Glenda Chaves, Francela Morera y Xinia Cubillo son tres emprendedoras cuyas creaciones Usted podrá encontrar en diferentes supermercados para aprovecharlos en diferentes ocasiones, en decoración o regalos, incluyendo esta Navidad.
Ellas están agradecidas con lo caminado, con la mentoría para abrirse espacio en los estantes y el apoyo de colaboradores, proveedores y clientes, aunque no les ha diso fácil lidar con los retos, las dificultades y hasta las pérdidas personales. Su secreto: no se rinden.
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Francela Morera y su madre Idalie Bogantes encabezan Frangus, que comercializa candelas hechas a mano con diferentes fragancias para todo tipo de ocasiones especiales, incluyendo una noche romántica. “La idea ahora es exportar”, dice Francela.
La empresa fue fundada en 1979 por Alvaro Morera Rodríguez, esposo de Idalie y padre de Francela, en Patarrá de Desamparados. Fabricaba candelas que se usaban en la época para iluminar las viviendas cuando se iba la electricidad.
Un incendio en 1998 provocado por una persona, primero, y el asesinato de don Álvaro, cinco años después, hicieron que ellas se trasladaran a San Joaquín de Flores, Heredia. Francela renunció a su trabajo en una empresa de traslado de valores y junto con Idalie le dieron un giro a la empresa para enfocarse en candelas decorativas con fragancia y color.
Son candelas hechas y vertidas a mano, de parafina y cera de palma, que utilizan aceites naturales para generar ocho tipos de fragancias (vainilla, canela y ylan ylan, entre otras). Las candelas son para toda ocasión, pero hay una línea especial para usar en la casa cuando se va la luz y otra para repeler zancudos, mosquitos, purrujas y hasta moscas (se denomina Citronela). Actualmente tienen la línea de la temporada navideña y en enero sacarán otra diferente con formas y con texturas.
Francela destaca que las candelas tienen una mecha que es totalmente de algodón, más limpia y saludable (hay candelas que vienen con plomo).
Las candelas se consiguen en los principales supermercados: toda la cadena Walmart (Walmart, Maspormenos, Maxi Palí y Palí), Automercado y Compre Bien. Además, tiene tienda en línea y vende por WhatsApp (con pagos por transferencias, Sinpe Móvil o en efectivo a la entrega directa en el Área Metropolitana). Los pedidos en línea fuera del Área Metropolitana se envían mediante Correos de Costa Rica.
Los precios van desde ¢250 y se producen hasta cirios pascuales de metro y medio, que van con cera de abeja, para las iglesias en Semana Santa para iglesias (¢180.000). La empresa cuenta con nueve colaboradoras y des personas externas para entregas directas.
A los supermercados incursionaron desde hace 15 años con el programa Una Mano para Crecer, de Walmart, mientras que en los otras cadenas tocaron puertas ya con la experiencia acumulada y la capacitación recibida.
Además, se mantienen al tanto de la evolución de la industria a nivel global. Francela es vicepresidenta Asociación Latinoamericana de Fabricantes de Velas (Alafave) y participa en diferentes eventos mundiales.
“La marca se ha consolidado bastante”, dice Francela. “La idea es exportar. Estuvimos exportando hace unos años a Guatemala y Nicaragua a través de Walmart. Con la pandemia paramos. Queremos retomar”.
Xinia Cubillo es la propietaria Multi-Lazos, que fabrica lazos para todo tipo de ocasiones también. Empezó la empresa a los 48 años en 2007. Trabajaba como gerente de ventas de una firma transnacional, la operaron, se incapacitó y le pidieron que renunciara.
Aunque es de Pozos de Santa Ana, logró un empleo en una librería que quedaba cerca del Liceo Samuel Sáenz, en Heredia. Un día ingresó una muchacha que le ofreció un curso de lazos.
El curso lo daba una empresa que importaba la cinta y capacitaban a emprendedoras que quisieran aprender la técnica. El curso fue el 28 de agosto de 2007 y el 1° de noviembre, que es el cumpleaños de Xinia, empezó a vender en el HiperMás San Sebastián (actual Walmart).
Lo que ella hace son lazos artesanales de cinta de papel para envolturas de regalos. Cuenta con siete líneas de lazos que van desde el tamaño estándar pequeño al XL, en tonalidades mate (que es el que más se vende) y brillante (como el rojo para Navidad) desde ¢250 a ¢1.540. “El consumidor tico es sobrio”, dice.
También realiza decoraciones en temporadas navideñas de coronas, centros de mesas, árboles de navidad, cajas de regalos y canastas para día de San Valentín, día del Padre y de la Madre, así como baby shower y cumpleaños. Incluso de compañías distribuidoras de automóviles como Lexus y Purdy Motor le piden lazos para decorar los modelos de vehículos. Desde que empezó también comercializa los lazos a través de Tiendas Universal y librerías o bazares.
Para Xinia lo que más la enorgullece es que ha podido brindar empleo con su empresa a mujeres con diferentes situaciones difíciles, como madres solteras (una de sus colaboradoras tiene nueve años en la empresa y empezó cuando estaba embarazada), que han sido despedidas de otras empresas o que están en Adaptación Social, por lo que recibió reconocimientos oficiales en 2015. Además, tiene un galardón como pyme exitosa de América Latina del 2014.
“Con la pandemia muchas cosas cambiaron”, dice Xinia.
Aparte de la disminución de las ventas (que redujo su planilla de doce a dos muchachas) y las dificultades para traer los insumos desde China (tuvo que cambiar a un proveedor de Perú, lo que impactó sus costos un 17%), en la empresa tuvo que implementar medidas sanitarias de distanciamiento, especialmente debido a que por su edad actual (62 años) y la presión alta es parte de la población de alto riesgo.
Xinia dice que la situación de atraso de contenedores obliga a retomar las metodologías del justo a tiempo, trabajando con mucha precisión en logística y entrega de los productos. En medio de las dificultades destaca la mentoría del programa Una Mano para Crecer, que permite un análisis de cada punto de ventas para buscar mejoras, y el programa Pronto Pago, de Walmart también, que le permite mantener la liquidez y el flujo de caja teniendo en cuenta las dificultades típicas para las pymes de financiamiento en el sistema bancario nacional, recalca ella.
Xinia también destaca la necesidad de tener la empresa formalizada (incluyendo contar con pólizas y cumplir con Seguro Social y con Tributación, entre otros) para poder crecer. “Apunto a la esperanza”, dice Xinia, cuando le pregunto sobre el futuro. “Me gustaría distribuir alguno de los lazos asociada a otra empresa de empaques de regalo, por ejemplo”.
Glenda Chaves es fundadora de Ecoartte, que se ubica en Curridabat. En su empresa colaboran su esposo Jesse McDonald, que se encarga de la parte de comercio electrónico para vender en Amazon y con la propia tienda en línea que se espera tener en el primer trimestre de 2022. También su padre, Edgar, que es administrador de empresas y mercadólogo, quien desde el inicio ayuda con la parte gerencial. También su mamá Yolanda y su hermana Jeannina.
Glenda estudió diseño de modas en la Escuela de Diseño de Parsons de Nueva York, Estados Unidos. Allá vivió, trabajó en la industria de moda, se casó por primera vez y tuvo a su hijo Luca. Fueron doce años.
En la industria se especializó en diseñar y crear prendas de ropa infantil. El estampado se compraba a un proveedor. Cuando ella veía los estampados pensaba que podía hacerlos. Empezó a crear diseños para uno de los estudios de estampados y comprobaron que se vendían bien.
Tras el divorcio, decidió regresar a Costa Rica para que Luca estuviera más cerca de la familia y también para estar ella misma más cerca de Luca. Además, quería un cambio.
Desde Costa Rica enviaba diseños de estampados. En un viaje a Nueva York, buscando pijamas para Luca, encontró en una tienda uno de los suyos utilizado por una reconocida marca. Pensó, entonces, que podía hacer algo propio.
Cuando estaba en el colegio ayudaba —para Navidad y en vacaciones— a su abuelo Manuel Navarro en el negocio, Almacén Cáceres, ubicado en el antiguo Pasaje Jiménez en el centro de San José. Ahí se vendía mucho papel de regalo y algunos tenían diseños bonitos.
Glenda se decidió por tener un negocio de papel de regalo. Diseñó unas muestras y acudió a una reunión de Walmart para interesados en ser proveedores de la cadena. Era 2012.
Presentó las muestras y le pidieron que las enviara a la sede que la compañía tiene en Guatemala. Al mes la llamaron para comunicarle que el producto fue seleccionado. Era la época del Día de la Madre. Fue el segundo producto que más se vendió en esa temporada. Le dijeron que querían tener fijo su producto en pasillo.
Ecoartte produce empaques de regalo y su producto estrella es el papel de regalo, pero con la diferencia de que, además de la alta calidad, el material es amigable con ambiente: 100% reciclable, viene de bosques renovables certificados y es impreso por ambas caras (reversible) para que las personas elijan cuál usar. Además; no se empaca con plástico y es resistente, ya que no se rompe con facilidad. Otra ventaja es que incluye etiquetas adhesivas. “Y hay variedad de diseños”, destaca Glenda.
Ella renueva los diseños periódicamente para cada temporada. Tiene una cartera de opciones para toda ocasión, lo que le permite disponer entre 40 y 50 diseños al año.
También diseña, crea y produce bolsas y cajas de regalo (de papel y cartulina, de diferentes tamaños y que van acordes al papel de regalo) y está incursionando en individuales desechables de papel, para colocar en la mesa en eventos, que se pueden usar hasta dos o tres veces si los comensales no los ensucian.
Los productos de Ecoartte se encuentran en cada temporada en Walmart (donde también para el 15 de setiembre se comercializan poster, faroles y símbolos patrios) y los Masxmenos. Desde mediados de 2019 vende a través de los Perimercados, Super Compro y Saretto, EPA (en Navidad), Lehmann y en tiendas, librerías y bazares.
En este momento en supermercados ofrece rollos de tres pliegos y con colillas, con precios de ¢1.100 a ¢1.400. Glenda dice que alcanzan para unos seis regalos dependiendo del tamaño de cada uno.
Actualmente tiene cinco colaboradores fijos y subcontrata las bolsas a una pyme de seis señoras. En temporadas también subcontrata a 15 personas para hacer las entregas y el trabajo de impulso en los supermercados. “Trato de contratar mujeres solteras, pues saque a mi hijo sola también”, recalca Glenda.
Con su segundo esposo, Jesse, están en la primera etapa de ventas en Amazon para el mercado estadounidense desde hace seis o siete meses. Enviaron el primer paquete en mayo, antes del Día del Padre. Todavía están en la curva de aprendizaje sobre cómo llegar a ubicarse en los primeros resultados de búsquedas de los productos, pues en Amazon hay mucha competencia. “Al principio hay que esperar para que la gente compre y contar con las primeras calificaciones”, explica.