Costa Rica es más grande en su parte marina que terrestre. Esta es una realidad que ha estado relegada por años, pero el país poco a poco empieza a ver más hacia sus mares.
Un caso de ello es la búsqueda de nuevas fuentes de energía. De esto existen ya en Costa Rica dos proyectos: uno del Instituto Costarricense de Electricidad (ICE) y otro que se desarrolla en el Tecnológico de Costa Rica (TEC).
Sin embargo, ambos tienen limitantes particulares y comparten una de ellas: el alto costo que implica el despliegue de la infraestructura.
En busca de olas
Científicos del TEC están desarrollando una investigación para generar energía eléctrica a partir de las olas del mar. La iniciativa nació en 2015 bajo el nombre de E.Wave: Sistema Olamotriz de Generación Eléctrica.
Si bien este no es un concepto nuevo y ya existen prototipos en algunas partes del mundo, suele ser una tecnología de alto costo. Por ese motivo el proyecto del centro de educación superior se enfoca en encontrar un sistema de extracción menos costoso y más eficiente.
“Cuando comparamos la energía marina con la energía eólica o la energía solar, la energía oceánica es cuatro veces más cara”, explicó Christopher Vega, uno de los científicos investigadores.
El costo de la llamada energía oceánica es de cerca de $0,30 por kilovatio (kW). La alta inversión que se requiere hace que esta fuente de electricidad sea aún poco atractiva.
El equipo del TEC contó a EF que, para que sea financieramente rentable, la energía extraída de la olas debería reducir su costo a $0,20 por kWh para el 2015 y llegar hasta $0,15 para el 2030.
Costa Rica tiene la ventaja de que el 92% del territorio nacional es mar, pero este recurso está poco aprovechado.
Este tipo de dispositivos se pueden colocar en cualquier lugar de la costa con cierta profundidad. No obstante, un estudio previo realizado para determinar el potencial de la energía marina en Costa Rica arrojó que los sitios con más capacidad energética están en el Pacífico norte y Pacífico sur.
Ese mismo documento determinó que el país tiene la capacidad de generar 2,3 gigavatios de energía a partir de las olas, lo que podría alimentar a seis millones de hogares costarricenses al mes de forma constante.
La tecnología funciona en tres pasos:
- La ola mueve una boya flotante.
- La boya está unida a un brazo oscilante.
- El desplazamiento del brazo acciona el generador eléctrico que convierte la energía del movimiento de la ola en energía eléctrica.
Hasta el momento la investigación se ha contenido a laboratorio y un simulador de olas en el TEC. A futuro los investigadores ampliarán el estudio a lo que se conoce como granjas, las cuales esperan colocar en el mar.
Un parque eólico marino
El segundo proyecto aún está en estudio. El ICE está valorando la viabilidad de construir un parque eólico marino en Costa Rica, algo que ya existe en otros países.
Para ello, la institución se alió con la empresa consultora Offshore Wind Consultants (OWC) para generar un estudio que la misma entidad anunció que finalizaría en julio. EF consultó al ICE sobre el resultado de este proceso, pero no se obtuvo respuesta al cierre de esta nota.
La energía eólica marina es una fuente de energía limpia y renovable que se obtiene al aprovechar la fuerza del viento que se produce en alta mar. En esencia, su funcionamiento es igual al de su versión terrestre, con la diferencia de que se desarrolla en espacio abierto, sin edificaciones ni montañas que desvían las corrientes de viento.
Además, el ICE afirmó que esta tecnología permite el uso de aerogeneradores de mayor potencia que los terrestres.
Un estudio previo indicó la zona del país con más potencial para generar energía a través de esta fuente es el Pacífico norte, en las costas del cantón de La Cruz, fronterizo con Nicaragua.
Potencial en el Pacífico Norte
FUENTE: ICE-MINAE. || INFOGRAFÍA / El FINANCIERO.
No obstante, para confirmar su vialidad se requiere medir el viento y determinar cuál turbina se puede colocar que sea capaz de extraer la energía y, a la vez, de soportar las ráfagas sin dañarse.
El sector mundial de la energía eólica marina está dominado por los países europeos, especialmente por el Reino Unido y Alemania. En Latinoamérica, estas iniciativas aún no tienen escala comercial y pasan por diferentes fases.
A pesar de las proyecciones positivas y algunas ventajas comparativas, la energía eólica marina plantea interrogantes que el ICE debe disipar. Entre estas están el financiamiento, los permisos ambientales y logísticos, el desarrollo de capacidades profesionales específicas, la tecnología necesaria para monitoreo, los mecanismos para otorgar licenciamiento ambiental y concesión de áreas marinas y el ordenamiento espacial marino y planes reguladores.