Norberto González Quesada tuvo un negocio dedicado a la cría y venta de ganado en una finca que alquilaba en Heredia.
Llegó a tener 200 cabezas de ganado. Pero el mercado “se vino abajo” hace nueve años y las ventas ya no eran tantas.
Decidió darle un giro a su negocio y parte del ganado que le quedó lo aprovechó para abrir un restaurante en La Ceiba de Alajuela, especializado en carne y dirigido a las familias.
Lo denominó Carnes y Parrillas y la idea era que dichas familias pudieran consumir carne sin tener que pagar demasiado dinero.
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Iniciaron con cinco mesas y en un espacio más pequeño en comparación con donde se ubican ahora.
En ese entonces, su hijo Norberto González Quirós tenía alrededor de 14 años y colaboraba ocasionalmente en el negocio en las tardes.
Hace cuatro años, el joven empezó a trabajar en el restaurante como mesero mientras estudiaba diseño gráfico.
Un año y medio después el muchacho se fue a trabajar como analista de riesgo en un banco y después en una empresa consultora transnacional.
En estos lugares pudo conocer cómo se maneja una empresa: se dio cuenta de que hay procesos, diversos departamentos y que se crea normativa interna para organizarse.
Pensó en que lo que aprendió podía emplearse en el negocio familiar para darse a conocer más y crecer.
Hace dos años regresó a la empresa y le presentó un plan a su padre sobre los cambios que podían realizar y este aceptó.
Así fue que decidieron que el negocio se convirtiera en una sociedad anónima, crearon reglamentos internos para controlar costos, así como de limpieza y preparación de los platillos.
También abrieron una página en Facebook y en Instagram para que las personas conozcan más sobre el restaurante, su oferta de alimentos y sus promociones.
Norberto empezó a estudiar más sobre los diferentes tipos de cortes de carne que existen para comprender de mejor manera el negocio, que hoy lidera.
“Mi papá me dio el privilegio de ser el gerente. Para mí es una gran responsabilidad y un honor que mi papá me dijera: creo en usted”, relató.
El joven gerente cuenta que parte de su “motor” es dejarle el negocio a las futuras generaciones de su familia.
“Yo siempre, como desde los 13 y 14 años, he pensado en mis hijos. Ahorita no tengo, pero me imagino que cuando los tenga quiero tener tiempo y poderles dar un patrimonio como es el restaurante”, expresó.
La empresa vende cortes de carne premium importados, como rib eye, New York, entraña, picaña y sirloin.
Dentro de los cortes nacionales se ofrece lomo de aguja, lomito y también se cocina pollo, costilla de cerdo, salmón y corvina.
Otros platillos son pasta, ensaladas y entradas como choripan, carpaccio de lomito y empanadas argentinas, entre otros.
El emprendedor tiene muchos planes a futuro, como abrir un restaurante ─quizás en Heredia─ y convertir el negocio en una franquicia.