No hace falta ser una gran empresa para tener programas ambientales y aplicaciones por medio de las cuales los clientes compensen la huella de carbono o CO2 generada cuando se trasladan a un sitio, por ejemplo.
El hotel boutique Nayara Resorts, como parte de sus iniciativas, ofrece la posibilidad para que los turistas puedan compensar su huella a través de una aplicación web desarrollada por la firma Anaconda Carbon.
“Hemos realizado esfuerzos en conservación y quisimos ir al origen de todo, donde más se producen gases de efecto invernadero”, explica Jairo Quesada, gerente general de Nayara Resort.
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El consumo de energía, el transporte al trabajo, a un centro comercial o a un sitio turístico, el ganado y cualquier actividad en general produce emisiones. En Costa Rica se estima que producimos 1,6 toneladas de CO2 y en algunos países como Estados Unidos y Australia se llega a unas 15,5 toneladas de CO2 per cápita, debido a la gran cantidad de vuelos internos cada día y el uso intensivo de automóviles en transporte local.
El propósito de la iniciativa es concientizar al huésped, que obtenga información sobre la huella generada en su viaje y que pueda neutralizarla con una compra de bonos ambientales, lo que también está orientado a los esfuerzos de ser país neutral. El huésped también lleva la iniciativa a su lugar de origen.
La aplicación se abre en el navegador web utilizando un código QR que encuentra en el ingreso del hotel y en la habitación, utilizando el teléfono inteligente, e introduce la información del viaje, obtiene el dato de su huella de carbono y paga —utilizando una pasarela de pago— el bono, que tiene un valor promedio de $3 por noche de estadía.
De inmediato el turista recibe un certificado que indica los datos específicos (número de serie e información de vuelo, noches en el hotel, kilómetros en transporte local y el proyecto al cual se contribuye), el cual es avalado por Naciones Unidas. Posteriormente le llegará a su correo electrónico registrado información sobre los proyectos ambientales en que se invirtió el aporte.
Quesada afirmó que el dinero no lo recibe Nayara Resort y más bien es administrado por Anaconda para entregarlo a organizaciones y proyectos ambientales.
La plataforma incluye información de la huella carbono y su equivalente monetario de 34 destinos desde los que se reciben vuelos en los aeropuertos Juan Santamaría y de Liberia, así como de su estadía,
Federico Castro, director de Anaconda Carbon, explicó que las métricas utilizadas se basan en lo que establece la norma ISO 14064-1, que especifica los principios y requisitos para la cuantificación en toneladas y el informe de emisiones y remociones de gases de efecto invernadero (GEI) en las organizaciones.
Para determinar la huella de un vuelo desde Madrid, España, se utilizan los factores definidos por la Intergovernmental Panel Climate Change (IPCC).
La plataforma, que brinda la trazabilidad del proceso, también se podría aprovechar en otras aplicaciones, como la compensación de la huella de carbono en la vida cotidiana, para lo que utilizan sistemas de estadísticas ambientales. Por ejemplo, la compensación por el CO2 producido por un vehículo de gasolina con motor de 2.000 centímetros cúbicos en Costa Rica sería de casi ¢2.
La información de los aportes se integra a la página de la Conferencia de la ONU sobre el cambio climático (UN-FCCC).
Anaconda Carbon opera desde 2016 impulsando este tipo de programas y certifica proyectos de energía limpia y renovable para firmas locales, cuenta con oficinas en Honduras y representantes en México y Colombia, y clientes en otros países de América Latina y Europa en sectores de las industrias inmobiliaria, de café, de plásticos, alimentaria, automóviles y de banca.
En el turismo los programas de este tipo refuerzan la vocación ecológica local y tendrían una excelente recepción. “Nuestro turista ya de por sí tiene una mayor vocación ambiental”, explica Castro.
La firma Brother International Corp. recalca que la sostenibilidad en los negocios está vinculada a la conservación ambiental y la reducción de las brechas de género, la inclusión social, la digitalización y el desarrollo de modelos de trabajo alternativos con impactos positivos en la rentabilidad, el desarrollo de un enfoque estratégico y en la relación con sus comunidades y consumidores.
En el país otras firmas comercializan productos y soluciones que plantean propósitos ambientales también. Por ejemplo, la empresa ABT Powersports — fundada en 2012 por Amadeo Quirós Marten, Amadeo Quirós Ramos y Bernardo Castro— distribuye tres modelos de bicicletas eléctricas de las marcas Sondors.
Las bicicletas pueden cargarse en cualquier lugar con entrada de 110V, cuentan con motores de 500 y 750 Watts, llantas todo terreno y baterías que duran hasta 75 kilómetros. “Queremos dar más alternativas a todo aquel que quiera movilizarse de una manera divertida, segura y sin generar emisiones de CO2”, afirma Pablo Otero, gerente general de ABT Powersports.
Nayara también desarrolla otras iniciativas en su complejo de tres propiedades (Nayara Springs, Nayara Gardens y Nayara Tented Camp), donde cuentan con bosque tropical, arroyos y aguas termales
El hotel construyó un santuario para perezosos, un corredor biológico que alcanza un área de unas 25 hectáreas —donde sembraron 3.000 árboles de Cecropia o guarumos— y el cual también permitió recuperar el hábitat para monos congos y otras especies.
En el campo energético incorporaron llaves inteligentes para las habitaciones, las cuales se colocan y se retiran de un switch al ingresar y salir de la habitación, respectivamente, con lo cual se activan y desactivan los dispositivos como el aire acondicionado. El Hotel también implementa programas dirigidos a sus colaboradoras, que viven diferentes tipos de situaciones personales por su condición de mujer y en varios casos de madres solteras.
“Queremos generar un impacto”, dice Jairo Quesada, de Nayara Resort.