En las empresas y emprendimientos de soluciones financieras basadas en nuevas tecnologías (fintech) se contrata todo tipo de profesiones, desde desarrolladores hasta especialistas en áreas económicas y leyes. Pero este sector también está padeciendo con el déficit de informáticos y tiene que recurrir a otros países y continentes para encontrar el talento que requieren.
En Costa Rica, la iniciativa Misión Lunar, identificó 45 fintech que ofrecen soluciones para automatizar servicios en comercio electrónico, entidades bancarias y financieras, seguros, gestión patrimonial y contratos inteligentes, además de criptomonedas y blockchain.
La mayoría son de reciente creación (menos de cinco años), micro y pequeñas, y de capital local, con una amplia gama de servicios en concordancia con el desarrollo de esta industria a nivel global. “Los factores que inciden positivamente en el desarrollo de las fintech son la proactividad de los emprendedores”, resaltó Roberto Coto, de la dirección de planificación e inteligencia comercial de la Promotora de Comercio Exterior (Procomer), durante la presentación del estudio Mapeo de la oferta fintech en Costa Rica el pasado 11 de mayo.
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Junto al impulso de la digitalización que se produjo desde 2020 se cita como otro factor favorable el acceso de la población a la tecnología, pues en Costa Rica el 88% de la población tiene acceso a Internet, según el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INEC).
A nivel de micro y pequeñas empresas también ocurre una digitalización similar. La Universidad Fidélitas destacó que, de las 367.911 microempresas fundadas en hogares en el país, el 77% tiene acceso a Internet y el 91% gestiona su negocio apoyándose en el celular y 25% en su computadoras.
Talento que requieren
El mapeo realizado por Procomer muestra que las fintech costarricenses ofrecen una diversidad de soluciones que incluyen pagos y transferencias, servicios financieros, blockchain, banca digital, gestión de finanzas personales, finanzas empresariales, crédito alternativo, seguros, gestión patrimonial y mercados financieros.
Les compran empresas de todos los sectores, desde bancas y finanzas hasta videojuegos, pasando por servicios profesionales, comercio, logística, puestos de bolsa, casas de crédito, turismo, dispositivos médicos, agricultura, cuidado personal y limpieza, alimentos, entretenimiento, seguros y biotecnología, la mayoría para sus plataformas de ventas o servicios en línea.
Para el diseño y desarrollo de estas soluciones las fintech contratan personal en puestos de desarrollo de soluciones de atención a clientes (front-end y web) e internas (back-end), ingeniería de software o sistemas, control de calidad e ingenieros y científicos de datos.
Las contrataciones también abarcan personas en dirección de proyectos, administración o dirección de empresas, ciencias económicas (finanzas, economía, contabilidad y otras similares) y derecho (leyes y temas regulatorios).
La mayoría cuenta con personal senior (con más de 10 años de experiencia), intermedio (de 5 a 10 años) y junior (menos de 5 años), con diferentes rangos salariales que van desde menos de ¢600.000 en algunos puestos junior hasta más de ¢2,5 millones en algunos puestos senior.
Para un 55% de las empresas, los salarios representan al menos el 60% de los costos totales. Coto destacó que esto refleja que el funcionamiento de las fintech se basa en sus recursos humanos, área donde precisamente se presentan faltantes.
Hay otros rubros que soportan las firmas: para el 75% de las empresas, las licencias o pago de software representa su principal costo no salarial, seguido por alquiler (indicado por 25% de las empresas) y electricidad (20%).
No todo el personal que requieren las fintech lo encuentran en Costa Rica. Según el informe de Procomer, el 40% de las empresas y emprendimientos fintech subcontrata talento humano fuera de Costa Rica.
La mitad de las fintech que subcontratan indican que no encuentran del todo talento local en DevOps, desarrolladores de contratos inteligentes y especialistas en criptografía.
En otras áreas sí se encuentra talento, pero es escasa la disponibilidad. El 50%, de las fintech que subcontran, señala que hay escasez de desarrolladores y que la “presión aumenta ante la instalación de más empresas en Costa Rica”.
Los costos por el desbalance en la oferta de informáticos en el país también tiene su precio. El 75%, de las que subcontran, indicó que el costo del talento local es un motivo para subcontratar desarrolladores fuera del país en países como Colombia, Perú, Venezuela, Estados Unidos, Vietnam, India y Ucrania.
Las firmas también han tenido que invertir en capacitación de colaboradores en idiomas (20%), habilidades blandas (40%) y habilidades técnicas (50%).
En habilidades blandas se destaca el desarrollo de competencias para atención de clientes, negociación, ventas y cómo presentar y destacar los productos y servicios con posibles compradores que no son especialistas en tecnología de información.