Ingrid Salas tiene 21 años, está en el cuarto año de la carrera de dirección de empresas en la Universidad de Costa Rica (UCR) y creó hace un año su propio negocio: Arena y Sal.
Con el emprendimiento vende bolsos, cosmetiqueras y kit de pajillas de acero inoxidable para quienes gustan de pasear en la playa, los comercializa empacados para regalo y prepara más productos, impulsada por el éxito alcanzado.
No es para menos. En octubre representó a la UCR en un evento de emprendimientos en Colombia y obtuvo un reconocimiento en la reciente ExpoPyme, pero en especial le hacen pedidos desde Guanacaste, Cartago y hasta turistas de Canadá y Estados Unidos.
“Lo que más me gusta es que todos los reconocimientos logrados son por el esfuerzo que hago, por mi propia voluntad, sin que nadie me obligue”, destacó Ingrid, quien es oriunda de Curridabat.
Todo empezó a principios del año 2018 cuando su hermano Carlos le trajo de un viaje, como obsequio, una cosmetiquera con un diseño que le gustó a Ingrid y a sus amigas.
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Desde que ella había iniciado la carrera en la UCR tenía la meta de crear su propia empresa y hasta había empezado a ahorrar para generar un capital con el cual iniciar.
“No hay que quedarse con los libros de la U, sino poner los conocimientos en práctica en la propia empresa”, recalca.
Durante el primer semestre del año anterior Ingrid pasó diseñando los prototipos. Una vez lo tenía los encargó a unas costureras de Cartago para que le confeccionaran los productos y empezó a vender en la segunda mitad del 2018.
Actualmente ofrece cosmetiqueras y bolsos 100% impermeables, en materiales de vinilo, cordón algodonado y tafeta hablada (tela con un plástico para impedir que polvo y líquidos la traspasen), en varios estilos.
Otro producto que comercializa es un kit de pajillas, que incluye dos pajillas de acero inoxidable, isótopo de limpieza, dos protectores de silicon para cada pajilla y un bolso.
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La propuesta es clara.
“Ofrecemos a las mujeres estilo, calidad y comodidad”, dice Ingrid. “La marca tiene que ver con la playa”.
Ingrid comercializa los productos a través de las redes sociales, especialmente Facebook e Instagram.
Se le paga en el momento de la entrega de los pedidos, cuando son personales, o vía transferencias cuando hay que enviarlos.
Ingrid dice que le compran de las playas del Coco y de Cóbano, de Monteverde y de Cartago, entre otros muchos lugares.
“Todas las semana hay ventas”, afirma.
Al principio de cada semana ella se organiza, para cumplir con las clases y las tareas así como llevar el negocio.
Hay días en que trabaja de día y luego estudia en la noche. Otros es al contrario. Pero siempre sale adelante.
“Es difícil”, dice. Pero eso no la detiene.
En octubre del 2018 representó a la UCR en un concurso que se realizó en la Universidad de El Rosario, en Bogotá.
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Recientemente, en junio anterior, Ingrid recibió la mención honorífica en la categoría de mujer emprendedor en la octava edición de la ExpoPyme, entre 90 postulantes.
Para este reconocimiento, aparte de recibir una capacitación, participó con un Elevator Pitch (presentación del producto y del emprendimiento de apenas un minuto) ante un jurado calificador.
Ingrid no se duerme en los laureles y ya está pensando en diversificar su portafolio de productos.
Actualmente su oferta se dirige a las mujeres, pero hay hombres que le compran para dar como obsequios. De hecho, ella les ofrece envolverlos las compras para regalos.
De ahí le surgió la idea de crear productos dirigidos a los hombres y empezar a comercializarlos a finales del presente año 2019.