La inteligencia artificial generativa está transformando la forma en que trabajamos. En particular, los chatbots asistentes como ChatGPT, están demostrando ser una herramienta valiosa para mejorar la productividad y reducir las desigualdades entre los trabajadores con diferentes habilidades.
Para probar si esto era cierto, investigadores Shakked Noy y Whitney Zhang del MIT (Massachusetts Institute of Technology) realizaron un estudio para determinar si ChatGPT mejora la productividad en la elaboración de documentos empresariales al que titularon “Evidencia experimental sobre los efectos en la productividad de la Inteligencia Artificial Generativa”.
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Este estudio examinó, además, los efectos del asistente ChatGPT en la productividad en tareas de escritura profesional de nivel medio.
Para esto, los investigadores pidieron a 444 personas seleccionadas que hicieran una tarea de escritura en línea.
La mitad de ellos usó ChatGPT para ayudarlos, mientras que la otra mitad no lo usó. Los investigadores descubrieron que las personas que usaron ChatGPT escribieron más rápido y mejor que las personas que no lo usaron.
Los resultados mostraron que ChatGPT aumentó sustancialmente la productividad promedio, disminuyendo el tiempo tomado y mejorando la calidad del trabajo. Además, redujo la desigualdad entre los trabajadores al beneficiar más a quienes tienen habilidades de escritura más bajas. Lo que significa que puede ser una herramienta útil para reducir la desigualdad entre los trabajadores con diferentes habilidades.
En términos porcentuales, esto significa que el tiempo tomado disminuyó en un 44% y la calidad del trabajo mejoró en un 22%. Estos son resultados significativos que sugieren que ChatGPT puede ser una herramienta valiosa y útil para mejorar la eficiencia y calidad del trabajo humano, y ayudar a las personas a hacer su trabajo más rápido y mejor.
El estudio de estos investigadores del MIT demuestra que existe un cambio substancial en la productividad del trabajo de los profesionales del nivel medio lo que se traducirá en una mayor de velocidad en la cadena de producción y, por lo tanto, un crecimiento adicional en la economía: esa es la arista positiva.
Por el otro lado, asoma el miedo al desempleo, el cual sin una reconversión rápida de los trabajadores al nuevo paradigma puede implicar una gran crisis.
En este último punto se basan los detractores de la IA generativa que argumentan que esta tecnología podría llevar a la pérdida de empleos y al deterioro de las habilidades humanas. No obstante, hay quienes defienden la IA generativa en lugar de reemplazar a los trabajadores, estos sistemas actuarán como complemento, potenciando las habilidades humanas y permitiendo un enfoque en tareas más creativas y estratégicas (el estudio va en esa línea).
En este contexto, los gobiernos tienen un papel crucial en la gestión de la transición hacia un mundo laboral cada vez más automatizado. Deben promover políticas de educación y formación continua para facilitar la adaptación de los trabajadores a las nuevas tecnologías y garantizar la inclusión en el mercado laboral.
Además, es fundamental que los gobiernos colaboren con el sector privado y las instituciones académicas para anticipar las demandas de habilidades del futuro, asegurando que las personas estén preparadas para enfrentar los desafíos que traen consigo las innovaciones tecnológicas como la IA generativa.