¿Podrá una inteligencia artificial (IA) dejarlo sin trabajo? Este es un temor que florece al mismo ritmo con el que los motores de IA de ChatGPT y Dall-E le muestran a un público cada vez más grande cómo pueden realizar tareas que, hasta hace poco, se creían exclusivas para humanos.
ChatGPT, por ejemplo, es capaz de redactar un ensayo pequeño de manera pasable (siempre y cuando sea bien instruido por quien se lo ordene) y Dall-E puede crear el esqueleto gráfico de un cómic.
En un caso idílico, estas nuevas competencias de las IA —las cuales solo se irán perfeccionando con el tiempo— más que un desplazamiento de trabajos lo que provocarán es un reacomodo del paradigma del mercado laboral actual.
Aún así, hay oficios que son más propensos a ser “invadidos” por las IA y que su automatización probablemente llegue antes de que la sociedad haya encontrado una manera de convivir sosteniblemente con el trabajo que harán las inteligencias artificiales.
Tomás de Camino, director de la Escuela de Sistemas Inteligentes de la Universidad Cenfotec, considera que serán las tareas más mecánicas las que están en un mayor riesgo de ser desplazadas en el corto plazo.
“La gente piensa que con esto se refieren a mecánico de carro o cosas así y no: estamos hablando de un gerente de operaciones, médicos que solo toman síntomas, abogados, (las tareas que) se transformaron o que tienen procesos puramente repetitivos y protocolarios”, dice De Camino.
La idea de que lo repetitivo será lo primero que se sustituya hace que profesiones bien remuneradas, y con un grado académico probablemente alto, empiecen a ser ejercidas (o complementadas, en un caso menos exclusivo) cada vez por más inteligencias artificiales.
A continuación les presentamos algunas de las labores que De Camino, Forbes y Business Insider consideran más propensas a la invasión de las IA:
Industria legal
¿Se sentiría cómodo si lo representara un robot en un juicio? Tal vez haya más de uno que sí. Sin embargo todavía suena un poco descabellado. Lo que no está lejos de lo probable es la utilización de las IA para el notariado o, incluso, para ayudar a armar un caso.
“Chat GPT probablemente pueda hacer la escritura de un automóvil mejor (y más rápido) que un abogado”, dice De Camino.
Aquí es importante hacer una aclaración que aplica para todos los oficios que se mencionarán de ahora en adelante: en muchos de los casos, las IA vienen a reemplazar trabajo humano, no necesariamente a eliminar las profesiones ocupadas por humanos per se.
Por ejemplo, un abogado podría pedirle a una IA que le resuma los resultados de la jurisprudencia de determinada ley durante los últimos años para utilizarla como insumo en un caso.
Es decir, la abogacía humana no desaparece, sino que se hizo más eficiente el proceso. No se tuvo que pasar horas sumergido en archivos de resoluciones. Las tareas que necesiten del consumo y síntesis de grandes cantidades de información verán, cada día más, a las IA como un aliado.
Hay, por supuesto, efectos secundarios: quizá el abogado no iba a investigar sobre la jurisprudencia sino que le iba a pedir a un asistente que lo hiciera. ¿Qué pasará, entonces, con el puesto del asistente?
De no encontrar un valor más allá de lo que se puede automatizar —en otras palabras, que se pueda hacer sin la necesidad de una sensibilidad humana que garantice su calidad— es posible que esté en riesgo.
Trabajos de medios
En esta piscina caben muchos oficios, incluyendo el mío, el de periodista, y básicamente se puede resumir en todas las tareas que incluyan la comunicación: publicidad, diseño gráfico, creación de contenido, etc.
La escritura es una de las habilidades que cada vez tratan de pulir más las herramientas como ChatGPT. Yo, por ejemplo, he utilizado a ChatGPT como fuente para un artículo.
En ese caso se trataba de un ejercicio un poco meta ya que el artículo iba sobre qué podemos hacer con los motores de la IA hoy en día. Sin embargo, estoy convencido de que si no revelaba que el texto lo había escrito una inteligencia artificial, nadie se hubiera dado cuenta.
Con las instrucciones correctas, los insumos adecuados y el debido trabajo de verificación de hechos (fact-checking) por parte de un tercero capacitado, una inteligencia artificial puede escribir un pequeño artículo periodístico.
El medio digital BuzzFeed, por poner un caso concreto, anunció que utilizará motores de IA para crear contenido. De hecho este 14 de febrero se publicaron los primeros quizzes realizados por estas inteligencias artificiales.
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Del lado del diseño gráfico, Dall-E es capaz de crear imágenes a base de instrucciones en texto. Es decir, es posible crear, por ejemplo, un logo, o un banner publicitario sin tener que pasar por programas de diseño ni bocetos a mano.
Empleos tecnológicos
Los trabajos tecnológicos como los desarrolladores de software, los desarrolladores web, los programadores de computadoras, los codificadores y los científicos de datos tienen alta demanda en el mercado laboral. Pero parte de la raíz de estos oficios, el trabajo con datos, es de relativa facilidad para los cerebros computarizados de las IA.
La codificación, por ejemplo, es una tarea tediosa que las IA lograrán hacer a una mayor velocidad de la que podría tener un grupo de ingenieros, lo que significa que más trabajo se podrá hacer con menos empleados.
En el caso del mercado laboral tecnológico es imposible no notar su ironía: se necesitaron desarrolladores para crear las IA y las IA harán que se necesiten menos desarrolladores.
Servicio al cliente
Aquí no hay mucha sorpresa, los chatbots abundan en la web. Si bien todavía son rudimentarios, acciones sencillas como ordenar una pizza o conseguir información básica sobre un producto ya se realizan con relativo éxito.
Solo es cuestión de tiempo para que las grandes empresas de servicio al cliente, por ejemplo, los call center (los cuales emplean un importante porcentaje de nuestra flotilla laboral en Costa Rica) volteen hacia una IA que cada vez es más capaz de interpretar nuestras consultas.
Analistas financieros
Sumergirse en una piscina de datos y sacar conclusiones a partir de ellos es parte de lo que nos hace humanos. También es parte de lo que hace a una IA, una IA.
Siempre hay un factor de especulación en los mercados. Empero, un cerebro computarizado está dentro del reino de las posibilidades que pueda absorber datos y encontrar tendencias en los instrumentos de inversión, en especial en una profesión donde todo se trata de cuantificar (existe hasta un índice que mide el miedo, el VIX).
Ante toda este mar informativo y clasificado, habrá más de uno que estaría dispuesto a escuchar las predicciones de mercado y posibles oportunidades de inversión que le quiera sugerir una IA.
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¿Se perderán, entonces, estos trabajos?
Es difícil decir que no, cuando mucha de la evidencia apunta a que lo más probable es que se necesite de una menor mano de obra humana al hacerse ciertos procesos más eficientes. También es difícil que esta desaparezca del todo.
Pongamos, como ejemplo, el diseño gráfico: sí, yo le puedo pedir a una IA que me haga un logo, pero si no tengo conocimientos sobre diseño, ni composición, ni teoría del color, es probable que el resultado sea deficiente. La necesidad de un conocimiento que instruya a la IA no se va a borrar, por lo menos todavía.