Priscila Chaves estudió administración de negocios en el año 2006 y empezó un trabajo que la llevaría con el tiempo a desarrollar su proyecto de una plataforma de identidad digital para refugiados y migrantes, adoptado por la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
Con un largo recorrido fuera del país y su experiencia, fundó la firma 10x Impact para apoyar proyectos de transformación digital que permitan a los protagonistas prepararse para asumir los nuevos roles en sus empresas y entidades.
“Acercamos a las personas a la inteligencia artificial, la robótica y las redes descentralizadas (como el blockchain) para que se animen a trabajar con esas tecnologías“, dice Priscila.
Para ella no hay duda del rumbo hacia el que estamos dirigiéndonos.
“Veo muchos proyectos que van a impactar el futuro y un sistema educativo no tradicional que cierre la brecha para las personas que podrán verse afectadas por la transformación digital”, adelanta.
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Cuando se graduó de la Universidad de Costa Rica, ella –oriunda de San José– empezó a trabajar en la firma IBM, donde ocupó posiciones en diferentes sedes del Gigante Azul en Brasil, Hungría, Australia y en el sureste asiático.
Fue tiempo suficiente para ver que la compañía apostaba su futuro a los servicios de inteligencia artificial, con su plataforma de Watson, para diferentes sectores de la industria.
En el 2015 viajó a Uganda donde desarrolló un proyecto de datos.
Un año después decidió aplicar al Global Solutions Program de Singularity University, la universidad creada por Google, Deloitte y el Programa de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef).
Singularity University es la que organiza el evento de tecnologías exponenciales que se realizará los próximos 18, 19 y 20 de febrero en el Centro de Convenciones.
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El programa al que se apuntó, y donde la aceptaron, Priscila es de tres meses e implicó para ella mudarse a California.
Con ella ingresaron más de 80 personas que se enfrentaron a una intensa capacitación sobre cómo se pueden resolver situaciones de la humanidad con la tecnología.
“Mi proyecto de vida cambió”, cuenta Priscila. “Entendí cómo la tecnología puede impactar a millones de personas”.
El programa de Singularity University tiene la capacidad de generar el compromiso para ser parte del cambio y simultáneamente desarrollar una mentalidad enfocada en crear soluciones a nivel local, pero con escalabilidad regional y global.
Priscila recalca que puede pensarse que es algo muy ambicioso, pero que es un cambio de forma de pensar radical en comparación a la mentalidad que tenemos en América Latina, de menor alcance.
El programa pasó por días en que recibieron una gran cantidad de información sobre la tecnología, sobre las tendencias de las tecnologías exponenciales, sobre innovación y para crear una iniciativa empresarial capaz de generar ingresos o “customizar” sus servicios.
Al igual que todo proyecto emprendedor, en el proceso descubrieron una necesidad no cubierta en cómo ayudar a las personas y organizaciones a capacitarse y dar el salto de la mano con las nuevas tecnologías.
Había un campo inexplorado.
La idea se centró en cómo darle identidad digital a los migrantes y refugiados, que fuera confiable, para que pudieran recibir servicios y ayuda en los países que los recibirían.
Pensaron en crear una plataforma, la cual se basaría en una red conocida como ethereum, una plataforma “prima lejana” de blockchain o cadena de bloques.
El proyecto obtuvo el respaldo de la ONU y empezó con migrantes sirios, apoyándose en una organización no gubernamental situada en Líbano que tenía un programa para trasladar refugiados hasta Canadá.
El problema a resolver es sencillo, pero de un gran impacto para la población. Las personas normalmente salen sin ninguna documentación cuando se ven obligados a huir de su país (por un conflicto bélico como el de Siria).
Lo mismo ocurre cuando deben dejar atrás sus hogares destruidos por un terremoto, inundaciones u otra situación.
Esto afecta desde un carpintero hasta un maestro o un profesor universitario, desde una enfermera hasta un doctor o un abogado.
¿Y cómo pueden comprobar quiénes son y qué hacían en su lugar de origen?
La plataforma permite desarrollar esa identidad digital en el campo de refugiados e incluir sus habilidades a partir de la validación de los demás miembros de la comunidad y del mismo campo de refugiados.
Con esa identidad digital ya pueden tener acceso a programas de auxilio en los países que los reciban, ser candidatos para algún empleo y hasta sujetos para servicios financieros.
Cuando la plataforma fue finalmente adoptada por la ONU en sus programas de refugiados, Priscila regresó a Costa Rica en 2017 para continuar con su empresa.
La firma se enfoca en América Latina y en cómo aumentar las oportunidades laborales de distintas poblaciones.
“Es una agencia de innovación para las comunidades, empresas e industrias con las que trabajamos”, explica Priscila.
10x Impact se centra en ayudar al desarrollo de proyectos en empresas, instituciones y otras entidades en la aplicación y aprendizaje de tecnologías exponenciales.
Se incluyen entre estas tendencias la biotecnología, el aprendizaje de máquina y la ciencia de datos, la fabricación digital (impresión 3D y 4D).
La diferencia es que, a la par de los procesos de automatización, se capacita a las personas a desempeñarse en los nuevos puestos y roles.
Así se impulsa el acceso a la tecnología de los adultos, la vocación tecnológica en los jóvenes y la reconversión laboral en empresas que implementan el cambio digital.
En este esfuerzo cuenta con el auspicio del Banco Interamericano de Desarrollo, de la Oficina de la Unesco y del Ministerio de Ciencia, Tecnología y Telecomunicaciones (Micitt).
En este tiempo Priscila y su empresa ha estado a cargo de una veintena de proyectos en la región.