Cuando se visita la feria de electrónica de consumo (conocida como CES) en Las Vegas , Nevada, se ven tantos dispositivos, accesorios y chunches que indudablemente cabe hacerse la pregunta peroyativa de siempre: ¿algo de esto llegará al mercado y a la gente?
La revista Wired acaba de publicar una lista de 20 jóvenes que están creando el futuro (y no se parecen a Sheldon). Hay quien está pensando en hacer el navegador más seguro, en la tableta que sustituya a la laptop , en la próxima generación de aplicaciones de mensajería encriptada, en el uso de asistentes virtuales en actividades de creación musical o literaria, en el “diseño inteligente” de productos (como cosméticos) con microbiología, en un programa que detecta cuál es la persona más apta para un puesto, o en una aplicación móvil que puede detectar el riesgo de cáncer.
Pero sí llegan. La industria tecnológica creció con miles de ideas que se convirtieron en productos o servicios masivos , después de que solo unas cuantas personas podían tenerlos.
De hecho muchas tecnologías avanzadas se están masificando, como los asistentes virtuales . Imagine que usted llega a su casa y activa las luces de la sala con solo dar la orden en voz alta. Lo mismo con el televisor o dictando un correo electrónico a su móvil o computadora.
Un niño en Inglaterra recurrió al Siri del iPhone el día que su mamá se desmayó. Ella le había enseñado qué hacer en caso de accidente. Cuando la señora se desvaneció, el menor puso su huella digital para activar el acceso y usó Siri para llamar a los servicios de emergencias.
De ahí a usarlo en el resto de la casa o en las oficinas es un brinco. Pronto veremos estas tecnologías en más dispositivos y a la gente hablándoles por media calle o en la casa, como ocurre ya en Inglaterra y otras ciudades. La duda es si las empresas e instituciones del país están pellizcadas para sacarles provecho y facilitar la vida a sus clientes o usuarios.