La pandemia del coronavirus y el confinamiento que ha provocado han supuesto un increíble empujón para la plataforma de enseñanza en línea Preply, creada por el ucraniano Dmytro Voloshyn y convertida en un éxito mundial.
La economía global está en crisis, pero "estamos en una posición de ventaja", zanja Voloshyn, director técnico de esta start-up o empresa emergente, especializada en el aprendizaje de idiomas, y uno de sus tres cofundadores ucranianos, todos menores de 35 años.
Preply fue fundada en 2013 para clientes locales, pero desde entonces evolucionó hacia la enseñanza en línea y su mercado principal son ahora los países occidentales.
El sitio cuenta con 10.000 tutores en 190 países y “decenas de miles de alumnos”, explica a la AFP Voloshyn, en la sede de su empresa en un edificio histórico en el corazón de Kiev.
Las oficinas están ahora vacías y silenciosas ya que los jefes pusieron a los 125 empleados en teletrabajo.
Aprender un idioma confinados
Pero las apariencias engañan. Preply está en plena ebullición y va a contratar a unas 40 personas en Kiev y en su oficina de Barcelona, en España.
Con miles de millones de personas confinadas en todo el mundo, muchos eligen aprovechar este tiempo para estudiar idiomas.
La tendencia se repite en Italia, España, Francia o Estados Unidos. Cuando un país entra en confinamiento, la primera semana “la gente no hace nada”, pero a partir de la segunda, “el número de usuarios (de este país) se duplica, o incluso se triplica”, afirmó Voloshyn. Así, los ingresos del grupo aumentaron en un 20% desde el comienzo de la pandemia de COVID-19.
“Antes tenía días libres o con una o dos clases”, comentó Hannah Ilina, una joven de 25 años que vive en Vyshnevé, un suburbio de Kiev, y que enseña chino e inglés en varias plataformas en línea.
"Actualmente tengo entre cinco y seis clases por día, siete días a la semana", cita. Uno de sus alumnos, un canadiense, aumentó por ejemplo de tres a siete el número de clases semanales.
Preply es una historia de éxito internacional rara en esta antigua república soviética de unos 40 millones de habitantes, que es uno de los países pobres de Europa.
Fluctuación
Y su expansión es aún más sorprendente en el contexto actual. El confinamiento impuesto en Ucrania asfixió a muchos sectores económicos y el PIB del país retrocederá entre 5% y 10% este año, advierte Glib Vyshlinsky, director del centro de estrategia económica de Kiev.
Ni siquiera los 200.000 programadores informáticos ucranianos, que gozan de buena reputación en el mercado globalizado y que generan ingresos anuales de hasta 5.000 millones de dólares, están a salvo.
Los que trabajan para industrias como la aviación o el turismo ya han sufrido las consecuencias de la pandemia, explica el experto.
En Kiev, entre 200 y 300 informáticos han perdido su empleo en las últimas semanas, confirma Voloshyn.
Cuando se refiere a su éxito actual, el empresario prefiere relativizar y habla de una "fluctuación", debido al contexto del nuevo coronavirus, aunque admite que su empresa ya había multiplicado sus ingresos en los tres últimos años y había reunido inversiones por valor de 10 millones de dólares a finales de marzo.
"En cuanto termine el confinamiento, nuestro 20% de crecimiento desaparecerá porque la gente querrá salir", predice. "Lo que la cuarentena sí cambiará a largo plazo es la percepción general de los productos en línea, ya que la gente estará mucho más abierta a ellos".
Por eso el objetivo de su equipo es “convertirse dentro de tres o cuatro años en una empresa ‘unicornio’”, es decir, una startup o firma emergente, valorada en más de $1.000 millones.
Pero, para ello, la economía mundial debe reactivarse ya que el éxito coyuntural no será suficiente
“Si la gente no tiene dinero no podrá pagar cursos en línea ni sus necesidades básicas”, resume Voloshyn.