Fundada por el matrimonio de la guatemalteca Lourdes Martínez y el costarricense Adrián Cordero, Livistona Designs nació en la pandemia en Guatemala y acaba de abrir en Costa Rica su fábrica de muebles étnicos de alta gama. En ambos mercados logró superar rápidamente sus expectativas y estimaciones de ventas. ¿A qué se debe?
Ambos lo atribuyen a cómo aprovechan las redes sociales e Instagram, en particular, así como a la originalidad de su propuesta de muebles artesanales de lujo. “Buscamos transmitir la idea de vivir una experiencia”, recalca Lourdes.
En abril de 2020 y recién casados, Adrián y Lourdes estaban decorando el balcón de la casa en Ciudad de Guatemala.
Se dieron cuenta que no había una marca que produjera muebles y accesorios para disfrutar los espacios dentro de las casas y alrededor con la calidez y decoración de un mueble étnico, que mezcla costumbres y cultura y es creado con el arte que es transmitido de generación en generación.
En ese momento, ambos estaban en búsqueda de trabajo y pensaban que un emprendimiento de este tipo sería un ingreso extra. Pronto se dieron cuenta del potencial.
Lourdes es del municipio de San Cristóbal Mixco y estudió en el colegio Campo Real en Ciudad de Guatemala. Y, aunque sacó administración de empresas en la Universidad Rafael Landivar, ingresó al Instituto Técnico de Capacitación (Intecap) para seguir gastronomía. Durante tres años trabajó como directora creativa en Nuchef, una empresa que brinda clases de cocina, y en 2016 viajó a San Sebastián, España.
En España estuvo en el Basque Culinary Center donde se especializó en cocina de vanguardia. Al regresar volvió a Nuchef y al año ingresó a Nestlé. Ahí conoció a Adrián.
Adrián salió del Liceo de San Miguel de Desamparados y en el año 2000 empezó a estudiar ingeniería en mantenimiento industrial en el Instituto Tecnológico de Costa Rica en Cartago.
Como necesitaba ingresos para seguir su carrera, consiguió un empleo en De Lorenzo, una empresa italiana de tecnología educativa (especializada en robótica), que lo envió a cubrir el mercado de México y le financió los estudios en ingeniería industrial en el Tecnológico de Monterrey y en la Universidad del Valle, en la sede de Monterrey.
Adrián regresó a Costa Rica, pues la situación en México se estaba complicando por la inseguridad. Empezó a trabajar en una firma distribuidora de automóviles y luego pasó a Nestlé. En una gira por la región, conoció a Lourdes.
Lourdes salió de Nestlé y en Costa Rica empezó a asesorar a empresas que se encargan de los comedores de ejecutivos de firmas internacionales ubicadas en el país. A finales de 2019 se casaron. Pero la pandemia cambió los planes de carrera profesional y laboral de ambos.
En abril de 2020, Adrián salió de Nestlé, después que se realizó el ajuste en la jornada laboral y el salario por la pandemia, negociaron y se llegó a un acuerdo de salida. En ese momento el mercado laboral estaba comprimido y eso incluía los puestos ejecutivos.
Lourdes y Adrián pensaron que el emprendimiento ayudaría mientras tanto y, cuando pasara la tormenta, sería una fuente de ingresos extra. A finales de mayo abrieron el taller.
Casi de inmediato se hizo la primera venta. A partir de la primera semana de junio, activaron las promociones en redes sociales. Los resultados superaron los números que habían hecho.
No era un momento propicio, pero al igual que para muchas personas en la región también se presentaban oportunidades.
Un estudio de Mastercard, realizado en 65 economías en 2021 y recientemente publicado, muestra que en América Latina aumentó el porcentaje de personas que decidieron emprender y que, en ese paso, las mujeres tuvieron un rol clave.
La capacidad de adaptarse a la adversidad (resiliencia) y el optimismo fueron los motores que lo favorecieron, según el informe. También el desarrollo de capacidades digitales, para lo cual varias entidades impulsan distintas iniciativas.
En Costa Rica, el programa Transfórmate-HP LIFE acaba de concluir un programa de formación de 173 horas con un total de 297 emprendedores, el cual incluía la capacitación para diseñar un plan estratégico de negocios. El programa se implementa desde 2017.
La misma Mastercard impulsa la iniciativa Girls4Tech con la meta de desarrollar las competencias tecnológicas de cinco millones de niñas (de 8 a 16 años) en 44 países.
Los fundadores de Livistona Designs recalcan que se utilizan materiales de alta durabilidad y resistencia, con combinación de variedad de colores que favorecen la decoración en todo tipo de espacios interiores. Eso favorece más amplios ciclos de uso y se disminuyen los desechos, contribuyendo con la sustentabilidad.
Durante casi dos años la empresas diversificó los materiales y los diseños.
En Guatemala empezaron a fabricar muebles con madera reconocidas al clima exterior por su resistencia (como teca y guanacaste), con barnices de poliuretano de alto tránsito, la cual se usa en pisos y construcciones de lujo por su durabilidad.
Las estimaciones eran que el punto de equilibrio se alcanzarían con 90 piezas vendidas. Solo en junio coloraron casi el doble y desde entonces hasta diciembre de 2021 se logró un ritmo de ventas de 200 a 250 piezas mensuales, que es la capacidad máxima de taller.
En diciembre pasado decidieron abrir en Costa Rica, lo que se concretó en este primer trimestre de 2022. Las ventas también superaron las expectativas: durante los meses de febrero y hasta el 20 de marzo vendieron 170 piezas, más que la proyección de 140 unidades para los dos primeros meses.
En Costa Rica fabrican muebles artesanales que combinan cordel de plástico PVC que es utilizado por primera vez, metal liso de construcción civil (no es hueco y da más solidez), pintura automotriz y acabado automotriz para mayor resistencia. Para mediados de 2022 introducirán en este mercado los muebles de madera.
Los tejidos son multiculturales, que se diferencian tanto en Guatemala como en Costa Rica por su configuración y permiten generar una pieza moderna y atractiva.
Entre los productos se incluyen sillas de exteriores, juegos de sala y sillas colgantes para relajarse en el jardín o la playa con precios que van desde los $80 (por una pantalla de lámpara) y $2.000 (sofá cama para piscinas, jardines y playa).
Se fabrican muebles a pedido, donde el cliente personaliza los colores y tamaños al gusto. Para los cojines y las telas de los muebles se emplean textiles importados especiales para el exterior.
Tanto en Guatemala como en Costa Rica, Lourdes y Adrián se fijaron en un perfil de clientes con capacidad económica (en condominios y residenciales), hoteles, restaurantes y sitios turísticos, de recreación y entretenimiento a los que les atraen los muebles y accesorios de calidad y buen gusto.
Parte del proyecto fue reclutar colaboradores de zonas con dificultades económicas y de empleo, así como con esquemas de beneficio por pieza para cada persona.
Debido a su modelo, algunas de las artesanías fueron seleccionadas para ser comercializadas en el centro comercial virtual (marketplace) de la Unicef, el cual selecciona emprendimientos con una causa e impacto social.
Livistona podrá vender piezas a consumidores de Estados Unidos, Canadá e Inglaterra. Actualmente se trabaja en la construcción de la tienda en línea de Livistona en ese marketplace. El lanzamiento será en abril próximo.
Los estudios y la carrera laboral que ambos tuvieron les ha permitido enfocarse en generar, a través de sus productos, experiencias de valor a los clientes.
En España, por ejemplo, Lourdes conoció restaurantes que tenían reservaciones hasta por dos años porque, aparte de tener un menú de hasta 30 platos exclusivos, se enfocaban en que los comensales disfrutaran cada momento en forma especial.
Ambos sostiene que la ingeniería y la alta cocina les dieron las herramientas y el gusto por el buen vivir para compartir y enfocarse en el mismo propósito de crear momentos agradables y memorables.
Adrián y Lourdes tienen claro que, aunque se tenga un producto de excelencia, hace falta darse a conocer y saber llegarle al mercado meta, lo cual pasa en la actualidad por aprovechar los canales digitales y en especial Instagram.
Ambos se capacitaron, a través de cursos en línea, en herramientas de ventas en redes sociales o social selling, publicidad digital e Instagram. “Esa es la clave”, destaca Adrián.
Como los productos de Livistona se dirigen a segmentos de ingresos medios y altos, Instagram es la red ideal para comercializarlos, promoverlos y mercadearlos en forma digital.
Por ejemplo, aprendieron sobre cuáles deben ser los requisitos y las condiciones de calidad de las fotografías, las imágenes que se pueden utilizar, cómo estructurar el texto, cómo construir una llamada de acción y cómo establecer qué es exactamente lo que se quiere: conversar con los cliente, conseguir me gusta o generar ventas inmediatas.
Asimismo aprendieron —y aplican— cómo invertir, segmentar, programar y producir publicidad digital en Instagram.
Como el modelo en Guatemala produjo resultados, en Costa Rica la implementación del modelo de promoción digital en Instagram se realizó en forma más rápida, creciendo de forma orgánica de menos a más e invirtiendo en lo que daba resultados.