El surgimiento de las criptomonedas puso en aprietos a las autoridades financieras de todo el mundo y, en los últimos años, países de todas latitudes están intentando crear las versiones digitales de sus propias monedas.
Estas son las conocidas monedas digitales de bancos centrales, identificadas con las siglas CBDC del inglés central bank digital currencies.
Este ímpetu ha llegado también a grandes economías como Estados Unidos y la Unión Europea (UE). Ambos territorios están explorando la vía para lanzar el dólar y el euro digital, respectivamente. Pero estos proyectos avanzan a ritmos diferentes.
El euro digital
A finales de abril, el Banco Central Europeo presentó el tercer reporte de avance del proyecto de euro digital que emprendió junto con los bancos centrales del bloque en octubre de 2021.
El nuevo informe se centra en exponer cómo podría ser el acceso al euro digital, las tendencias e incorporación, aspectos de distribución, así como servicios de euro digital y funcionalidades. Estas características se han decidido tras considerar varias opciones de diseño.
La propuesta es que, en sus fases iniciales, el euro digital esté disponible para residentes y gobiernos de la zona euro. Los no residentes también podrán tener acceso siempre y cuando cuenten con un proveedor de servicios de pago (PSP) de la zona.
El acceso más amplio para los consumidores del Espacio Económico Europeo (EEE) —que incluye a otros países que no forman parte de la UE— y terceros países seleccionados está contemplado para fases posteriores más avanzadas.
Los usuarios finales podrán acceder y utilizar el euro digital a través de los PSP, aplicaciones de pago y banca en línea existentes o a través de una aplicación proporcionada por el Eurosistema.
La forma en la que los usuarios entren al euro digital será similar a abrir una cuenta bancaria actualmente, vislumbra el BCE. La intención es que los datos que ya se guardan en las diferentes entidades y aplicaciones puedan ser reusados.
El diseño permitirá que pagos entre personas se puedan realizar con tecnología sin contacto, como códigos QR, lo que evitaría tener que compartir datos personales como el número de teléfono.
El sistema también espera contar con pagos entre diferentes divisas. Para lograrlo, se propone establecer una interoperabilidad entre el euro digital y otro sistema de CBDC.
Este proyecto europeo avanza con un cronograma que deberá superar aún otras etapas durante este año.
“En el segundo trimestre de 2023, la Comisión Europea tiene la intención de proponer un reglamento para establecer un euro digital”, indica el documento.
El BCE está anuente a ajustar el diseño luego de las peticiones que puedan surgir durante la deliberación regional.
El dólar digital
A diferencia de la iniciativa europea, el proyecto del dólar digital que encabeza la Reserva Federal encuentra menos consensos a lo interno de la primera economía mundial.
Estados Unidos mantiene cierta cautela sobre el tema, aunque ya ha realizado pruebas de varias tecnologías para habilitar un dólar digital. No obstante, el presidente de la Reserva Federal (FED), Jerome Powell, ha dicho que la institución no tiene planes de crear uno y lo hará solo con la dirección del Congreso.
En 2022, la entidad dio a conocer un estudio sobre ventajas y desventajas de la moneda digital pero sin tomar una posición al respecto.
Michelle Bowman, miembro de la Junta de la FED, expresó en abril su escepticismo sobre la posibilidad de un dólar digital y señaló posibles riesgos relacionados a privacidad y libertad.
“Debemos asegurarnos de que las protecciones de privacidad de los datos del consumidor integradas en los sistemas de pago actuales continúen y se extiendan a los sistemas futuros”, dijo Bowman en una exposición en la Universidad de Georgetown.
No obstante, la posición del Departamento del Tesoro parece indicar que el proyecto sigue en pie. A inicios de marzo, Nellie Liang, subsecretaria de finanzas internas del Tesoro, dijo que el desarrollo tecnológico de una CBDC está en marcha para que, si los formuladores de políticas dan el visto bueno, el proyecto pueda concretarse rápidamente.
“[Nos] estamos involucrando en el desarrollo tecnológico de una CBDC para que podamos avanzar rápidamente si se determina que una CBDC es de interés nacional”, dijo Liang, según recoge el medio Business Insider.
El proyecto, sin embargo, suma detractores en la política estadounidense. Uno de ellos es el gobernador de Florida, el republicano Ron DeSantis, quien firmó una ley estatal para restringir el uso de monedas digitales de bancos centrales en ese estado.
DeSantis manifestó que le habían impulsado a actuar los estudios de la administración del presidente estadounidense, Joe Biden, sobre la nueva tecnología financiera.
Mientras tanto, el país vecino del norte, Canadá, lanzó a inicios de mayo una consulta pública dirigida a los ciudadanos sobre un potencial dólar canadiense digital.
China, por su parte, también ha dado pasos para consolidar una versión digital del yuan.
¿Cuál es la diferencia?
Actualmente en muchos países se pueden hacer pagos por medio de aplicaciones. En Costa Rica, por ejemplo, se ha popularizado el uso de Sinpe Móvil para realizar transacciones entre personas.
Los sistemas actuales de pagos móviles comparten similitudes con las CBDC pero hay algunas diferencias.
Las CBDC son monedas digitales nacionales emitidas por bancos centrales que se espera reemplacen al dinero físico y tengan el mismo valor, con lo que se busca desligarse de los billetes y las monedas.
“La CBDC es un nuevo instrumento de pago que reemplazará o coexistirá con el dinero fiduciario para representar los valores de la moneda local, mientras que el dinero móvil solo representa los saldos de los instrumentos de pago que ya están en uso, es decir, el dinero fiduciario de los bancos comerciales”, explica la firma de soluciones de pago Progress Soft en un artículo.
A pesar de que las aplicaciones móviles han facilitado la inclusión financiera de algunos grupos, aún existen limitaciones como el acceso restringido según la edad. En ese sentido, una CBDC funcionaría como el dinero en efectivo y debería ser universalmente accesible.
Se espera que las CBDC se desarrollen como otro modelo entre pares que proporcionen mecanismos similares para el intercambio de billetes y monedas en efectivo entre los remitentes y receptores de la CBDC.