Los primeros autobuses eléctricos de servicio público de Costa Rica están por terminar sus cuatro meses iniciales de prueba como parte del plan piloto que los llevará a tres diferentes rutas del Gran Área Metropolitana por un año.
Los autobuses donados por el gobierno de Alemania han recorrido la ruta San José-Desamparados-San Rafael Arriba, a cargo de la empresa Autotransportes Desamparados (ATD), desde finales de febrero con resultados positivos.
“Nos ha hecho conocer un poco de esta tecnología, familiarizarnos y ver resultados positivos a nivel de consumo”, contó Gabriel Bermúdez, encargado de Servicios Generales de ATD.
Sin embargo, el alto costo de las unidades eléctricas, que puede rondar los $350.000, se mantiene como el principal obstáculo para que los empresarios autobuseros puedan dar el salto a una electrificación de sus flotillas.
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La experiencia
ATD tuvo que pasar por un proceso de capacitación de sus conductores, con el apoyo del Instituto Nacional de Aprendizaje (INA), mientras que los cargadores y el equipo eléctrico venía incluido con los autobuses y fueron instalados por la Compañía Nacional de Fuerza y Luz (CNFL).
Para los usuarios, Bermúdez comentó que los autobuses han facilitado la movilidad de las personas debido a sus características: no tienen vibración, no emiten ruido, son de piso bajo y poseen cargadores USB y wifi.
A nivel operativo, la puesta en marcha de las unidades tampoco ha generado mayores problemas. De acuerdo con Bermúdez, se logró romper con uno de los principales mitos: los autobuses no perdieron potencia en las cuestas, con personas a bordo, y la conducción ha sido “sencilla”, según el reporte de los mismos conductores.
En el aspecto mecánico, no ha habido contratiempos por fallas o reportes importantes, aunque esto puede deberse a que las unidades son nuevas y cuatro meses es tiempo insuficiente para detectar este tipo de problemas.
En cuanto a la autonomía, Bermúdez afirmó que la batería puede durar hasta dos días cubriendo la demanda actual, mientras que en el consumo energético, que se traduce en costos, han observado una disminución considerable.
“En comparación a lo que gastaría un bus diesel, el valor del diesel por litro en comparación al kilovatio, la diferencia es muy significativa”, aseguró el representante de ATD.
Por ejemplo, Bermúdez contó que un bus convencional puede gastar entre ¢45.000 y ¢50.000 por día, mientras que uno eléctrico, haciendo el mismo recorrido, consume ¢8.000.
La Autoridad Reguladora de los Servicios Públicos (Aresep) fijó el año anterior una tarifa especial de ¢57,08 por kilovatio para el suministro de energía eléctrica en los centros de recarga ubicados en plantel para autobuses eléctricos, llamada tarifa T-BE.
Siguiente parada
Posterior al cuatrimestre en ATD, los buses eléctricos pasarán a manos de la empresa Transportes Públicos La Unión S.A. (Transplusa), miembro del Consorcio Operativo del Este (Coesa), para la ruta entre San José y Tres Ríos.
El inicio de la operación en esta ruta está previsto para el próximo 5 de julio, por lo que la empresa se está preparando para recibir a los autobuses.
“Se ha instalado equipo de telemetría para controlar específicamente los datos. En esta prueba lo que vamos buscando es una minería de datos para recoger información ante la posibilidad de invertir en equipo eléctrico”, manifestó Orlando Ramírez, presidente de la junta directiva de Coesa.
También se está alistando el equipamiento de carga en uno de los planteles de la empresa.
Según Ramírez, la ruta hacia Tres Ríos presenta una mayor altimetría y diferente relieve comparada con la de Desamparados, lo que significa más exigencia para los buses.
El empresario también apuntó tres aspectos que son de especial interés durante la operación en esa ruta del este del Valle Central: la autonomía y rendimiento, el comportamiento en los diferentes tiempos de tráfico, y los costos, aunque admitió que en cuatro meses es poco probable que aparezcan fallas propias de autobuses con más tiempo de uso.
Ramírez agregó que su empresa está interesada en la tecnología y comentó que en enero iniciaron los primeros contactos con compañías proveedoras de buses eléctricos para adquirir, preliminarmente, 25 unidades de este tipo.
“Nuestro mayor interés es, de seguir la sectorización, poder contar en el 2022 o 2023 con un 5% de buses eléctricos”, aseguró.
Futuro eléctrico
El actual plan piloto con las primeras unidades eléctricas de transporte público en el país forma parte de un ambicioso proyecto a largo plazo, cuyo objetivo es que, para el 2050, el 100% de los autobuses en Costa Rica sean eléctricos.
Este aspecto se incluye en el proyecto de ley presentado por el Ministerio de Obras Públicas y Transportes (MOPT) a la Asamblea Legislativa el pasado viernes 11 de junio, en el que se establecen las nuevas reglas para la renovación de las concesiones de autobuses que ocurrirá en setiembre de este año.
No obstante, a pesar de que la recepción de la idea es positiva por parte de ATD y de Coesa, los representantes puntualizaron que deben darse ciertas condiciones.
Uno de los principales obstáculos a la vista es el costo de los autobuses eléctricos. El valor de estos vehículos es unas 2,5 veces más alto que el de los convencionales y puede rondar los $350.000, según precisó Ramírez.
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Por su parte, Bermúdez señaló tres factores que consideró primordiales: concesiones más amplias para poder pagar la inversión inicial, flexibilización del financiamiento por parte de entidades bancarias y energía a bajo costo.
“Hasta que el Gobierno no resuelva esos ejes principales, es muy difícil que por iniciativa propia un empresario vaya a cambiar la flotilla de la noche a la mañana. Nosotros lo vemos viable, siempre y cuando se desarrollen esas condiciones”, explicó el encargado de Servicios Generales de ATD, quien agregó que la etapa piloto está mostrando que los buses eléctricos sí funcionan en el Gran Área Metropolitana.
El MOPT propone que durante los próximos 15 años las empresas cuyas rutas lo ameriten, cambien al menos el 40% de su flotilla a unidades elećtricas.
Para Coesa, dicha cifra es “ambiciosa” tomando en cuenta las condiciones actuales por la pandemia, pero esperan que haya espacio para otras tecnologías cero emisiones y de hidrógeno.
Además, ambos representantes destacaron los ejemplos de Colombia y Chile, países que ya han avanzado en el transporte público eléctrico y en los que incluso existen subsidios.
Desde el Instituto Costarricense de Electricidad (ICE), el cual es la contraparte técnica en la operación de los buses, aseguraron que continuarán con la promoción y las pruebas con otros operadores de ruta y actores involucrados, luego de terminar el año del plan piloto.
Roberto Quirós, coordinador de Electromovilidad del ICE, detalló que a inicios de julio brindarán los primeros resultados de los buses eléctricos y mencionó que están realizando acciones complementarias como capacitación conjunta con el INA y pruebas técnicas.
Esta nota fue actualizada para agregar la respuesta del ICE.