Todos se sorprendieron cuando Esteban Reyes Herrera les contó a sus compañeros de clase que el bambú era una planta comestible y que muchos años atrás su abuelo Carlos Reyes vendía chileras en las que uno de los ingredientes principales era el bambú.
Esto sucedió hace tres años en las aulas del Instituto Tecnológico de Costa Rica (conocido como TEC), en el que Esteban cursaba un técnico en administración de empresas.
El asombro se debió a que generalmente se piensa en el bambú como una planta que se usa para confeccionar muebles, adornos y otros productos novedosos que han surgido en los últimos tiempos, como bicicletas y anteojos.
Pero, no todos saben que el bambú también se puede comer.
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Para Esteban era algo muy normal, pues en su familia es común consumir bambú durante sus almuerzos y cenas.
Su abuelo Carlos lo crió, por lo que él y su hermano de vez en cuando lo ayudaban a elaborar las chileras o lo observaban haciéndolas en su pulpería de Ciudad Cortés, en el cantón de Osa.
Don Carlos había conocido sobre las propiedades alimenticias del bambú luego de que unos amigos asiáticos le dieran bambú para que lo comiera.
Durante el desarrollo del programa en el TEC, había que crear un negocio con una idea innovadora y unirse en grupos.
Esteban propuso este tema y su grupo empezó a trabajar en ello.
Como algunos de sus compañeros desertaron del curso, el equipo se desintegró y Esteban fue a parar en otro grupo que prefirió desarrollar otra idea.
El surgimiento de “BambuCo”
Fue hasta alrededor de un año después que el proyecto de bambú comestible regresó a la vida.
Tras trabajar varios años en el área de compras en una empresa de Escazú, a Esteban lo despidieron. Aunque intentó encontrar trabajo por varios meses, no lo hallaba.
Ahí fue cuando pensó que con el técnico en administración que había sacado y con los conocimientos de su familia en el tema de bambú, podía surgir un emprendimiento interesante.
Su abuela Vianney Herrera y su mamá Magali Reyes lo ayudaron para recordar la receta de su abuelo.
Esteban empezó a prepararse para salir al mercado. Recibió el apoyo de la Escuela de Ciencias Forestales de la Universidad Nacional y de la Escuela de Agronegocios del TEC.
De esta forma, surgió BambuCo, nombre dado a su empresa.
Dentro de los productos que comercializa se encuentran chileras que traen bambú, chile picante, zanahoria y cebolla.
También se prepara una solución de agua y sal que contiene bambú natural (se le conoce como salmuera).
Igualmente, se vende bambú precocido, que se empaca al vacío, y que quieren ofrecer en restaurantes y hoteles.
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El emprendedor comenzó vendiendo en carnicerías, a conocidos y su tío les vende a profesores y vecinos de Pérez Zeledón.
Hace unos meses, su amiga Mariana Castillo, así como el padre y esposo de ella, decidieron unirse al negocio y brindar soporte económico, pues Esteban no contaba con los recursos para formalizarlo y sacar los permisos requeridos.
De esta manera, la empresa ha podido crecer y estuvo hace unas semanas en la Expo Pyme, que se llevó a cabo en el Estadio Nacional.
El emprendedor contó que su participación fue un “éxito” y que los productos se les agotaron, pues mucha gente se interesó en ellos.
La empresa planea ingresar a los supermercados y así extender su presencia en el país y que más gente conozca que el bambú no solo sirve para adornar y embellecer un lugar, sino para alimentarse.
Esteban asegura que el bambú, que cuenta con calcio, magnesio, fósforo, potasio, sodio y otros elementos, fortalece los huesos y trae beneficios a la piel.