Julio Peraza necesitaba que alguien le confeccionara unas sueter tipo hoodies (con capucha) que tuvieran impreso el logo de su emprendimiento Avocash. Cuando encontró quien se las hiciera, la costurera le preguntó sobre la empresa.
Avocash es una fintech enfocada en soluciones de flujo de caja para emprendedores. La plataforma se dirige a ofrecer microcréditos a 4% mensual o adelantos de salario hasta un máximo de ¢100.000 para los colaboradores de las pymes clientes (se rebaja en la quincena siguiente con una comisión del 5%). Además, prepara otra solución en este campo.
La costurera es refugiada y trabajaba en una fábrica de uniformes, pero se quedó sin trabajo al inicio de la pandemia. Su opción fue comprar una máquina de coser con ahorros propios y empezar a hacer encargos. Pero necesitaba otra máquina y no tenía cómo comprarla.
Por su condición no es sujeto de crédito en el sistema bancario nacional. La única opción que tuvo la obliga a pagar un sobreprecio que duplica el precio de adquisición. En ese momento, ella estaba pensando en una tercera máquina, por la cantidad de encargos, y la opción de Avocash era justo lo que necesitaba.
Julio mismo ha sufrido esa situación como emprendedor. Cuando salió de secundaria en 2001 en Esparza trabajó en un supermercado. Pero su espina era ser emprendedor y también vendió ropa por catálogo. No funcionó en parte por la falta de experiencia y en parte porque sus fondos eran restringidos.
Se vino a San José y trabajó en un restaurante de comidas rápidas, luego de haber estado tres años en la Universidad de Costa Rica estudiando administración de empresas. Luego del restaurante trabajó en centros de llamadas, centros de cobros y finalmente en firmas internacionales de servicios del sector médico.
Actualmente trabaja en una de estas firmas de zona franca como analista, lo que no lo ha detenido para —en su tiempo libre— iniciar dos emprendimientos: una tienda de ropa americana llamada Ameri-K, en Cariari de Guápiles, y Avocash.
Trabajando en la firma de zona franca vendía perfumes y empezó a brindar pequeños préstamos que requerían conocidos para pagar servicios, llegar al fin de quincena o hacer alguna pequeña inversión. Él sabía que muchas personas no tienen oportunidades de financiamiento ni en financieras o la banca tradicional ni en el Sistema de Banca para el Desarrollo.
Una situación que es común es que la persona emprendedora lo que necesita es un monto pequeño para invertir y empezar su actividad. Luego requiere otros montos reducidos para otras necesidades del emprendimiento. Ese capital, eso sí, debe tener buenas condiciones.
“No se necesitan millones, sino pequeñas inyecciones de capital que se pagan rápido, a bajo costo y dan un empujón”, dice Julio. “Es imposible no ver este tipo de situaciones cuando una persona quiere emprender”.
Durante 2020 sigue realizando préstamos de ¢50.000, de ¢100.000, de ¢150.000 y ¢400.000, el monto máximo que llegó a entregar. Julio perfiló el proyecto y empezó a pibotear.
En marzo de 2021 asistió a una actividad de networking, expuso la idea y al final se le acercó Enrique Umaña, quien tiene una firma desarrolladora de software y le propuso convertirse en el socio tecnológico. Después se reunieron y en el proceso se incorporó Pablo Flores, que trabajaba con Enrique.
Lo primero que vieron fue corroborar si compartían sus valores y visión de negocios: crear una fintech (emprendimiento de soluciones financieras basadas en tecnología), transparente (que no cobre por nuevas condiciones), enfocada en el cliente, que no cobre ni por un estado de cuentas y opere legalmente.
Trabajando con Enrique y con Pablo se logró el primer desarrollo de la solución (versión alfa) y luego pasaron a la versión beta, en pruebas actualmente, y con la meta de empezar oficialmente en abril de 2021.
Julio dice que para hacer todo esto lo primero que se propuso fue ser muy eficiente en el trabajo actual. Para eso automatiza todos los procesos (mediante los macros y las tablas dinámicas de Excel) que le permite ingresar los datos y obtener el resultado con rapidez.
En el tiempo libre, en los fines de semana y en las vacaciones se dedica a sus emprendimientos. Sin embargo, el principal requisito para salir con todo en Ameri-K y en Avocash es la confianza para delegar o asociarse. Por ejemplo, en el caso de la tienda la administración y la gestión de las redes sociales las encarga a personas de la zona.
Por supuesto, implica un sacrificio.
En el caso de Avocash, aparte de los microcréditos para pymes y los adelantos de salario a sus colaboradores, se lanzará un sistema de “super pagos” en el segundo semestre de 2022 para que los colaboradores de las pymes realicen pagos de más de 600 servicios públicos (luz, agua, teléfono, Internet y municipalidades, entre otros).
En este caso, como en el adelanto de salario, se verifica si tiene saldo disponible y se cobra mediante rebajo de planillas en la siguiente quincena.
Los servicios como adelantos de salarios o pago de servicios permiten que las pymes puedan brindarle a sus colaboradores asistencia cuando lo requieran y en el de los microcréditos se brinda financiamiento para soluciones pequeñas, a un bajo costo.
Las fintech precisamente surgen para brindar facilidades utilizando la tecnología para las que la banca tradicional está más limitada. Según la iniciativa Misión Lunar, el 50% de las fintech en la región se dedican a soluciones de pago y transferencias. La segunda categoría con más emprendimientos es la de software para el sector financiero.
“El mercado de Costa Rica es un poco particular por el tamaño, la competencia y lo caro que es todo para un emprendedor”, dice Julio. “Eso hace que el emprendimiento sea un deporte extremo. Se puede brindar un servicio de financiamiento. Es un negocio, no beneficiencia”.
Julio agrega que cuentan con un aliado estratégico como Facto Business Consulting en los servicios contables y legales.
Por ejemplo, un cliente de Avocash necesitaba comprar repuestos para su buseta de transporte de estudiantes. Se realizó el análisis con la información de la persona para confirmar la factibilidad y se le da el financiamiento..
Otro cliente tiene un restaurante y al final del 2021 un proveedor le ofreció una oportunidad de compra de materiales con la que se ahorraba “un montón de plata”. Julio dice que se le hizo el análisis y se está por darle el microcrédito.
Un colaborador de una pyme cliente necesitaba comprar una bicimoto, pues quería dedicarse a servicios de entregas de delivery en su tiempo libre. Se le dio un adelanto de salario con el cual compró la bicimoto y se le cobró en la siguiente quincena.
A la costurera le financiaron la tercera máquina y, a diferencia del crédito con el cual financió la segunda máquina de coser, el costo era de solo 4% mensual. Y, en particular, se le brindó una solución con rapidez y facilidad.