usada sufre un desgaste, por lo que se debe revisar todos los días las luces, los ajuste y la lubricación de la cadena, las manillas y cables (que estén bien sujetos), y la patilla (que sujete el vehículo cuando se estaciona y no se baje cuando se va en camino).
Parte de la rutina debe ser también revisar las llantas (que no tengan cortes y su nivel de presión), frenos, aceite, manillas, espejos (que estén bien sujetos), y el equipo personal de seguridad (casco en buen estado, abrigo y rodillas para protección).
Las empresas deben también revisar que se cuente con el derecho de circulación e insistir con el motociclista en la necesidad de respetar las señales de tránsito.