La sostenibilidad ya no es simplemente una palabra de moda y es fundamental para la forma en que las marcas, los comercios minoristas y las pymes respondan a las expectativas cambiantes de los consumidores sobre el suministro, el empaque y la entrega de productos.
Los “cuidados ambientales” son un requerimiento primordial para las nuevas generaciones de consumidores, los millennials y los centennials, que representan cerca de $800.000 millones en poder adquisitivo a nivel global, según eMarketer.
La sustentabilidad también se convierte en una exigencia cada vez más presente entre las otras generaciones adultas y no solo como variable en la percepción o imagen de las marcas.
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Cada vez más lo ambiental es un criterio de compra, de inversión, de consumo, donde se generan altísimas expectativas de los consumidores para que las marcas exhiban responsabilidad social y ambiental. Las marcas que se perciban como atrasadas en lo ambiental perderán el favor de los consumidores y especialmente de las generaciones jóvenes.
Y hay varias “modas”: la de alquiler de inmuebles con ofertas y servicios de reciclaje, espacios verdes, tratamiento de aguas residuales, digitalización de trámites; la de reventa de artículos y productos, en lugar de desecharlos; la vestimenta sostenible; la automatización de servicios que permitan ahorros de combustible, en transporte y traslados, con menores emisiones de carbono; los alimentos saludables, frescos y orgánicos.
En Estados Unidos varios minoristas están aprovechando estas tendencias: Rent the Runway, TheRealReal, Poshmark, Depop, Lululemon, Ikea y Urban Outfitters.
Las marcas sostenibles directo al consumidor (Direct to Consumer o D2C) se están moviendo en el centro del escenario. Firmas D2C nativas digitalmente como Warby Parker y Allbirds han construido sus marcas con base a la sostenibilidad y la responsabilidad corporativa, ahora bajo un mayor foco de atención como empresas que cotizan en bolsa recientemente.
A medida que ellas y otras marcas de D2C crecen a través de extensiones de cartera, expansiones de canales y nuevas fuentes de ingresos, su desafío será aumentar las ganancias sin dejar de ser fieles a su esencia.
Las empresas también están probando la adopción de prácticas de envasado más sostenibles.
Por ejemplo, Amazon realizó una jornada para consolidar los pedidos en una única entrega semanal, al tiempo que enfrenta mayores presiones —al igual que otras firmas tecnológicas— para que aumente sus acciones en pro del medio ambiente.
Walmart tiene como objetivo lograr envases 100% reciclables, reutilizables o compostables en sus marcas privadas para 2025 y está presionando a los proveedores, según eMarketer, para que reduzcan significativamente las emisiones de carbono como parte del Proyecto Gigaton.
En Costa Rica hemos visto el surgimiento de empresas en el sector minorista de venta a granel y de economía circular con propuestas encaminadas en ese sentido, como Santa Cero en San Francisco de Heredia, El Tramito y El Estanco Verde en Carretera Vieja a Tres Ríos y Santa Tere en Escalante. Pero la sustentabilidad no solo es para este tipo de negocios o para los de turismo que reciben visitantes de Estados Unidos, Canadá y Europa interesados en la naturaleza.