La industria fintech de Costa Rica sigue mostrando signos de crecimiento, no solo por una mayor cantidad de opciones en el mercado, sino por una diversificación que responde a necesidades más exigentes de los usuarios.
Este crecimiento, sin embargo, se ha dado en buena medida al lado de la banca tradicional, esa que, en principio, aparecía como el enemigo a vencer. Este rasgo coloca a la industria local en un lugar distinto con respecto a sus vecinos.
El ecosistema tecnofinanciero permanece en continua adaptación. Voces del sector abogan por la necesidad de una regulación clara, mientras que un reciente estudio expone algunas debilidades que pueden abrir puertas a nuevas oportunidades.
LEA MÁS: ¿Captan o no dinero? El futuro de 11 ‘fintech’ en Costa Rica está en discusión
El ecosistema tico
En Costa Rica se sabe de la existencia de unas 60 empresas del sector fintech, aunque pueden haber más. Al menos esa es la cantidad que registra la Cámara de Tecnologías de Información y Comunicación (Camtic) entre sus afiliados. Por su parte, la Asociación Fintech de Centroamérica y el Caribe tiene 40 asociadas costarricenses. Es difícil dar con un número certero, pues muchas son iniciativas de emprendedores a menor escala o lanzamientos fugaces.
En un estudio del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) del 2019, llamado Fintech en Costa Rica: hacia una evolución de los servicios financieros, el ente regional contabilizó 25 emprendimientos de esa categoría.
Más allá del número, lo cierto es que los involucrados observan un buen ritmo de crecimiento y existen varios factores que se conjugan para propiciar este ambiente positivo. Entre estos están la inclusión financiera y el elevado uso de Internet, pero hay otros dos más llamativos.
Uno de ellos son las nuevas exigencias de los usuarios, especialmente de las generaciones más jóvenes, que demandan servicios prácticos y ágiles. Estas son necesidades que las fintech están empezando a cubrir pero que también están bajo la mirada de los bancos.
Ese punto de convergencia genera un segundo elemento que caracteriza al sector actualmente y es la sinergia entre fintechs y bancos. Un tercio de estas firmas está trabajando en soluciones para las entidades financieras tradicionales.
Para Camtic esa combinación resulta favorable: los bancos proveen el mercado y posicionamiento y las fintech suman la innovación y cultura tecnológica.
“El término fintech es muy amplio. Antes se conceptualizaban como entidades independientes que competían con los bancos”.
— Carlos Meléndez Alfaro, vicepresidente de Camtic.
Un reciente estudio sobre cultura financiera y adopción de fintech de Stamina, una agencia de investigación de mercado, mostró que la relación con los bancos aumenta la confianza de los consumidores hacia las fintech. Lo anterior tiene sentido al tomar en cuenta que en Costa Rica existe una alta bancarización.
También es una respuesta al tamaño del mercado costarricense, que impide que las fintech despeguen por sí solas, y a una cultura financiera más avanzada, según Carlos Meléndez Alfaro, vicepresidente de Camtic y coordinador del Capítulo Fintech.
Meléndez comentó que en países vecinos, con un sector financiero tradicional más rezagado, las innovaciones tecnofinancieras resultan más disruptivas y diferenciadoras. Mientras que en Costa Rica, canales como el Sinpe Móvil, con un uso extenso y en crecimiento, muestran una fortaleza especial que ha acomodado a los actores en una relación de cooperación.
Para Carlos Meléndez Campos, CEO de Stamina, Sinpe Móvil revolucionó la forma de pagos en el país y, contrario a lo que se pueda pensar, no jugó en contra de las fintech, sino que ayudó a la adaptación de la tecnología.
Además, varias fintech se han anclado a Sinpe Móvil, pero con ajustes más atractivos para el consumidor. Por ejemplo, Meléndez Campos mencionó que algunas ofrecen un límite de transacciones mayor al de los bancos.
“Sinpe móvil no necesariamente es la competencia, fue un aliado que ayudó a que el mercado se preparara a entrar en la revolución digital”, comentó el CEO de la agencia.
De hecho, el estudio de Stamina halló que el Sinpe Móvil es la forma de pago favorita de cuatro de cada 10 costarricenses. Este medio se usa principalmente para transferencias entre personas.
De acuerdo con la información del Banco Central, actualmente son 12 fintech las que están operando dentro de Sinpe, mientras que otras cuatro están a la espera de conectarse a la plataforma. Entre las que ya recibieron autorización están Zunify, Impesa y Credisimán.
Mario Hernández, presidente de la Asociación Fintech de Centroamérica y el Caribe y CEO de Impesa, destacó que el ecosistema tico se diferencia de los países vecinos por tres factores fundamentales: uno es la infraestructura tecnológica más avanzada, la aparición de iniciativas de colaboración público-privada y la educación y talento humano.
“Estas diferencias han permitido a Costa Rica posicionarse como un jugador relevante en el sector fintech de la región”, aseguró Hernández.
Un signo más de evolución es que Camtic tiene identificadas a cinco entidades financieras como fintech friendly, las cuales están abiertas a crear relacionamientos con empresas de tecnofinanzas. Estas son Coopenae, Coopecaja, Coopeande, Grupo Mutual y Davivienda.
Un caso que envuelve a actores de ambas partes es Wink, una plataforma digital de servicios financieros propiedad de Coopenae que se hace llamar la primera neocooperativa de Costa Rica.
LEA MÁS: Industria ‘fintech’ en Costa Rica crece a un ritmo de 72% al año desde el 2017
Entre tanta oferta hay algunos nombres que llevan la delantera. El estudio de Stamina, que consultó a 408 costarricenses y se centró en las fintech dedicadas a manejo de dinero, determinó que las más populares entre los encuestados son Multimoney, Kash, Wink, Monge Pay y Emma Pay.
Las empresas del sector tecnofinanciero que trabajan en esa categoría, junto con las de finanzas personales y las de financiamiento alternativo, son las más usadas.
Retos para crecer
El estudio de Stamina, presentado al público el 5 de junio, arrojó algunos resultados positivos para esta industria local. Uno que sobresale es que la alta satisfacción que declaran los usuarios sobre el servicio recibido, alcanzando el 70%, e incluso algunos casos con niveles cercanos al 90%.
No obstante, otro dato muestra que el sector tiene el reto de llegar a más consumidores y aumentar su exposición: apenas ell 14% de los encuestados indicó tener conocimiento del término fintech y solo 20% indicó usar o haber usado una plataforma de este tipo.
Para capturar al 80% restante hay varios retos de por medio. Stamina encontró que la mayoría de usuarios es cauta y espera a que otros entren antes de decidir si usar o no una nueva tecnología financiera. Sin embargo, muchos abandonan las fintech después de las primeras semanas o meses, lo que hace de la retención el principal reto.
“Lo fácil es atraer a los usuarios, lo difícil es retenerlos”.
— Carlos Meléndez Campos, CEO de Stamina.
Para el CEO de Stamina, esto se debe principalmente a que las fintech no están logrando aportar un valor agregado más allá de lo que ya existe masivamente. Las que lo están consiguiendo, lo hacen buscando nichos específicos y proponiendo soluciones para necesidades específicas.
Otro resultado indica que, a pesar de que la virtualidad es el punto fuerte de las fintech, la existencia de un punto físico mejoraría la experiencia de los usuarios en casos específicos o de emergencia.
LEA MÁS: CEO de Zunify promete nuevas funciones y más capilaridad tras venta de franquicia local a Evertec
Aunque puede resultar contradictorio con la premisa inicial de las fintech y en medio de un contexto en el que entidades financieras cierran sucursales, Meléndez entiende esta petición más como una adaptación en el proceso de migración de banca tradicional a tecnofinanzas.
“El problema es cuando no se está preparado para atender todo el volumen de consultas; si la fintech se prepara no debería tener problema para atender todo virtual”, comentó.
Un último argumento en el debate tiene que ver con la regulación. Stamina cree que la regulación es un freno para que más fintech surjan y que otras puedan independizarse de los bancos.
Camtic, por su parte, llegó a la conclusión de que Costa Rica requiere ley fintech que respalde el desarrollo de la tecnología financiera. Actualmente hay espacio para crear soluciones financieras pero la normativa sigue difusa y abierta a interpretaciones de actores como el Banco Central o la Superintendencia General de Entidades Financieras (Sugef).
Existe un precedente de desacuerdo entre ambas entidades que aún no se zanja. En mayo del 2023, el Consejo Nacional de Supervisión Financiera Financiera (Conassif), la Sugef y el Banco Central) elevaron a la Procuraduría la responsabilidad de definir qué es captación de dinero con el fin de verificar si hay fintech en el país que estén haciendo este ejercicio sin estar autorizadas.
La discusión gira en torno a 11 empresas fintech que para ese momento estaban registradas como clientes de Sinpe bajo el título de “proveedoras de pago”.
La Asociación Fintech coincide en que existen vacíos regulatorios que deben resolverse para proveer seguridad institucional y atraer más inversionistas que vean una oportunidad en nuestro país.
Hasta el momento no se tiene registro de una iniciativa legislativa de este tipo en Costa Rica. Lo más cercano fue la propuesta del Partido Liberal Progresista para regular criptoactivos, presentada en octubre del 2022 pero que ha tenido nulo avance en la Asamblea Legislativa.