Los hábitos de consumo en línea se aceleraron durante la pandemia y solo en Costa Rica, para julio del 2020, un estudio de la firma de mercados Kantar demostró que 9 de cada 10 consumidores utilizan tiendas en línea para adquirir sus productos. Sin embargo junto con este crecimiento surge una nueva “epidemia”, las estafas de tarjetas de crédito y débito.
Un estudio de BPC Banking Technologies, demuestra que al cambiar los hábitos de consumo de las personas también aumentaron los estafas en línea.
De acuerdo con el informe La Anatomía del Nuevo Estafador, se contempla que el mercado global de pagos alcanzará para el año 2025 los $2 billones; pero también destaca que se espera una pérdida como consecuencia del fraude de hasta $200.000 millones.
Según detalles de la entidad, el negocio transaccional está expuesto a un crecimiento en el delito con las tarjetas, particularmente las de pago con Tarjeta No Presente (CNP), es decir cuando el titular de la tarjeta no está presente en la compra. Las estafas para este tipo de usuarios aumentaron su nivel de afectación en un 70%, en los últimos meses y las pérdidas globales por este medio llegarán a $32.000 millones al finalizar 2021.
En el informe de BPC Banking se establecieron tres principales perfiles para los estafadores.
Tipo de estafador | Modus operandi |
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Interno | Son aquellas personas que están dentro de la organización y su posición les permite sacar ventaja. . Según una encuesta, realizada por la Asociación de Examinadores de Fraude Certificados (ACFE), el 65% de estos defraudadores son empleados de la empresa, y el 38% hicieron parte de la compañía por más de 6 años. Estos trabajadores causan pérdidas en un promedio de $200.000. |
Externo | Son personas comunes que aprovechan su vínculo financiero para enviar cheques sin fondos; información falsificada para un pago; devolver productos robados o falsificados para obtener un reembolso; participar en esquemas de manipulación de licitaciones; emitir facturas a empresa por bienes o servicios no prestados o exigir sobornos a los empleados. Ejemplos de sus acciones son la piratería, el robo de información confidencial; los fraudes fiscales, de quiebras, de seguros, de atención médica y de préstamos. |
Confabulación | Una combinación de ambos. El 20% de todos los esquemas de hurto son producto de una colaboración entre estafadores internos y externos. Este esquema a menudo involucra a antiguos empleados, proveedores o clientes que actúan con un empleado corrupto dentro de la organización. |
Tipos de fraude
Pese a que las transacciones de pago con tarjeta no presente (CNP) siguen siendo el principal método de estafa, también hay otras estrategias que han ido acaparando la atención de los estafadores.
1. Clonación de tarjetas. Por ejemplo cuando los datos se roban en cajeros automáticos, dispositivos POS móviles (datáfonos), se denomina fraude por tarjeta presente (CP) y sucede principalmente porque la mayoría de las víctimas desconocen su posterior uso, hasta que revisan los movimientos. No obstante la amplia adopción de tarjetas habilitadas para EMV (Con un chip integrado de seguridad) redujo el fraude con las tarjetas presentes, pero motivó el aumento del 70% en las tarjetas no presentes, desde el inicio de la pandemia.
2. Bajo ingeniería social: Miles de personas fueron engañadas para que pagaran dinero para salvar a sus familiares de enfermedades, o donde los estafadores se hicieron pasar por funcionarios públicos, aprovechando la desinformación del virus.
En el país se ha dado comunmente en trámites relacionados con el Fondo de Capitalización Laboral (FCL), u otras entidades.
3. Fraude: Esta es una de las tres principales amenazas para el comercio electrónico y se origina cuando el titular de la tarjeta recibe el producto comprado, pero luego alega que no autorizó la compra o que nunca lo recibió.
4. De aplicaciones: En este caso las personas solicitan préstamos o tarjetas de crédito, pero una vez que acceden a este recurso se desaparecen de los mecanismos de contacto del banco. El 40% de estos casos implica el uso de identificaciones falsas o combinando datos robados de varias víctimas.
5. Robo de identidad: Este mecanismo consiste en utilizar las tarjetas de crédito o sus números robados para realizar compras que el titular no autorizó. Para 2020, se reportaron más de 130.000 casos de este tipo de suplantación de identidad en Latinoamérica.