Exactamente al año de haber iniciado operaciones en Heredia, Coffee & Kids abrió su segunda cafetería –donde los padres y madres pueden tomarse un café, mientras su hijos juegan– en Escazú, frente a Distrito 4.
El éxito de la primera cafetería y el interés de varios inversionistas permitieron que Johan Coto y su esposa Kendy Ulate cumplieran su sueño de empezar a ver crecer su negocio.
Y ya están pensando en el tercer Coffee & Kids: en Moravia o en Pinares de Curridabat. También analizan la posibilidad de exportar la idea a Guatemala.
“Mantenemos la visión de que cada niño se sienta como en su cuarto y cada adulto como en su casa”, recalcó Johan.
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Él había tomado la decisión de iniciar la cafetería que evolucionó a restaurante después de dejar su antiguo trabajo en BMW y cuando estaba en un programa de reubicación laboral con la asesoría de la firma PwC.
En ese momento se acercaron varios empresarios e inversionistas.
Uno le propuso comprar la marca, pero ni Kendy ni Johan quisieron venderla.
Otro le propuso abrir en Guatemala. Viajaron allá. Les gustó. El paso está en planes.
La incorporación de socios inversionistas permitió abrir el nuevo Coffee & Kids de Escazú. Con ellos se reúnen cada 15 días.
La ventaja es que ambas partes lograron acoplarse perfectamente.
Los socios respetan el libro de marca y la propuesta de valor de Coffee & Kids; retroalimentan a Johan y a Kendy, quienes a su vez se mantienen abiertos a las oportunidades de mejora.
Por ejemplo, gracias a sus sugerencias, se incorporaron productos cetogénica o keto (ricos en grasas buenas y proteínas) y sin gluten.
Johan dice que la clave cuando se incorporan socios inversionistas la clave es establecer las reglas desde el inicio.
Claro que antes Johan y Kendy analizaron otras opciones de financiamiento, como un crédito bancario.
Sin embargo, con los inversionistas vieron la oportunidad y las condiciones.
Lo principal: poder avanzar rápidamente hacia la segunda cafetería y restaurante.
Aquí se realizó una inversión de $210.000, que incluyó el acondicionamiento de la casa que ahora les sirve de local.
Es un local de 240 metros cuadrados dividida en varias divisiones o secciones: para niños y niñas de 0 a 7 años y de 7 a 12 años, así como un patio con área verde, minicancha de fútbol y una casa árbol.
También se tiene una sección de videojuegos, legos, de pintura y de helados italianos (gelatos).
La idea es que, siempre, los padres o las madres puedan observar qué hacen los menores.
Con las dos cafeterías ya se tienen 12 colaboradores en total.
Para abrir en el este, Moravia o Pinares, recibieron la propuesta de incorporar como socio a un hermano de Johan, el cual vive en Estados Unidos.
La apertura de esta tercera cafetería está pensada para mitad de este año 2020.
Johan recuerda que, cuando inició, le decían que su idea no iba a funcionar. Él cree que para que el éxito de Coffee & Kids fue haber segmentado el mercado, la atención al cliente y ofrecer productos de calidad.
Ahora incluso está pensando en crear una fundación para ayudar a niños y niñas de escasos recursos. Sería para el 2021 y se financiaría con las utilidades del negocio.
En todo caso, recalca Johan, es vital analizar si es el momento adecuado.