Cada día en Costa Rica se registran temblores, pero no todos son percibidos por la población. Para aquellos sismos de mayor magnitud existe una herramienta que usted puede usar para prepararse unos segundos antes de que las ondas sísmicas alcancen su ubicación.
Una aplicación desarrollada por el Laboratorio de Ingeniería Sísmica de la Universidad de Costa Rica (LIS-UCR) envía una notificación en los celulares de las personas que tengan descargada la app, avisando que ocurrirá un sismo.
Para conocer cómo funciona este innovador sistema, EF conversó con Diego Hidalgo, coordinador del LIS. Aquí se lo explicamos.
¿De qué se trata el proyecto?
El LIS ha desarrollado un sistema de registro y aviso de movimientos sísmicos que actualmente cuenta con tres canales de difusión: un canal de Telegram, vía Twitter y una aplicación móvil.
Esta aplicación, llamada LISUCR, ya está disponible para descargar y se encuentra operativa para el sistema Android. En el caso de iOS, se están terminando de ajustar algunos detalles relacionados a las notificaciones, por lo que la institución estima que aún se necesitan unas semanas o meses para que esté lista en ese sistema.
¿Cómo se registran los sismos?
El LIS tiene repartidos por todo el país entre 110 y 120 equipos de medición sísmica.
Estas estaciones registran la intensidad de los movimientos del suelo, desde las vibraciones que genera un camión que transite cerca, hasta los sismos como tal.
Sin embargo, para que los investigadores consideren al movimiento como un sismo se deben presentar dos requisitos: que supere una intensidad mínima y que se registre en, al menos, tres estaciones cercanas, con el fin de confirmar que se trata de un movimiento amplio.
En el caso del sismo de este 4 de abril, las estaciones que lo midieron están localizadas en la zona sur del país.
Una vez se haya cumplido ese proceso, el sistema lanza la alarma por medio de la aplicación. El tiempo entre el registro del sismo y el envío de la alerta puede oscilar entre los cinco y los diez segundos.
¿Qué sismos registra?
Además de cumplir con los requisitos de la restricción geográfica que define un radio de unos 30 a 40 km en el que varias estaciones deben registrar el movimiento, también existe una escala mínima.
El sistema del LIS utiliza la escala japonesa JMA, que son las siglas de Japanese Meteorological Agency, es decir, la agencia meteorológica japonesa. Esta escala va de 0 a 7 niveles o shindos, donde el 0 significa un sismo imperceptible y el 7 un terremoto destructivo.
Esta escala es similar a la Mercalli, pero tiene mayor complejidad, por lo que Hidalgo aseguró que se aproxima más a la posibilidad de que haya algún daño.
“Cuando la escala supera un nivel 2, que representa que se empiezan a mover las cosas dentro de las viviendas y la gente percibe que está temblando, aunque es un sismo leve, se activa el sistema”, afirmó el coordinador del LIS.
El sistema realiza cálculos cada cinco segundos por lo que la intensidad inicial de 2 puede aumentar a otros niveles.
No obstante, existe la posibilidad de que un sismo no se registre debido al poco radio de afectación y la densidad de equipos. Es decir, en zonas donde no hay tres estaciones cercanas que midan el movimiento o falle el Internet no entraría en acción el sistema, pero eso podría darse en sismos pequeños más localizados.
“Nos interesa que la gente pueda identificar de una manera rápida si un evento pudo generar daños y activar protocolos”
— Diego Hidalgo, coordinador del LIS
¿Con cuánta antelación me avisa?
Todo dependerá de dónde se ubica la persona con respecto a la zona del sismo.
En el caso del sismo del 4 de abril, ocurrió fuera de las costas en Panamá y existió tiempo suficiente para registrarlo y enviar el aviso segundos antes de que llegara al centro del país. No obstante, el sur del país pudo convertirse en lo que llaman una “zona sombra”, donde no da el tiempo suficiente para alertar a los habitantes.
Hidalgo usó este término para referirse a las zonas en las que no existe el tiempo suficiente para enviar la alerta antes del sismo, por lo que probablemente el aviso llegó cuando ya se estaba percibiendo el movimiento.
“Necesitamos que el sismo llegue a las estaciones, al menos tres. La información se transmite en tiempo real a San José y ahí se activa el protocolo automatizado que envía la alarma”, explicó el investigador.
En el caso contrario, si un sismo de fuerte intensidad ocurre en el centro del país, no habrá tiempo suficiente para enviar la alerta a los habitantes de esa zona.
“Va a depender mucho de dónde esté yo con respecto al epicentro”, resumió Hidalgo.
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¿Para qué me servirá como usuario?
El coordinador del LIS enfatizó en que el sistema que han desarrollado no se equipara a un sistema de alerta temprana como el que existe en México.
El Servicio Sismológico Nacional de ese país ha diseñado un sistema de alerta temprana que avisa anticipadamente que ocurrirá un temblor. Este sistema funcionó para el terremoto de magnitud 7,5 del 23 de junio del 2020, que tuvo epicentro en el sur del país
Antes de que se percibiera el movimiento telúrico, las sirenas sonaron en diferentes partes de México, lo que permitió a las personas evacuar con antelación.
Hidalgo comentó que ese nivel de antelación se facilita por el tamaño del país, siguiendo la misma lógica de que se requiere cierta distancia entre el epicentro y los centros urbanos para que el aviso llegue con suficiente rapidez.
En el caso costarricense, esta aplicación busca servir como un aviso para que las personas se preparen y tomen las medidas necesarias para prevenir mayores riesgos.
“La gente debería tener conciencia de qué hacer en caso de un sismo, por eso son importantes los simulacros. Si la alerta le llega antes, debería aprovechar esos segundos para iniciar el protocolo. No se trata de evacuar o salir corriendo”, contó Hidalgo.
¿Cuál es el objetivo del sistema?
Además de la notificación para los usuarios, el Laboratorio aspira a generar investigación aplicada que beneficie a la población y educar a la gente sobre cómo actuar ante un sismo.
“Nos interesa que la gente pueda identificar de una manera rápida si un evento pudo generar daños y activar protocolos”, afirmó el investigador.
Después de que ocurre el sismo, la aplicación indica, mediante una escala de colores, dónde se sintió con más intensidad el movimiento. La idea es que esta señal sirva para que instituciones como la Comisión Nacional de Emergencias (CNE) y otros tomadores de decisión realicen una inspección en las zonas donde se podrían haber producido daños, de forma que la evaluación sea más ágil.
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Nota del editor: este artículo se publicó originalmente en 2021. La información fue actualizada para abril de 2023.