Ecocaucho, ubicada en Cartago, desde hace tres años produce alfombras de hule, soportes para motores de todo tipo de vehículos, ruedas para carretillos y cepillos a partir de desechos de llantas.
La empresa, de cuatro personas, forma parte —junto con Hules Coneja, de Orotina— de un programa de la firma Bridgestone iniciado hace cuatro años con el objetivo de incrementar los niveles de reciclaje, reducir emisiones y contribuir en la protección ambiental. La iniciativa no se reduce a solo entregar los insumos a las empresas.
Ecocaucho realizaba reciclaje de llantas desde su creación por iniciativa propia. En algún momento, entre 2017 y 2018, se acercó Bridgestone, lo que implicó recibir asistencia técnica tanto para el proceso de reciclaje como para la fabricación de artículos y en lo gerencial. Un requisito era formalizarse y obtener los respectivos permisos de funcionamiento. “Duramos un año sacando los permisos”, contó Mauricio Arroyo, fundador y propietario de Ecocaucho.
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Valía la pena, sin embargo, y no solo por la contribución en lo ambiental. Hay una oportunidad de mercado y de negocio nada despreciable. Aparte de obtener material sin costo (más allá del traslado), podía fabricar productos que normalmente se importan de China y ofrecerlos con más calidad.
Para el reciclaje los materiales se cortan en tamaños de tres milímetros, “casi polvo”. Con adhesivos químicos se hacen las piezas. A partir de ahí se generan alfombras de hule, las cuales son muy ergonómicas para empleados en fábricas que deben estar en una máquina de pie y sobre un planché encementado.
Ecocaucho también recoge hule vulcanizado, que se muele y se le da color para utilizarlo en jardines, decoración, centros infantiles o canchas sintéticas.
Se crearon, además, unos dedos de hule para desplumadoras de aves en los mataderos de pollo, empaques para todo tipo de vehículos, hules para darle estabilidad a la maquinaria industrial, agrícola o de construcción (como los backups) y los topes para divisiones en parqueos (para que el vehículo no pegue con una pared) o, en el caso de los furgones, que no golpeen plataformas de carga.
Algunos de sus productos se comercializan en la cadena El Colono y para otros las personas interesadas pueden contactar a Arroyo directamente (T 7134-6181).
Al involucrar a empresas como Ecocaucho y Hules Coneja, el programa de Bridgestone fue más allá de los pasos iniciales, cuando se enviaban materiales para ser utilizados en los hornos cementeros de la empresa Cemex. “Queríamos aumentar los índices de reciclaje”, explicó Leoncio Rojas, gerente de medio ambiente, salud y seguridad de Bridgestone Costa Rica.
La creación de nuevos productos sigue la tendencia de la economía circular, que también a nivel global tiene sus propias réplicas. En 2005 los principales fabricantes de neumáticos en España (Bridgestone, Continental Tires, Goodyear Dunlop Tires, Michelín y Pirelli) formaron el Sistema Integrado de Gestión de Neumáticos Usados.
La entidad registró 177.526 toneladas de llantas recogidas en 2017, de las cuales el 93% fueron recicladas. Los materiales se reaprovecharon en el recauche, la fabricación de cemento, la generación de energía eléctrica y en la construción de edificaciones, entre otros. Asimismo, en 2019, se reutilizaron 33.851 toneladas de neumáticos sin uso en la construcción de 390 campos de fútbol, 4.380 parques infantiles y 280 kilómetros de carreteras, entre otros.
En Costa Rica, hasta el 2007, de las 130.000 toneladas de llantas que se desechaban entonces, solamente se recolectaba el 60% y apenas al 10% se les daba algún tratamiento, mientras que la mayor parte se dejaba en vertederos, se trituraba o no se controlaba del todo, según un análisis de prefactibilidad presentado en la escuela de ingeniería de la Universidad de Costa Rica por Natacha Coward.
Entre las iniciativas para cambiar este panorama se encuentran las de la firma Multiservicios Ecológicos, que tiene una planta con capacidad de reciclar hasta 30 toneladas de neumáticos al día.
El programa de Bridgestone actualmente recicla el 99,3% de los residuos. Además, incrementó (del 15% al 75% entre 2018 y 2020) el material que no se envía al relleno, al tiempo que aumentó —en el mismo periodo— de 209 a 334 toneladas el volumen de desechos entregados a Ecocaucho y Hules Coneja. Esta última fabrica productos para el sector de construcción (mazos, martillos y baldes de hule) y destapadores de inodoros.
El fabricante cuenta también con un centro de acopio de diferentes tipos de desechos (incluidos papel, electrónicos, metales y vidrio, entre otros). En el caso de las llantas, las personas pueden entregar sus neumáticos (hay que entregarlos limpios) a través del Car Club de Firestone, ubicado también en la planta, en Belén. Otra iniciativa es la campaña anual llamada Llantatón, que se realiza en conjunto con 10 municipalidades.
Aparte de proveer los materiales a las empresas, sin costo, Bridgestone les brinda acompañamiento y orientación para que obtengan los permisos de funcionamiento. Junto a los resultados en reciclaje y tratamiento de desechos, el programa también contabiliza impacto en empleo y la extensión de las buenas prácticas de operación, fabricación, seguridad ocupacional y gestión ambiental, apuntó Rojas.
Todo lo cual redunda en el desarrollo de los pequeños negocios impulsados por las personas emprendedoras. Durante sus tres años la operación de Ecocaucho no solo creció en cantidad de productos (“fabricamos lo que les cuesta conseguir a las empresas del país”), en costos y en volumen.
Arroyo espera que continúe así y se ve con una empresa de mayor tamaño en el futuro. Al inicio se acercó a Bridgestone con la idea del reciclaje de llantas. Pero vio que había mucho material, investigó, hizo pruebas y empezó la fabricación de los productos, todo el tiempo con un mismo ánimo. “Siempre me ha gustado lo ambiental”, afirmó Arroyo.