Hace 20 años nadie pensaba que desarrollar aplicaciones móviles, minar datos, crear agencias de comunicación digital y conectar dispositivos a Internet para hacerlos inteligentes, serían empleos de reales.
Hoy, no se puede ver con total claridad cuáles serán esos nuevos empleos que surgirán en los próximos 10 años, es decir, las profesiones que ejercerán los niños que en este momento juegan con sus videojuegos, interactúan con plataformas como Youtube y ven sus series y películas preferidas por streaming.
Según el Foro Económico Mundial, el 70% de los niños de la actualidad, estudiarán carreras que todavía no existen.
Entonces, ¿cómo deberán preparse estas nuevas generaciones para que puedan desarrollar competencias que serán necesarias para las tendencias de empleo del futuro?
La clave está en el desarrollo de habilidades blandas, las cuales harán equipo con la automatización y la transformación digital.
Desarrollo de talento
Educarse para enfrentar el futuro es necesario, escoger carreras que están marcando la pauta en la economía digital es un paso importante para quienes están en busca de empleo en este momento.
Las habilidades blandas y creativas son las menos propicias a ser automatizadas. Por el contrario, los trabajos repetitivos que requieren destrezas motoras o cognitivas delimitadas, pasarán al poder de los robots.
Roberto Sasso, presidente del Club de la Investigación Tecnológica, consideró que los diseñadores, cuidadores de gente, músicos, matemáticos, físicos, poetas y escritores, sobrevivirán más que los abogados y médicos (sobre todo los diagnosticadores). "Los choferes ya están a punto de ser reemplazados, los operadores de call centers también, los relojeros están en extinción, la lista es larga".
Si bien es cierto que ninguna de las fuentes consultadas por EF se aventuran a señalar cuáles serán los nuevos empleos, sí explicaron cuáles son los factores externos que inciden en el surgimiento de nuevos trabajos, así como las habilidades que se deben desarrollar.
El estudio 'The Future of Jobs Reports' del Foro Económico Mundial del 2016, recopila y analiza la información competente a la realidad de los años 2015 al 2017 con respecto a los agentes transformadores y perspectivas de empleo. Y entre ellos destacan:
El trabajo es cada vez más flexible: las nuevas tecnologías están permitiendo innovaciones en el lugar de trabajo tales como el teletrabajo, los espacios conjuntos y teleconferencias. Es probable que las organizaciones tengan núcleos cada vez más pequeños para funciones específicas, trabajos en conjunto con colegas en otros países y consultores externos.
La clase media en mercados emergentes: el consumo de la clase media es cada vez más determinante y el rol que juegan los mercados emergentes. Hacia este lado es donde se tienen que voltear las miradas.
Cambio climático: este factor es un importante impulsor de la innovación, ya que las organizaciones están en busca de medidas para mitigar o ayudar a ajustar sus efectos. Sin embargo, como el crecimiento económico mundial sigue conduciendo a la demanda de recursos naturales y materias primas y la sobreexplotación implica la degradación de los ecosistemas. El reto está en el establecimiento de una economía verde.
Otros factores como los cambios geopolíticos, la importancia de la privacidad del consumidor, la longevidad de las sociedades, la relevancia de la mujer en la sociedad y la urbanización, toman relevancia en la creación de nuevas profesiones, por ende, deberán de ser tomados estos puntos de acción para elegir una carrera.
Destrezas blandas
Estamos en una época en la que la tecnología está avanzando a un ritmo que la humanidad nunca antes había vivido y con la llegada de la automatización, desde ya se pueden vislumbrar esas destrezas que serán necesarias para tener un empleo en un futuro relativamente corto.
Jorge de Mézerville, director de People & Organization, Management Consulting, aseveró que el manejo adecuado de la carga cognitiva, es decir, la habilidad de una persona para no abrumarse con cantidades enormes de información, será necesaria, porque el empleado tendrá que discriminar de una cantidad, aparentemente inmanejable de información, aquella que sea de utilidad.
Otra habilidad indispensable es la de compartir y colaborar con equipos de forma virtual, en diferentes países y horarios. Esto incluye, la habilidad de un líder para generar cohesión de equipo, aún cuando los miembros estén en diferentes partes del mundo.
Para un futuro cercano, no bastará con una sola profesión, sino que la transdisciplinaridad será relevante. Se debe procurar no ser especialista solo en un tema, sino poder lograr un entendimiento en diferentes áreas.
En esto concuerda Sasso, quien aseveró que lo más importante es la necesidad de seguir aprendiendo. "El modelo antiguo de estudiar 12 o 16 años, trabajar 40 y pensionarse, ya se acabó. Hay que estudiar toda la vida y muy probablemente cambiar, no solo de trabajo, sino que de ocupación varias veces durante la vida laboral".
En esta misma línea, quienes integren la nueva fuerza laboral, deberán de manejar nuevos medios de comunicación, como las redes sociales y demás canales para transmitir contenido. Al tiempo que trabajan con un pensamiento novedoso para lograr imaginar y diseñar nuevas formas de hacer las cosas.
La habilidad del ser humano de poder convivir y trabajar con máquinas será necesaria para adaptarse al trabajo futuro, donde la realidad consistirá en que los cerebros y los robots convivan en un mismo espacio de trabajo.
"El liderazgo, la adaptabilidad, la creatividad, la innovación, la empatía y la sensibilidad social, son habilidades que una máquina todavía no puede reproducir y tomarán más relevancia de lo que hoy ya tienen", dijo Mézerville.
Ante un contexto incierto y con cambios altamente volátiles, las habilidades y destrezas que deberán desarrollar los niños de hoy, se ven limitadas dentro de un sistema educativo que todavía se mantiene arraigado a las necesidades de una sociedad que no dependía tanto de la tecnología, por lo que esto se convierte en un reto para Costa Rica.
Jorge Sequiera, director general de la Coalición de Iniciativas para el Desarrollo (Cinde), afirmó que la cuarta revolución industrial ha llevado a una realidad moldeada por la inteligencia artificial, vehículos autónomos, big data, ciencia de materiales, computación cuántica, biología sintética y muchas otras tecnologías emergentes que están cambiando la manera en que se vive y se trabaja. Esto demanda grandes retos para todos los países, por ejemplo la automatización de empleos.
Según Sequeira, en Costa Rica habrá impacto y por ello, se tiene que definir una ruta que permita preparar al recurso humano con esa visión de futuro y de cambio tecnológico de manera que, se pueda sacar provecho del nuevo contexto. El trabajo debe ser arduo, pues datos del Consejo Nacional de Rectores (Conare), muestran que el año pasado, de los 51.000 graduados universitarios en el país, solamente el 16% fueron de carreras universitarias de ciencias, tecnología, ingeniería y matemáticas.