En el Barrio La Cruz de Liberia, unos tres kilómetros al sur de la ciudad sobre la carretera Interamericana, la Asociación de Desarrollo Comunal desarrolló un proyecto de una cancha de fútbol cinco para generar ingresos, con el objetivo de aprovechar el espacio y obtener recursos para el mantenimiento de los activos propiedad de la organización.
Por ahora, debido a las medidas sanitarias, las canchas no se están utilizando. Las canchas se sumarían a las diversas actividades para generar ingresos y cubrir gastos como los servicios públicos, en especial luz y agua. Las expectativas no son reducidas. “La gente pregunta cuándo puede reservar y usar la cancha”, dice Adis Morales, vicepresidenta de la Asociación.
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La iniciativa surgió después que en 2019 se reorganizó la junta directiva y se vio la necesidad de restablecer incluso el salón comunal, cuyo techo estaba afectado por el comején y por el robo de materiales de la parte que se reparó. Además, se disponía del terreno, donde también se estableció un parque de juegos infantil con apoyo del Patronato Nacional de la Infancia (Pani) y la Dirección Nacional de Desarrollo Comunal (Dinadeco).
Algunos de los integrantes de la la Asociación recibieron capacitación en gestión de proyectos con la Universidad Estatal a Distancia (UNED) y ahí surgió la idea de la cancha de futbol cinco. También se recibió apoyo de la Universidad Técnica Nacional (UTN).
En noviembre del 2019, se planteó la iniciativa para recibir el apoyo de Fundes, Incae y BAC Credomatic, que desarrollan un programa de emprendimiento para comunidades.
La implementación no fue sencilla, pues incluso en medio de la pandemia tuvieron que reorganizar la directiva ya que al menos una de las dirigentes tuvo que trasladarse a otro sitio de Guanacaste pues quedó sin empleo y un familiar se enfermó. El proyecto de la cancha permite dar uso a un espacio que estaba sin ocupar y sin luz, al tiempo que se brinda una opción para que las personas hagan deporte.
Proyectos similares se desarrollaron en La Fortuna, San Carlos, y Frailes, Desamparados, con el auspicio de Fundes, Incae, Dinadeco y BAC Credomatic con el fin de contribuir con el desarrollo económico local a partir del emprendimiento comunitario. En noviembre de 2019 se realizó la invitación a las Asociaciones y un mes después se hizo la selección. En el primer trimestre de 2020 se realizaron talleres con las comunidades de los proyectos elegidos.
La idea es extender el programa a otras comunidades. “La idea es moverse a diferentes comunidades, generar empresa y que se reinviertan los recursos, se genere empleo, se logren encadenamientos locales y se desarrolle la identidad local”, dijo Fiorella Blanco, directora de estrategia y crecimiento de Fundes Latinoamérica. Finalmente, cada proyecto debería impactar el índice de desarrollo cantonal que lleva el Incae.
Blanco explicó que las Asociaciones son fundamentales en el proceso de desarrollo local, pues son organizaciones que impulsan la mejora de la infraestructura y del nivel económico y social de las comunidades. Además, se busca apoyar proyectos que son rentables.
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El programa se implementa en conjunto con el Incae (que aporta el índice de progreso local), BAC Credomatic (acceso a financiamiento y apertura de cuentas) y Dinadeco (asesora a más de 3.000 Asociaciones en el país). Fundes realiza talleres de sensibilización y capacitación, así como se brinda acompañamiento a cada organización para hacer realidad el proyecto de negocios, utilizando el modelo Social Canvas.
En los talleres se analiza la generación de valor, los planes operativos, la gestión financiera y el plan de negocios de los proyectos, entre otros. Además, se realizan estudios o sondeos de mercado para identificar si la idea de negocios tiene sentido, se brinda asistencia personalizada, se trabaja en transferencia de conocimiento y tecnológica, y se brinda apoyo para el cumplimiento de los requisitos legales.
Los proyectos pueden involucrar el apoyo de otras entidades, como las municipalidades, las Asociaciones administradoras de los Sistemas de Acueductos y Alcantarillados (Asadas), UTN, el Instituto de Desarrollo Rural, el Centro Agrícola, el Instituto Nacional de Aprendizaje (INA) y los ministerios de Planificación, de Deportes, de Agricultura y Ganadería,de Salud, y de Economía, Industria y Comercio.
“En cada caso se despliegan mesas de diálogo para involucrar a los actores claves para la implementación (incluyendo los trámites de permisos), hallar el camino y que el proyecto continúe”, indicó Blanco.
En Frailes de Desamparados se desarrolló una cafetería llamada Paraíso Café que aprovecha las tradiciones y la cultura cafetalera de la localidad. Además, se ofrece una experiencia vivencial sobre el cultivo del café. Acá se trabajó también con la Unión Zonal de los Distritos del Sur.
En La Fortuna se crearon varios locales comerciales para alquilar, en conjunto con la Asociación de Zeta Trece, aprovechando el desarrollo turístico de la zona.
La implementación de los proyectos tarda un año en promedio. Los tres proyectos, incluyendo el de Liberia, tienen un impacto que va más allá de cada comunidad, pues son ejemplos de reactivación económica a nivel comunal.