Ariel Porras Rozas salió de la carrera ingeniería ambiental en el Instituto Tecnológico de Costa Rica y se dedicó a brindar servicios de consultorías. Entonces se dio cuenta de las necesidades que tienen las pequeñas y medianas empresas (pymes) en este campo.
Entonces impulsó un proyecto para ayudarlas. Ariel estudió la situación de las pymes, así como la falta de recursos y de facilidades para tener acceso a esos programas y certificaciones ambientales.
Creó un sitio web con recursos, artículos científicos e información sobre normas ISO de ambiente, el programa Bandera Azul y el de carbono neutralidad.
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El sitio web incorporó herramientas para que las empresas aplicaran un diagnóstico. Pero las empresas no se animaban. La página se mantuvo hasta el año 2017. Duró dos años. “Faltaron también patrocinadores y alianzas”, dijo Ariel.
Desde que se egresó de la carrera empezó el proceso de formación y apoyo del programa de emprendedores del TEC y se dio cuenta que no era suficiente tener una buena idea de negocios ni buenas intenciones.
Le hacía falta tener un equipo de trabajo, un plan de negocios, estudiar más el mercado e incluso alianzas hasta con la competencia.
En la incubadora empezó a enfocarse en cada una de esas necesidades (estando ahí contrató al primer colaborador), formalizó la empresa Ambientica Consulting para cumplir con las obligaciones ante la Caja Costarricense del Seguro Social y el Ministerio de Hacienda, y en la definición de una propuesta de valor.
En 2017 la Refinadora Costarricense de Petróleo (Recope) lo contrató para una asesoría. El proyecto los impulsó.
Junto a los servicios de asesoría y acompañamiento para la implementación de programas ambientales a instituciones públicas y empresas privadas, empezó a desarrollar —como gestor autorizado— un servicio de recolección y reciclaje de desechos de residuos sólidos: plásticos, papel, cartón, aluminio, tetra brik, electrónicos y llantas, entre otros.
La recolección de residuos la empezó a realizar en 2016 utilizando un vehículo de la familia. Tanto los proyectos de asesoría como el reciclaje se incrementaron. En 2019 adquirió la primera camioneta de tres toneladas para recolección de desechos y hace seis meses un camión de cinco toneladas.
La contratación de colaboradores también se fue dando poco a poco, cada uno ayudando en diferente tareas, y actualmente seis personas trabajan con él, incluyendo a su papá, don Arturo, que se encarga del servicio al cliente. Su cuñado Yeiriel Marín programa las rutas.
Un cliente les contó en 2020 sobre el programa de transformación digital impulsado por varias entidades, incluyendo a la Fundación Aliarse y la Mutual Cartago de Ahorro y Préstamo (Mucap). En la Mucap, de hecho, les dieron apoyo.
La iniciativa, en la que han participado 1.3000 pymes, recibieron capacitación en identificación de oportunidades de mercado, mejorar el uso de la tecnología, mejorar la productividad e innovar. El 78% de las pymes son lideradas por mujeres.
“Ni siquiera sabía qué era transformación digital”, confiesa Ariel.
Aunque el cupo era para una sola persona, al final se logró que todos los colaboradores de Ambientica Consulting participaran en los cursos, lo cual fue muy importante para rehacer el plan de negocios, el plan estratégico y la propuesta de valor.
Se rediseñaron también los procesos de mercadeo y contabilidad, el uso de las herramientas digitales y las comunicaciones. La capacitación ayudó a Ariel a expresarse, a tener más equilibrio en la vida personal y a reforzar su liderazgo.
La participación de todos los colaboradores permitió escucharlos. Ellos asumieron los cursos con entusiasmo. Don Arturo mismo obtuvo las mejores calificaciones, dijo con orgullo Ariel.
Con Aliarse, además, ahora participa en un proyecto para recolección de residuos en diferentes sitios del país de martes a domingo.
¿Hacia dónde se dirigen ahora?
El enfoque es apoyar a las pymes en la integración de la sostenibilidad en sus planes estratégicos, en su transformación, que aprendan a reciclar, a tomar datos para la toma de decisiones (“algo tan sencillo como cuánto gastan en combustible y recursos y cuánto ahorran”).
Ariel, que actualmente estudia dirección de proyectos, piensa que a futuro podrá exportar servicios de consultoría ambiental y tener una flotilla para pasar de recolectar dos a 15 toneladas por día.
“Suena mucho. En unos meses el plan es adquirir un camión, porque el mercado lo requiere. Asimismo, no solo es recolectar. También asesorar y orientar a las empresas. Eso es lo que nos diferencia: la orientación a los clientes”, dijo Ariel.