La tecnología está permeando a todo el ecosistema financiero y las casas de cambio empiezan a ser parte de esta transformación.
En Costa Rica la Superintendencia General de Entidades Financieras (Sugef) reconoce la existencia de cinco casas de cambio autorizadas por la Junta Directiva del Banco Central para operar en el mercado cambiario de contado.
Al menos dos de ellas funcionan completamente de forma digital, por medio de plataformas como el sitio web o una aplicación móvil. Exploramos su funcionamiento.
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La promesa del tipo de cambio
Mantener un tipo de cambio más bajo en comparación con las entidades financieras y otras casas de cambio tradicionales es el mantra principal de estas fintech.
En Costa Rica operan Ari y Whizmo, dos casas de cambio cuyos servicios funcionan por canales digitales.
El Financiero contactó a ambas empresas para conocer cómo funcionan. Sin embargo, Whizmo respondió que está en proceso de formalizar su estrategia de relaciones públicas y comunicaciones, por lo que rechazó otorgar una entrevista o dar respuesta por escrito. En el caso de Ari, este medio conversó con Esteban Cervantes, gerente general de la compañía.
Ari nació en 2020 como una fintech (del inglés financial technology) de capital costarricense con la consigna de democratizar el tipo de cambio, lo que dicen lograr haciendo más accesibles los servicios financieros.
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El tipo de cambio llegó a rozar los ¢700 en 2022, empujado por circunstancias ligadas a la pandemia y otras derivadas de conflictos internacionales. Eso benefició a una parte de la población, pero se convirtió en un dolor de cabeza para muchas otras personas.
“Empezamos con un problema tico que conocemos bastante bien, que afecta a mucha gente en Costa Rica, pero nuestra idea a largo plazo es ayudar a toda Latinoamérica”, afirmó Cervantes.
La casa de cambio digital ofrece sus servicios a personas físicas a través de la aplicación móvil, aunque también atiende al segmento de clientes corporativos con los que ofrecen servicios a la medida.
Cervantes agregó que sus clientes compran tanto colones como dólares casi en igual medida, aunque reconoció que existe en el mercado un superávit de dólares y un apetito particular por esa moneda.
Ari asegura que logra ofrecer un tipo de cambio más bajo que su competencia y los bancos debido a que son una empresa completamente digital y libre de efectivo, por lo que no tienen gastos como el mantenimiento de sucursales o aquellos asociados al manejo de efectivo.
Por ejemplo, para el 29 de noviembre Ari ofrecía un precio de venta del dólar de ¢511, dos colones menos que en el Banco de Costa Rica y cuatro menos que el Banco Nacional y el BAC ese mismo día.
“Todo el ahorro en costos se lo pasamos vía precio al cliente”.
— Esteban Cervantes, gerente general de Ari.
El software de la empresa fue creado en Costa Rica. El cliente, una vez que descarga la aplicación, completa un proceso de registro en el que se verifica la identidad y, ya aprobado, puede empezar a hacer uso de la plataforma.
El monto máximo de transacción es de $25.000 actualmente. Dependiendo del comportamiento y perfil, la aplicación le puede solicitar al usuario información adicional. Además, existen protocolos en casos específicos si se detectan situaciones sospechosas.
Whizmo, por su parte, se enfoca en ser una plataforma para el envío de remesas, según su sitio web, aunque también permite pagar servicios y pagar en comercios.
Además de estas dos, las otras casas de cambio tradicionales también han entrado al mundo digital a través de sus propias aplicaciones.
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Regulación
Estas casas de cambio están supervisadas por la Sugef únicamente en materia cambiaria y y en materia de prevención de legitimación de capitales.
“Las casas de cambio realizan transacciones de intercambio de divisas, por tanto, el único objetivo de la supervisión es verificar que las casas de cambio autorizadas por el Banco Central cumplan con lo establecido por el banco en lo referente al capital base y su posición en monetaria extranjera, para asegurar su transparencia operativa”, explicó la Sugef ante consulta de EF.
Además, se supervisan sobre lo referente a Ley sobre Estupefacientes, Sustancias Psicotrópicas, Drogas de uso no Autorizado, Actividades Conexas, Legitimación de Capitales y Financiamiento Al Terrorismo (7.786). Entre las obligaciones que deben cumplir están designar un Oficial de Cumplimiento titular y uno suplente, así como establecer un Manual de Cumplimiento que debe incluir aspectos como la identificación y conocimiento del cliente, el reporte de transacciones sospechosas, registros de transacciones, entre otros.
Cervantes aseguró que Ari reporta todas las transacciones en tiempo real al Banco Central.
La llegada de las fintech al sector de casas de cambio va en sintonía con lo que ocurre en otros sectores del mercado financiero en Costa Rica, en las que están surgiendo nuevas empresas tecnológicas que prometen ofrecer servicios específicos a los usuarios o trabajar de la mano de la banca tradicional.