La app de compra y venta de vehículos Todo Motores CR no es su primer proyecto, pero con los anteriores aprendió que, además de tener una buena idea, se requiere desarrollarla y estructurarla como un negocio, así como socios que ayuden en diferentes áreas.
Sebastián Bolaños es programador y desarrollador de software, que desde el colegio empezó a diseñar aplicaciones y juegos en forma autodidacta. Este año ingresó a la Universidad de Costa Rica (UCR) a estudiar ciencias de la computación e informática y se unió con su hermano, Luis Felipe, economista y analista financiero, para impulsar su proyecto emprendedor.
“Lo que buscamos resolver es que la persona suba la información de forma sencilla”, dice Felipe.
Ambos tienen claro que el éxito depende de brindar algo distinto a todas las opciones existentes de compra y venta, como lo prometen con la app. Saben que deberán ir más allá. “Primero queremos crear un nombre, que los clientes descubran la facilidad de uso”, enfatiza Sebastián.
A los 12 años, no hace mucho: en 2014, él agarraba la computadora de su abuelo materno, Luis Serrano, quien es historiador, y empezó a ir más allá de los juegos y la navegación en Internet. Apoyándose en videos que encontró en YouTube, aprendió HTML y con este lenguaje desarrolló una página web. Siguió investigando y desarrolló un videojuego que mostró a sus compañeros en el colegio Saint Paul, en San Rafael de Alajuela. “Lo jugábamos en las compus del colegio”, cuenta Sebastián.
En 2015 empezó a investigar sobre aplicaciones móviles (apps), para tabletas y teléfonos inteligentes. Así diversificó sus conocimientos de lenguajes de programación. Pero para Sebastián no se trata de conocer por conocer.
Con lo aprendido desarrolló una app, que él califica como “muy básica”, donde el usuario daba clic a un botón y aparecía una frase. Fue un primer ejercicio. Después vino otra idea.
Creó una red social que combinaba lo mejor de Facebook (la publicación de fotografías y videos, así como la interfaz) y de Twitter (textos breves y etiquetas).
La desarrolló cumpliendo con todos los requisitos de Apple y la subió al Apps Store en 2018. La red social no prosperó. Claro está, ya existían Facebook y Twitter. Duró ahí unos tres meses y la eliminó. Todo son experiencias.
Inmediatamente diseñó una app de compra y venta de todo tipo de productos. Logró más descargas que la app de la red social, pero no prosperó. Él reconoció los porqué. Iba anotando las lecciones.
Entre 2019 y 2020, al tiempo que terminaba de estudiar en el colegio, empezó a desarrollar sitios web y lanzó tres tiendas en línea propias: una de joyería, otra de ropa y una más de productos de cuidado personal.
Durante el 2020 también desarrolló páginas web de ventas para unos cinco clientes a los que les urgía un canal digital de ventas. Para este proyecto se le unió su hermano mayor Felipe, que se había graduado de economista de la UCR. Aunque Felipe ingresó en abril de 2020 como analista en una firma de consultoría financiera, le quedaba tiempo —después de cumplir sus tareas de su primer trabajo— para el negocio conjunto con Sebastián.
De los cinco clientes a los que les desarrollaron los sitios web, solamente queda uno. El camino recorrido había dejado su marca: en los proyectos anteriores había faltado mercadeo para promover las aplicaciones y los servicios. Nada se vende solo. También, faltó estructurarlos como un negocio, lo que incluía desde la contabilidad hasta los aspectos formales que toda empresa debe llevar, como mínimo, para presentarse y convencer a los clientes.
Felipe y Sebastián complementan habilidades, uno en lo administrativo, contable y financiero y el otro en lo tecnológico. El secreto de un negocio es empezar por lo que se conoce mejor y genera pasión.
Su padre —Marvin Bolaños— trabaja en una compañía distribuidora de automóviles, por lo que ambos crecieron escuchando de vehículos. Con esa herencia y el conocimiento que fueron adquiriendo, sabían que en el mercado hay muchas opciones de compra y venta de autos, motocicletas, camiones y accesorios.
Unas están en redes sociales y otras son empresas con sitios web. Ellos se fijaron en los puntos débiles en diseño, fluidez y experiencia de usuario. Ofrecer algo mejor no era imposible. Especialmente pensaron en cómo facilitar la subida de la información y permitir, para quien tiene urgencia o lo desea, la posibilidad de destacar cada anuncio.
Empezaron a desarrollar la app en diciembre pasado. Los consumidores utilizan más los canales digitales y especialmente sus móviles para todo tipo de búsquedas y transacciones.
El mercado es voluminoso, también. La Cámara de Comercio de Costa Rica estima que el comercio en redes sociales (que califican de ilegal) alcanza los ¢10.700 millones por mes, abarcando todo tipo de productos para el hogar y de uso personal.
Los consumidores estuvieron, pese a la pandemia, también interesados en la adquisición de medios de transporte durante el año anterior. Google indica que en 2020, las búsquedas relacionadas de vehículos crecieron 110% en Costa Rica, mientras que las búsquedas de vehículos usados aumentaron 70%. Lo mismo ocurrió con motocicletas, cuyas búsquedas crecieron 160%. En todas las provincias, buscaron información de marcas, financiamiento y aranceles.
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En un mercado donde el comercio electrónico creció, las aplicaciónes móviles destacaron el año anterior. De hecho, las entidades bancarias reportan que en el 2020 creció el uso de sus apps, especialmente.
La app está disponible para dispositivos iOS y Android desde finales de marzo anterior. Todo Motores CR permite la compra y venta de automóviles, motocicletas, camiones, accesorios y repuestos. “Los usuarios toman la foto de lo que desean vender y la suben, junto con la información”, explica Felipe.
Las personas que ofrecen un vehículo se suscriben sin costos, sube la foto, indican el precio completo y si es negociable, incluyen la información sobre pago de marchamos, la revisión técnica, detalles técnicos y brindan el número telefónico de contacto. Todo esto sin costo, pero si desean destacar su oferta y obtener más exposición tendrá tres opciones de planes hasta ¢5.000.
El servicio también puede ser utilizado por compañías y negocios de ventas o distribuidoras de vehículos, accesorios y repuestos a través de una cuenta empresarial, que también pueden utilizar los planes promocionales y obtener descuentos por volumen.
Las personas interesadas no tienen que registrarse ni deben pagar cargos. Cuando identifican un vehículo de su interés, le dan clic a un botón que envía un mensaje al WhatsApp de la persona que vende. A partir de ahí se ponen de acuerdo. La negociación es entre ambas partes. Las personas que compran deben adoptar todas las garantías para evitar ser estafadas.
En un mes de operación, la app ya ha sido descargada 1.300 veces en las tiendas de Apple y Android. A través suyo se han publicado 190 vehículos y se han vendido 62.
Felipe, que tiene 23 años, y Sebastián, de 18 años, piensan primero en promover la app en el mercado local y luego llevarla a otros países. También analizan alternativas de incubadoras para consolidar y desarrollar el modelo de negocios, así como para encontrar apoyos a la expansión del servicio a nivel regional.
Ambos están convencidos que la facilidad, la interface de usuario, los mecanismos para ordenar y destacar la información y el buscador de la app permitirán ganar mercado. “Queremos que la app de Todo Motores CR se utilice a nivel nacional y competir fuerte con las plataformas existentes”, recalca Sebastián.