El 6 de marzo será una fecha que todas las personas emprendedoras y empresarios recordarán: fue el día en que se reportó el primer caso de COVID-19 en Costa Rica.
A la semana siguiente el Mariposario Sarchí, ubicado en ese cantón alajuelense, tuvo que cerrar, como muchos otros negocios debido a las medidas de emergencia.
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Tras unas semanas reactivaron las ventas por redes sociales. En agosto inauguran la tienda en línea, a través de un servicio del Instituto Costarricense de Electricidad (ICE), como Mariposas Accesocios CR.
“La primera semana fue de shock”, recuerda Danilo Rodríguez, copropietario junto con su esposa, Mónica Rodríguez, de Mariposario Sarchí. “Uno no sabía qué hacer”.
Fue Mónica la primera en reaccionar.
La alternativa era vender a través de redes sociales. Ya habían empezado a hacerlo en octubre del 2019 y ahora era la alternativa que les quedaba.
En marzo tenían 1.600 seguidores en Facebook.
Apoyándose en Facebook, Instagram y WhatsApp empezaron a ofrecer los productos de joyería que confecciona Mónica con las mariposas que van muriendo.
En la colección tienen 23 especies de mariposas y ya tenían certificados con datos de cada una para entregar a los compradores.
En su portafolio hay 50 productos que incluyen anillos, collares, aretes y pulseras, además de accesorios.
Por ejemplo, se puede comprar un collar con un dige de una ala de mariposa o con una mariposa entera.
Hay otro collar con las dos alas de la morpho, entrelazadas por un alambre bañado en oro o plata y que en el centro forma el cuerpo de la mariposa.
Los precios van desde los ¢5.000 a los ¢50.000, en este caso para juegos que incluyen anillo, collar, aretes y pulsera.
En marzo estaban a punto de dar un salto para realizar ventas en el exterior, especialmente en Europa y Asia, mediante un representante de ventas que viaja constantemente desde Costa Rica a esos continentes.
La pandemia y el cierre de aeropuertos y vuelos en prácticamente todo el mundo, incluyendo en el país, lo retuvo aquí.
Al tiempo que empiezan a impulsar las ventas por redes sociales y con la ayuda de una amiga fotógrafa crean los certificados, Mónica y Danilo elaboran un catálogo.
Cuando un cliente les pregunta por productos, ellos le envían el catálogo a través de WhatsApp el PDF para que elija.
El mariposario lo pudieron abrir en junio, pero en julio debido a las segunda ola de contagios del COVID-19 prácticamente ha estado cerrado durante todo el mes.
La salvación son las ventas por medio de las redes sociales, que les generan un tercio de los ingresos que obtenían anteriormente.
Las ventas en redes sociales también siguen, empero, los vaivenes del ánimo de los costarricenses.
Actualmente, con su propio esfuerzo, llegaron a casi 4.000 seguidores en Facebook.
“Cuando hay apertura del comercio la gente se siente con más confianza y compra más”, explica Danilo.
Ellos tienen claro quiénes son sus clientes y han terminado de afinar el perfil de los clientes en el proceso de desarrollar la tienda en línea.
El proyecto empezó cuando vieron un anuncio de Kölbi, la marca de servicios de telecomunicaciones del ICE.
Enviaron un mensaje al número que decía el anuncio y un ejecutivo los visitó.
Firmaron un contrato por año mediante el cual el ICE se encarga de desarrollar el sitio web y brindarles el hospedaje.
Además, les apoya en la gestión de redes sociales (con cuatro publicaciones por mes) y les brinda capacitación para que ellos también se hagan cargo el resto de las semanas.
Danilo explica que los primeros tres meses deben pagar una cuota más alta y que en los siguientes nueve meses la cuota baja al 20% de los primeros tres montos.
¿Les alcanza? Le pregunto, pues ese primer semestre es más duro.
“Es una inversión que tenemos que hacer”, responde Danilo. “Tenemos que trascender. La página estará en inglés y español. Los certificados estarán en varios idiomas, incluyendo alemán”.
El sitio web tendrá pasarela de pagos y también incorporarán el sistema de pagos en línea PayPal, con el apoyo del Banco Nacional.
Con el Banco Popular se facilitarán los pagos vía el Sistema Nacional de Pagos Electrónicos, a través del celular, con el servicio conocido como Sinpe Móvil.
A nivel local las entregas se realizan mediante Pyme Express de Correos de Costa Rica y a nivel externo están valorando tres opciones: DHL, UPS o City Courier.
Danilo dice que de Europa les llegan pedidos. También de segmentos de ingresos medios en el país, como profesionales y empresarios.
La mayoría de los clientes son mujeres, pero hay hombres que compran para obsequios a sus pareja o a una familiar. (También están diseñando productos para los hombres.)
Les compran funcionarios públicos o personal de centros de llamadas o de servicios que hay en el país, enfermeras, empleados municipales.
El primero de agosto inauguran la tienda en línea y con eso esperan tener un mayor alcance y mayores ventas.
“A pesar de lo que se está viviendo hay que tener mente positiva”, recalca Danilo. “Esto no es para toda la vida”.