Googlear se ha convertido en más que un sinónimo de buscar en Internet; desde hace ya varios años probablemente es la definición por excelencia y los números lo demuestran, a pesar del crecimiento de la competencia.
Según datos rescatados por el portal Statista, Alphabet, la empresa detrás de Google y YouTube, generó $238.000 millones en ingresos por publicidad en 2023. Su competidor más cercano, por lo menos en lo que a empresas con motores de búsqueda se refiere, obtuvo $12.000 millones, apenas un 5,13% de lo que ganó Google.
Lo que pone en perspectiva el dominio de Google es que esa segunda empresa no es ninguna competidora pequeña: se trata de Microsoft, quien ha invertido fuertemente en mejorar con inteligencia artificial a su buscador, Bing. Además, también se trata de una compañía que viene mejorando sus números en este apartado: entre 2021 y 2022 duplicó sus ingresos por publicidad. Aún así, se ve muy pequeño comparado con Google.
El resto de competidores son regionales, mas no necesariamente pequeños. Baidu, el motor de búsqueda líder en China, con una participación de mercado de alrededor del 53% en el país asiático, registró ingresos anuales de $10.600 millones en 2023, pero que valen apenas para un 4,46% de lo que hizo Google. Yandex, el motor de búsqueda que tiene un 64% del mercado ruso, generó $3.700 millones, un 1,56% de los ingresos del gigante de Alphabet.
Dominio monopólico
Con datos a agosto, el portal Statcounter calculó que Google acaparaba un 95% del mercado de búsquedas en teléfonos móviles y un 76% en computadoras en Estados Unidos. Este dominio tan aplastante ha sido un tema de conversación en el país norteamericano, principalmente después de que el buscador perdiera un juicio por prácticas monopólicas.
“Google es un monopolista y actuó como tal para mantener su monopolio”, pronunció el 6 de agosto pasado el juez de distrito de Washington, Amit P. Mehta. El jurado concluyó que la empresa realizó pagos multimillonarios a diversos fabricantes para mantener su motor de búsqueda como el predeterminado en los navegadores web de forma ilegal.
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Además de este veredicto, el 9 de setiembre iniciaron las audiencias sobre un nuevo caso: los fiscales del Departamento de Justicia de Estados Unidos acusan a Google de mantener un triple monopolio al controlar a la vez la tecnología utilizada por casi todos los principales editores de sitios web para ofrecer espacios publicitarios, las principales herramientas usadas por los anunciantes para comprar esos espacios y el mayor intermediario de anuncios que pone en contacto a editores con anunciantes.
Google se ha defendido con que sus competidores también ofrecen productos publicitarios integrados verticalmente en sus negocios. También mencionan que no estarían abusando del monopolio porque sus tarifas son supuestamente inferiores a las medias del sector.