En los negocios, si la persona propietaria o gerente se descuida, hay una serie de “pequeños” gastos que se van acumulando, aumentan los costos, reducen las ganancias y drenan la rentabilidad.
Les llaman los gastos hormiga. Pero hay gastos que también se suman y reciben otras denominaciones similares: los gastos vampiro y los gastos fantasma. Todos deben ser identificados o mapeados, analizados y monitoreados.
“Las personas que tienen un emprendimiento se preocupan por los grandes gastos, pero olvidan los pequeños gastos”, advirtió Javier Angulo, gerente de educación financiera y sostenibilidad de CS Ahorro y Crédito.
En las empresas los gastos deben planificarse, incluyendo los que corresponden al fin de año (pago de marchamo, pago de impuestos, aguinaldos). Diego Benitez, director de Empodérate, indica que lo ideal es hacerlo desde el inicio de cada año, seguido de la revisión del presupuesto y la asignación de un monto de ahorro para hacerles frente y para imprevistos.
Coopenae realizó un sondeo entre 1.277 personas y encontró que el aumento de los precios de alimentos, combustible y el dólar son las preocupaciones centrales, junto al desempleo. La entidad recalca en la necesidad de hacer un presupuesto, gestionar las deudas para mantener un récord crediticio positivo, reorganizar los gastos y generar nuevos ingresos.
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¿Cuáles son?
Gastos hormiga
Son pequeños gastos que se realizan por hábito. Por ejemplo, como una persona emprendedora tiene una línea muy delgada entre los gastos personales y empresariales, se incluyen ahí antojos personales, compras electrónicas personales y compras compulsivas que se cargan a la caja de la empresa.
Normalmente no son compras que se necesitan. Abarcan compras de alimentos o gastos personales como café o cigarrillos y la compra que se realizó a un vendedor que pasó ofreciendo algún producto..
Todos estos gastos van sumando y al final de mes absorben la capacidad de administración de los ingresos, cercena el presupuesto y reducen la posibilidad de hacer frente a pagos como los de servicios públicos.
“Hay que tenerlos mapeados, identificados y controlados. Luego no se sabe por qué se fue la plata”, dijo Ángulo.
Gastos vampiro
Se les llama así porque son gastos que ocurren durante el horario nocturno, como el consumo de electricidad por equipos que quedan encendidos y conectados.
Van desde coffee maker, olla arroceras, computadoras, equipos multifuncionales, fotocopiadoras, impresoras, teléfonos móviles, microondas, pantallas y luces que se dejan encendidas supuestamente para disuadir a los ladrones, entre otros.
Se estima que los gastos vampiros representan entre el 5% y el 10% de los gastos mensuales de una empresa.
Ángulo recomienda hacer inventario de los equipos y dispositivos que se utilizan y de las medidas a adoptar, incluyendo uso de regletas que —además de amortiguar los picos eléctricos— puedan desconectarse y así desconectar varios equipos y dispositivos. Otras medidas son realizar el apagado desde la caja de breakers, utilizar sistema de iluminación inteligente y paneles solares. En este último caso, se debe realizar un análisis de costos y de beneficio.
Gastos fantasma
Son los gastos que no ven, pero que al generarse le causarán impacto como los generados por atrasos en el pago de los préstamos o de las tarjetas de crédito, impuestos o multas de tránsito.
Se incluyen cargos automáticos a las tarjetas por membresías de clubes y servicios (Netflix, por ejemplo) o suscripciones que no se utilizan.
“Son gastos que pueden llegar a ser altos”, advirtió Ángulo. “Si no se controlan puede causar un susto”. El especialista recomienda revisar todos estos gastos, los contratos y saber cuáles realmente son necesarios.