Andrea Fonseca dio un giro en su vida hacia el emprendimiento en el campo del diseño floral y ahora se enfoca en fortalecer sus servicios, pensando en que el crecimiento le permita brindar oportunidades laborales en especial a mujeres que, como ella, son madres y llevan solas la responsabilidad de los hogares.
Su emprendimiento Andrea Fonseca Diseño Floral se ubica en Santo Tomás de Santo Domingo de Heredia, cerca del Hotel Bougainvillea, y se enfoca en brindar servicios al sector corporativo y eventos sociales (cumpleaños, aniversarios y bodas). De hecho, está en plena temporada alta.
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Andrea estudió periodismo y siguió su carrera profesional especializándose en comunicación y mercadeo en la Universidad Latina de Costa Rica, de donde se graduó en 2002 para incorporarse al mundo laboral.
Durante dieciséis años trabajó en la Empresa de Servicios Públicos de Heredia (ESPH), pero llegó el momento en que sintió que había cumplido su ciclo. ¿A qué se dedicaría?
Fue un momento determinante para ella, pues se planteó cambios en su vida profesional, como mujer y como madre de Matías y de María Celeste, actualmente estudiantes de secundaria.
En lo profesional el campo del diseño floral le llamaba mucho la atención y en 2017 empezó a estudiarlo con el Instituto Mexicano Técnico Floral, una escuela con sede en Monterrey, México, y presencia en cinco países latinoamericanos. En Costa Rica se encuentra ubicado en La Uruca.
El curso duró todo ese año. Andrea sabía que no todo lo que debía conocer de esta industria se aprende en las clases. Entonces empezó a realizar trabajos y proyectos de diseño que le permitieron conocer el mercado, clientes y proveedores. “Fue un periodo de aprendizaje”, cuenta.
En Costa Rica hay una amplia industria de flores y follajes. A junio de 2021 se reportaban 419 empresas de cultivo de flores, según las estadísticas de patronos de la Caja Costarricense del Seguro Social.
Buena parte de la producción se exporta a casi una decena de mercados. La Promotora de Comercio Exterior (Procomer) indica que el principal destino del sector es Estados Unidos (49% del total). El potencial es enorme, pues el mercado en ese país alcanzaba $26.000 millones en ventas totales en 2016.
Las exportaciones de flores y follajes disminuyeron en los últimos años, sin embargo. De acuerdo con las estadísticas de Procomer, pasaron de un total de $85 millones en 2016 a $50 millones en 2021. Una alternativa para el sector es el mercado interno, lo que podría incluir los servicios de diseño y decoración.
Para Andrea el siguiente paso en su proyecto fue empezar el negocio. Inicialmente lo hizo con un socio. Las circunstancias en el país no eran las mejores. La crisis del comercio ya se sentía y luego vino la pandemia con la suspensión de eventos, uno de sus principales mercados.
En marzo de 2021 se cuestionó lo que venía haciendo y se planteó dar otros pasos, incluyendo tener su propia marca. Así creó Andrea Fonseca Diseño Floral. No lo hizo al azar.
Antes había realizado cursos con el Instituto Gabo, con sede central en Uruguay, sobre imagen personal y en el mismo 2021 realizó otro también en este centro de formación técnica sobre escaparatismo: diseño y decoración de escaparates en tiendas (ventanas externas e interior).
La decisión no fue sencilla, sin embargo. Ella no sabía cómo iban a aceptar los clientes que la conocían el cambio de marca. Pero Andrea está segura de sus fortalezas y de lo que puede ofrecer, de su nombre, de su trayectoria y de su preparación.
A partir de su formación en mercadeo y marca personal ella desarrolló el concepto, la nueva imagen y, lo que considera más importante, cómo diferenciar su servicio y cómo personalizarlo desde el primer contacto con el cliente hasta la postventa.
Tal es su afán para brindar esa atención personalizada que Andrea misma se encarga de las publicaciones de las redes sociales de su emprendimiento. El negocio también empezó a marchar.
En los meses de abril y mayo de 2021 la gente reinició la realización de eventos pequeños, bien planificados y con aplicación de aforos y protocolos sanitarios. Actualmente, está en plena temporada alta —desde noviembre de 2021 hasta abril de 2022— de bodas, en particular.
Andrea también brinda servicios de diseño floral a nivel corporativo, tanto para eventos y aniversarios de empresas e industrias como para decoración de edificios (en algunos casos cada semana y en otros por quincena), actividad que se reactiva con el regreso de operaciones de las compañías en sus instalaciones.
Ella se especializó en el diseño de conceptos que combinan flores, follajes y uso del color. Cuando un cliente le da sus ideas para una boda, un evento, una tienda o una oficina, Andrea realiza una propuesta de diseño que va más allá de un simple arreglo floral. En el diseño combina altura, proporción y colores. El trabajo no termina ahí.
En la elaboración del diseño hay que cuidar toda la cadena, con la elección de los proveedores y de los distribuidores de las flores.
El diseño también debe corresponder e ir en concordancia con el material disponible y las temporadas. Se debe tomar en cuenta hasta los fenómenos atmosféricos y los mismos efectos del cambio climático, que afectan de una u otra forma la disponibilidad de los insumos.
Andrea brinda el diseño floral y lo complementa con estilismo (para crear el concepto) y el escaparatismo, para diseño interior o exterior de instalaciones y tiendas. Los proyectos van desde diseños de $80 hasta $12.000, ajustándose a los presupuestos y requerimientos de las personas y los eventos.
Cuenta con un equipo de cinco personas, a quienes ella ha procurado capacitar con el objetivo de profesionalizarlo. De hecho, ella también brinda clases en el Instituto Mexicano Técnico Floral desde 2019.
El objetivo ahora es fortalecer los servicios, generar más empleo —especialmente de madres jefas de hogar— y que la marca Andrea Fonseca Diseño Floral crezca y sea reconocida en el mercado, diferenciándose por el estilo de las propuestas.
Para las bodas, por ejemplo, trabaja de la mano con las planificadoras —incluyendo reconocidas marcas de esta industria— y de las parejas para conocer cómo quieren su boda y si están pensando en un concepto romántico, rústico o industrial, entre otros. Luego se determina el diseño y los materiales. Así, cuando las personas ven el diseño podrán captar la idea propuesta.
“Las flores son un medio para transmitir y comunicar sensaciones”, dice Andrea. “Cuando las personas ven el diseño les surge un sentimiento específico. Eso es lo que quiero para que las personas identifiquen mi marca en el mercado”.