¿Hasta qué punto viajar al espacio puede ser perjudicial para la salud? La respuesta es fundamental no sólo para los astronautas que planean ir a Marte, sino también para una floreciente industria de turismo espacial dispuesta a poner en órbita a cualquiera que pueda permitírselo.
A partir de las observaciones recogidas durante el primero vuelo orbital completamente civil, en 2021, investigadores de un centenar de instituciones elaboraron el estudio más exhaustivo hasta la fecha sobre los efectos del espacio en la salud.
Los datos demuestran que los cuerpos humanos sufren diversos cambios una vez que llegan al espacio, pero la mayoría vuelve a la normalidad meses después de regresar a la Tierra.
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Nuestros cuerpos son sometidos a una enorme cantidad de estrés mientras están en el espacio, desde la exposición a radiación hasta el efecto desorientador de la ingravidez.
Los investigadores saben desde hace décadas que los vuelos espaciales pueden causar problemas de salud como pérdida de masa ósea, así como problemas cardíacos, de visión y renales.
Menos de 700 personas han viajado al espacio hasta la fecha, lo que significa que el tamaño de la muestra es pequeño, y además los gobiernos suelen ser reticentes a compartir todos sus hallazgos.
Sin embargo, los cuatro turistas estadounidenses que pasaron tres días en el espacio durante la misión Inspiration4 se mostraron de acuerdo en que sus datos se hicieran públicos.
Los primeros resultados, que se compararon con los de otros 64 astronautas, se publicaron el martes en la revista Nature.
Los investigadores descubrieron que cuando las personas están en el espacio experimentan cambios en su sangre, corazón, piel, proteínas, riñones, genes, mitocondrias, telómeros, citoquinas y otros indicadores de salud.
Pero alrededor del 95% de sus indicadores de salud volvieron a su nivel anterior tres meses después.
‘Me encanta mi cicatriz espacial’
La principal conclusión es que la mayoría de las personas se recuperan rápidamente después de un vuelo espacial, dijo uno de los principales autores del estudio, Christopher Mason, de Weill Cornell Medicine.
Mason dijo en conferencia de prensa que esperaba que este estudio, el "examen más profundo que jamás hemos tenido de una tripulación", ayudara a los científicos a entender qué medicamentos o medidas serán necesarios en el futuro para ayudar a proteger a las personas que se dirigen al espacio.
La misión Inspiration4, financiada por su capitán, el multimillonario Jared Isaacman, tenía el objetivo de demostrar que el espacio es accesible para personas que no han pasado años entrenándose para ello.
Para lograrlo, los cuatro astronautas civiles se sometieron a una gran cantidad de pruebas médicas.
"Me encanta mi cicatriz espacial", dijo la enfermera Hayley Arceneaux, que sufrió una biopsia de piel. Tenía 29 años cuando fue al espacio.
Uno de los estudios encontró que los telómeros -los extremos de los cromosomas- de los cuatro turistas espaciales se alargaron apreciablemente cuando llegaron al espacio.
Pero sus telómeros volvieron a encogerse a su longitud original meses después de su regreso a la Tierra.
Debido a que los telómeros también se alargan a medida que las personas envejecen, encontrar una manera de abordar este problema podría ayudarnos “a nosotros, simples terrícolas” en la lucha sin fin contra el envejecimiento, dijo Susan Bailey de la Universidad de Colorado.
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Incluso podría conducir a nuevos productos anti-envejecimiento como una "crema facial a base de telomerasa", especuló la autora del estudio.
¿Misión segura a Marte?
A partir de los datos recogidos hasta ahora, "no hay razón por la que no deberíamos poder llegar a Marte y volver de manera segura", dijo Mason.
"Probablemente no hay que ir múltiples veces porque implica mucha radiación", agregó.
Uno de los estudios encontró que los ratones expuestos a una radiación equivalente a 2,5 años en el espacio sufrieron daño renal permanente.
"Si no desarrollamos nuevas formas de proteger los riñones, diría que, aunque un astronauta podría llegar a Marte, podría necesitar diálisis en el camino de regreso", dijo en un comunicado Keith Siew del London Tubular Centre, autor principal del estudio.
Pero Mason enfatizó que la investigación dio como resultado "buenas noticias".
"Creo que es un buen augurio para las personas que piensan: tal vez iré al espacio en seis meses", dijo.
Si bien no había suficientes datos para emitir un juicio definitivo, los astronautas femeninos parecían ser más tolerantes al estrés del vuelo espacial, agregó.
“Puede deberse al hecho de que las mujeres tienen que dar a luz”, lo que significa que sus cuerpos están más dispuestos para los grandes cambios, dijo Mason.