Las oportunidades aparecen, se aprovechan con o sin improvisación, pero no regresan si se dejan pasar. Eso hace la diferencia entre seguir en lo mismo o emprender.
Yeremy Marín tenía apenas un año de casado con Ana Gloria Rojas, cuando en 2005 lo llamaron del extinto banco Banex. Él llevaba apenas un mes de trabajar en Panasonic, en Belén, y ella estaba en la empresa de la familia.
—Queremos que nos des servicio de outsourcing con tres personas para la digitalización de documentos.
Yeremy había trabajado seis años en la empresa que instaló en Banex el sistema para digitalizar documentos. Estando ahí se casó. Ganaba muy bien cubriendo la región centroamericana. Por unos ajustes en las comisiones, él pidió al dueño que le permitiera presentar el curriculum en otras compañías. Así lo contrataron en Panasonic.
—Pero yo no puedo. Acabo de llegar aquí.
—Sí, lo sabemos. Haga una sociedad, se inscribe como proveedor aquí, contrata a tres personas, las capacita y nos das el servicio.
Yeremy conversó con Ana. Ella lo habló con el papá, quien dirigía la empresa donde trabajaba. Ahora había que inscribir la empresa. En sus constantes viajes por Centroamérica, Yeremy periódicamente llamaba por teléfono a Ana. El código país (506) fue la clave con la que mantuvo el vínculo con ella. “Lo tenía muy arraigado”, cuenta él. Al elegir un nombre para la sociedad no lo pensó dos veces: Soluciones 506.
En Banex la operación creció. Al año eran diez personas brindando el servicio; al siguiente, veinte. Para ese momento Yeremy había empezado a trabajar en Nestlé y, más importante aún, había nacido su primer hijo. Ana había estudiado educación y quería dedicarle tiempo al hijo
—Renuncia a Nestlé y se dedica a la empresa o la cierra— le dijo ella.
Con Nestlé había obtenido automóviles y viajes por su desempeño como ejecutivo. En la empresa de outsourcing apenas tenía un cliente y 60 empleados. Además, era el 2007, la víspera de la crisis financiera y de la seguidilla de compras de bancos locales por internacionales. El mismo Banex fue adquirido por HSBC a principio de ese año. Renunció a Nestlé y casi de seguido se presentaron dos oportunidades más.
HSBC le mantuvo el contrato de servicios en la digitalización de documentos y le amplió el contrato a mensajería. Era un alivio. Además, le plantearon que les brindara otro servicio.
Necesitaban transportar personal del centro de San José a la sede ubicada en Pavas. Yeremy no sabía en qué se metía. Contrató a un señor que tenía busetas, pero a veces no cumplía con los horarios y otras veces ni llegaba. Uno de los mismos empleados del banco le dijo que porqué no comprara dos busetas. Lo hizo. Resolvió que los chóferes serían los mensajeros.
En la mañana, los mensajeros transportaban a los empleados en las busetas, se dedicaban en el día a la mensajería y en la tarde iban por los funcionarios hasta Pavas. El servicio mejoró. Y apareció otra oportunidad.
—Patrón— le dijo uno de los mensajeros y choferes. —Hay una empresa de call center en Calle Blancos que necesita transporte para los empleados en la noche.
Obtuvo el contrato. Después de transportar a los empleados del banco, cubrían el viaje del centro de llamadas. Todo perfecto, hasta que el call center desapareció y no le dieron ni las gracias. Pero Yeremy nunca le ve el lado negativo a nada. Es obsesivo con ver siempre lo positivo. “No pasa nada”, pensó. “Ahora tengo experiencia en servicios de outsourcing de personal, mensajería y transporte”.
Una amiga le contó que había una feria de empleo de empresas de servicios en la Ulacit. Yeremy armó materiales de promoción de los servicios y se instaló en uno de los stands. No se quedó ahí esperando. Se fue de empresa en empresa y entregaba los materiales a los representantes de las firmas. En una de ellos le dijeron que necesitando un servicio de transporte: diez busetas. El proveedor que tenían no daba la talla y los empleados se quejaban. ¿Y de dónde agarra tantas busetas ahora?
“Salí a la calle, paraba las busetas que pasaban y así las recluté busetas”, cuenta Yeremy.
En aquella época se podía dar el servicio con un permiso de porteador. Era el tiempo en el que ingresaban más empresas de servicios en zona franca y los empleados del centro de servicios de Calle Blancos, que eran contratados en las nuevas compañías, lo recomendaban.
Cuando ingresó Amazon a Lagunilla se fue a ofrecer los servicios, pero sólo necesitaban un mensajero para el gerente. A los tres meses lo llamaron para preguntarle por los servicios de transporte y reclutó otras 50 busetas. “Fue un explosión de dinero. Nunca había visto tanta plata”, dice Yeremy. Además, ya sentía el desgaste pues estaba a cargo de todo. “Era soila”, recuerda.
Salió de la oficina que tenía en la casa, contrató una al puro frente, en San Joaquín de Flores, y contrató personal para el área administrativa. La operación siguió creciendo. Llegó a tener seis oficinas, hasta que se ubicó en la acutal, en La Carpintera de Heredia. Y para no tener todos los negocios mezclados creó dos sociedades.
Con Soluciones 506 seguiría con transporte, con Yo Voy se concentraba en mensajería y paquetería, y con Business Process Outsourcing (BPO 506) ofrecía servicos de outsourcing en personal.
Todas quedaron bajo la sombrilla de Outsourcing 506, que también integra a AnKids, la empresa que su esposa Ana había creado en 2010 cuando empezó a cuidar al hijo, una familiar le propuso que cuidara al suyo, alguien más le pidió lo mismo y creó un centro de educación que cubría prematernal, maternal, prekinder y kinder.
Al grupo se le unió una cooperativa de trabajo que recluta el personal de BPO y administra los contratos de tercerización para empresas de tecnología y servicios. También se incluye a Meridiano 506, que nació como un centro de servicios compartidos en todas las áreas administrativas, se aprovecha su plataforma y los comercialia para otras empresas.
Como un negocio llama a otro (lo hemos visto montones de veces), surgieron otras empresas entre las cadenas oportunidades, más que de casualidades.
Yeremy es aficionado a las motos. Hace diez años tenía una Harley Davidson, pero los doctores le recomendaron bajar de peso, no levantar cargas y dejar la moto. Alguien le recordó que las Vespas podrían ser más convenientes, pues eran más livianas.
Empezó a coleccionar motocicletas de esta marca y llegó a ser presidente del club de Vespas en el país. Un dia Ana le dijo que tenía que sacar las motos, pues no había espacio en la cochera. Ahí se le ocurrió otro negocio.
En 2017 creó Motoflix, una agencia para alquilar motocicletas. El primer local lo instaló en Real Cariari. Importó otras Vespas desde Panamá. La nueva empresa evolucionó.
Un cuñado que vivía en Suiza tenía un conocido en Piaggio, el fabricante de Vespa. Solo que en Costa Rica ya había un distribudor autorizado. Así que esa posibilidad se descartó... por ahora.
—Pero no hay concesionario de Ape.
Los Ape son motocarros muy útiles para personas emprendedoras. Así que hace dos años, Motoflix —ahora ubicado frente al Pricesmart de Heredia— alquilaba Vespas y vendía motocarros Ape, así como las otras marcas de Piaggio: Aprilia y Moto Guzzi. Fue cuando le avisaron desde Italia que si quería ser el concesionario de Vespa. Estaba feliz. Solo que a una de arena, otra de cal.
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El contrato lo firmó en diciembre de 2019, cuando la pandemia de Covid-19 era una rara noticia de la lejana China. En ese momento tenía 600 colaboradores, en total. Actualmente son 300. Les insisto: Yeremy no es de los que se echan a morir. Toda crisis es una oportunidad. La del 2020 era el momento para dar un giro a los negocios.
Su socio y abogado en BPO, Gabriel Zamora Baudrit, le hizo un planteamiento. Casi un desafío: siendo tan reconocido como empresario, ¿por qué no desarrollar la marca personal? Gabriel conocía a la persona que podria ayudarles.
Yeremy se reunió en febrero pasado con Yahaira Chung, fundadora de Historiería y especialista en mercado digital a partir de storytelling. Esta es una metodología que permite conectar con diferentes audiencias a partir de lo emocional. Solamente hay que estar dispuestas a contar historias y a evitar el típico discurso publicitario.
Tras plantear los objetivos de la estrategia se analizan los formatos (texto, audio o video), el presupuesto, los canales digitales, se prueban prototipos de historias y se establecen indicadores de resultados, especialmente cantidad de citas con prospectos. El storytelling es muy útil para profesionales que desean ser conocidos en una industria o sector. Hay otras aplicaciones.
Hay marcas que recurren también a las historias para publicidad no tradicional. Pero a nivel empresarial los especialistas recomiendan más bien utilizar el storytelling para conversaciones internas con los colaboradores y en eventos masivos de presentación de negocios. También se utiliza en procesos legales de conciliación para lograr empatía entre las partes en conflicto.
Por los resultados es más utilizada por emprendedores y en los mercados desarrollados es una industria que ya realizaba eventos masivos, antes de la pandemia, con famosos storytellers, seguidos en las plataformas de podcast. y de uso mayoritario en los eventos TEDx, los congresos anuales que se realizan en varios países destacanto personalidades, expertos e innovadores. El mismo Yeremy participó en un TEDx en Costa Rica en 2019.
La firma HubSpot enumera que entre los ejemplos de storytelling “que han hecho historia” se encuentran los de firmas como Airbnb, Starbucks, Nike, General Electric y Dove. Únicamente hay que saber hacerlo.
“Yeremy es muy alegre y es hábil para contar historias y anécdotas asociadas al negocio”, dice Yahaira.
Con el storytelling se puede explotar otra tendencia del mercado: firmas como Apple, Amazon o Tesla comercializan sus productos y servicios a partir de la personalidad de sus fundadores. La estrategia con Yeremy es precisamente reconfigurar, a partir de su marca personal, la promoción de los servicios de las empresas de Outsourcing 506.
Al mismo Yeremy un amigo del club de autos vochos (los reconocidos escarabajos Volkswagen) lo contactó recientemente con una empresas de servicios. Ahí se firmó un contrato. Iniciaron con ocho personas, pero la proyección es llegar a tener medio centenar. También recibe mensajes de amistades que se sienten inspirados por sus historias.
“La gente lo conecta a uno y lo relaciona fácilmente con un servicio o producto”, explica Yeremy. “No tengo la fórmula de la Coca Cola. Lo que hago, lo hago con pasión. He tenido tragos amargos y momentos difíciles. Estamos viendo cómo surfear la pandemia. Pero no le doy tiempo a lo negativo. Me encanta ayudar y ver las posibilidades. Todos los logros se dieron por oportunidades que decidí tomarlas”.